Lo único Deseado en el cóctel de ganaderías en Las Ventas
El capítulo de Villita con el primero de José González albergó esperanzas, al traste a medida que transcurría la deslucida novillada con toreros de escasa ambición
La caída de OneToro en Madrid y Sevilla

No funcionó el invento de las seis divisas, ni tampoco los novilleros anduvieron como para tirar cohetes. Y eso que cuando apareció Deseado, bien hecho y con esa forma de descolgar, albergamos la esperanza de contemplar una tarde para el disfrute. Muy notable este ejemplar ... de José González, con la exactitud de lo que debe ser un novillo y con ese fondo tan bueno. Aunque abanto en varas, siempre se vislumbró su importancia en la embestida; con un tranco más, hubiese sido extraordinario.
Entonada brotó la faena de Villita, que se mostró dispuesto, supo ofrecer las telas y alcanzó la alegre ligazón en alguna serie diestra que encendió las ascuas. Gobierno por abajo pedía ese pitón derecho, con el dibujo de un cambio de mano. Se entretuvo el toledano en unos naturales a pies juntos, rematados con una trincherilla con sabor, de esas que ponen a hervir las gargantas. Cosas del directo, Villita optó por un cierre por alto, pese a que Deseado era más agradecido a ras de tierra, el lugar en el que ruge Madrid. La tardanza en la muerte apagó las brasas y tuvo que conformarse con saludar. Deseado, en cuyo viaje volaba una oreja, se arrastró intacto en medio de los aplausos.
El resto contuvo rácana historia. Por novillos –se movieron entre el genio, la poca clase y la falta de raza– y por novilleros, de frágil ambición. Jesús Moreno, que regresaba a Madrid tras un cornadón –torero el gesto de brindar al doctor Padrós, que acabaría atendiendo al picador Remache–, no anduvo con tino. Como tampoco se confiaría Diego Bastos, más allá de algún detalle capotero.
Feria de Otoño
- Monumental de las Ventas. Domingo, 29 de septiembre de 2029. Segunda de feria. Media entrada. Novillos, por este orden, de José González, Condessa de Sobral, Guerrero y Carpintero, Quintas, Baltasar Ibán y Ángel Luis Peña, desiguales, aunque bien presentados en líneas generales -bajó el estrecho 2º-; destacó el 1º de un deslucido conjunto.
- Villita, de verde y oro: media trasera y tendida (saludos tras aviso); estocada baja trasera (silencio).
- Jesús Moreno, de lila y oro: estocada desprendida (silencio); estocada defectuosa y múltiples descabellos (silencio tras aviso).
- Diego Bastos, de caña y oro: estocada caída (silencio); estocada corta atravesada, cuatro pinchazos y estocada atravesada (silencio).
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