Paco Ureña: «El grito de 'torero, torero' curó mi alma y me alimentó para seguir luchando»
El murciano cortó una oreja el pasado domingo en la Corrida In Memoriam de Las Ventas con la clavícula izquierda partida
Oda al valor de Paco Ureña
Si alguien conoce de primera mano la dureza del toreo, es Paco Ureña. Ha pagado ya con mucha sangre los peajes que esta profesión conlleva, pero siempre vuelve al ruedo sin mirarse. Esta temporada ha firmado importantes tardes en Valencia y Sevilla, y fue el ... ganador de la Oreja de Oro en la Corrida de la Prensa, celebrada el 4 de junio. Sin embargo, una vez más, le tocó ver la cruz en Las Ventas. El pasado domingo resultó prendido por el sexto, perdiendo el conocimiento al caer. No obstante, se recobró rápidamente y volvió al ruedo para matar al toro, al que cortó una oreja. Era evidente que algo tenía en el brazo izquierdo, pero, tras haber toreado con esa mano, parecía imposible que llevara una clavícula rota. Pues así era, para sorpresa de todos, incluido su apoderado, el también torero Juan Diego, que dijo aquel día a ABC que no lo entendía, «y menos cómo le ha pegado dos tandas por la izquierda con esa clavícula partida, yo tampoco me lo explico». Ayer operaron al torero murciano, y hoy, cuando ya se encontraba de camino a su casa, ha atendido a este periódico para contar sus sensaciones de lo vivido.
-¿Cómo se encuentra?
-Bueno, bien. Me operaron ayer, y estoy con la incomodidad lógica de la rotura de la clavícula, que es muy dolorosa. Pero ya está solucionado el problema, me han puesto una placa con unos tornillos y ahora, a recuperarse.
-¿Sabe ya los plazos de recuperación?
-Nuestra idea es acelerar mucho todo, para estar en perfecta forma el 1 de julio, por si hay alguna oportunidad de torear. Hasta la Feria de Julio no tenemos nada, pero los doctores me han dicho que a partir del 1 de julio podría torear, así que vamos a ver cómo va saliendo todo. Esos son los plazos que nos hemos marcado, y vamos a ir viendo si evoluciona bien, pero tenemos mucha fe en que sí.
-¿Cómo se puede torear y matar un toro con la clavícula partida?
-No lo sé. Los doctores que me han operado, que tienen muchísima experiencia en este tipo de fracturas, me han dicho que ellos lo ven imposible. No saben cómo lo he podido hacer y, sinceramente, yo tampoco. Sentía muchísimo dolor, un dolor tremendo, pero siempre he dicho que el amor a mi profesión, al toro y a Madrid hacen que se consigan cosas inimaginables. La afición se merece que, mientras pueda, salga a entregarme. Por eso, tenía que intentar salir, tenía que intentar torear y darle una muerte digna a mi toro.
-Y la afición supo valorarlo y cortó una oreja. ¿Valió la pena el esfuerzo?
-Me calmó un poquito el dolor. Para mí, Madrid es muy importante. De San Isidro depende mi temporada, depende todo. Me quedo con esa oreja, y ese grito de «Torero, torero» que curaron mi alma y me alimentan para seguir luchando. Me hubiese encantado poder torear el toro bien y haber podido cuajarlo de principio a fin, pero tuvo que ser de una manera más épica, y Madrid volvió a ver que cada vez que hago el paseíllo allí, salgo a darlo todo.
-Era su tercera comparecencia este año en Madrid. La tarde anterior ganó la Oreja de Oro, en la Corrida de la Prensa.
-Esa corrida fue una tarde difícil, en cuanto al comportamiento de los animales. Una tarde complicada, pero conseguí dar una vuelta al ruedo y hacerme, por segundo año consecutivo, con la Oreja de Oro, por lo que estoy muy feliz y agradecido. En general, estoy contento de mi paso por San Isidro.
-Este año, en la Feria de Fallas, cuajó una de las faenas de la temporada. Si no le llaman antes, me ha dicho que la reaparición sería en Valencia. Bonito escenario para volver a los ruedos.
-Totalmente. El toro de Montalvo ha sido el que mejor he toreado en Valencia, y creo que el mejor toro que he podido torear en mi vida. Afortunadamente, se pudo ver a través de las cámaras de televisión, y creo que ha sido uno de los toros más importantes de mi vida.
Al llegar a casa, tras dar un beso a su hija, Ureña cogió una muleta. Afición, ambición, corazón, y, sobre todo, un valor fuera de lo normal son el ADN de este torero.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete