Paco Cepero: «El toreo me pellizca el alma»
El guitarrista, bajo cuyos acordes entrena Morante, ha compuesto un pasodoble a Manzanares y sigue ahora a Borja Jiménez: «Ahí entrego yo la cuchara»
Borja Jiménez, a corazón abierto con un toro de bandera de Fuente Ymbro
![Paco Cepero](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/05/cepero5-RZ36WEucazlCqn1jy3kKxJL-1200x840@diario_abc.jpg)
Toros y flamenco. Flamenco y toros. Un binomio que se fusiona hasta tal punto que sería imposible entender al uno sin el otro. La guitarra es al tocaor lo que el toro al torero, logrando estremecer a cuantos disfrutan de aquella expresión artística, nacida, en ... ambos casos, como una manifestación popular. Un '¡olé!' profundo sale de forma natural cuando la emoción inunda las sensibilidades de los aficionados a ambas artes. Tanto es así, que raro es el torero que no entrena con flamenco, o el músico que no es aficionado a la Fiesta. Uno de los nombres fundamentales de la guitarra es Paco Cepero, tocaor de Jerez («tierra de toros, caballos y flamenco», como lo describe él), gran aficionado que «siente la Fiesta en el alma» y seguidor de muchos toreros históricos, a los que compara con los diferentes tipos de cante.
Para el compositor, Rafael de Paula se asemejaría a una pausada seguiriya; una soleá, siempre rítmica, sería Manzanares. El toreo etéreo de Curro Romero lo identifica con una zambra, mientras que el martinete, tan profundo, es Morante; y la inspiración de Talavante se vería en bulerías por soleá. Su último hallazgo en el escalafón: Borja Jiménez, al que asemeja con un fandango de gloria, por la potencia que tiene.
Se conocieron el pasado año, cuando invitaron al torero a los mano a mano que organiza la Fundación Cajasol, y Borja pidió que Cepero fuera su compañero en el coloquio. En aquel momento, en una servilleta le dedicó unas letras: «Empaque, torería y pureza/ el temple también lo tiene/ cómo te pellizca el alma/ el toreo de Borja Jiménez». Ahí nació una amistad, con la consiguiente admiración mutua. El jerezano acudió a la encerrona que protagonizó Jiménez en La Línea, doce días después del tabaco que sufrió en Pamplona: «¡Qué mérito tuvo el tío toreando esa tarde!», recuerda. »Estuvo bien en los tres primeros toros, pero los pinchó. Me brindó a mí el cuarto, y cortó las orejas», cuenta con orgullo por haber traído algo de «buen bajío» al torero esa tarde.
Mismo orgullo con el que cuenta, sin darse coba, que le han concedido un premio en El Puerto de Santa María por un pasodoble que acaba de componerle a José Mari Manzanares, el cual «no se ha estrenado con mal pie». Se declara admirador de todos los toreros, aunque, al igual que en el cante o la guitarra, busca la pureza y la personalidad de los artistas: «El libro del gusto está en blanco, y a mí me gusta que peguen un pellizquito y me digan algo». Y ese pellizco lo ve en Borja, recordando la tarde de Bilbao en la que cortó tres orejas: «Ahí entrego yo la cuchara. Le valen todos los toros porque sabe torear muy bien, tiene un temple exquisito, y un valor inconmensurable».
«En realidad -continúa- deberíamos considerarlo figura, porque corta orejas en todos lados a donde va, y, lo más importante, dejando huella». Por ello, otros versos más le dedicó al de Espartinas tras verle cortar un rabo en Cabra, que dicen: «Poderío, torería y grandeza, el temple también lo tiene, cómo te pellizca el alma, su toreo, Borja Jiménez».
Sacando el teléfono, lee también otras composiciones que ha escrito: «Arte, empaque y majestad/ pellizco de soleares/ el aroma que te deja/ José Mari Manzanares». Y continúa: «Por muchos siglos que pasen/ ya lo sabe el mundo entero/ que el arte de torear/ lo inventó Curro Romero». Antoñete, Rafael de Paula, Aguado, Ginés Marín... numerosos toreros cuentan con una rima compuesta por el maestro de la que pueden hacer gala.
Por supuesto, también Morante, que le confesó en una ocasión que entrenaba escuchándole «y me agradeció que le ayudara a inspirarse. Es algo que me llena de gloria», y por lo que todos los aficionados debemos estar agradecidos al tocaor. Otras flores se ha llevado también, como un bonito brindis que le dedicaron hace años: «Maestro, sueño todas las noches con poder tener el compás y el temple que tiene usted tocando la guitarra». Ea.
Cuenta entre medias anécdotas curiosas, como la existencia de un disco que grabaron Antoñete, Gitanillo de Triana y Curro Romero para el Sindicato de Toreros hace muchos años: «Está por ahí la grabación. Cantan por fandangos, y luego algún villancico porque era Navidad». ¡Si es que el maestro Chenel valía para todo! Amante de su profesión, Cepero continúa trabajando a sus 82 años «porque es lo que me da vida», y tiene ya en mente que un artista cante sus letras a Borja Jiménez, próximamente.
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