Manuel Escribano, tras una tarde de torero en sazón renuncia a la salida a hombros
Toreó con temple y profundidad a un buen toro de Orive en la primera de Calatayud
Talavante y su irrenunciable pacto con la izquierda
Tarde de sol, de alegría y peñas. Un día de toros del verano de tantos puntos de esta España en fiestas. La plaza de Calatayud puede resumir perfectamente lo que se vive estos días en los cosos taurinos, y en medio de ese ambiente ... festivo y de excesos, a veces surge el buen toreo. En la primera de la feria de San Roque, fue Manuel Escribano el feliz protagonista de una corrida al cuajar al sexto una faena plena de temple y profundidad.
Se entendió con el buen toro de Orive, el mejor de un conjunto terciado y noble, al que ya recibió de forma espléndida con el capote. Bulló con las banderillas y frenó la velocidad al coger la muleta. El toro iba largo y humillado, y el sevillano lo toreó con buen trazo. Mejor al natural, donde hizo lo mejor de la tarde. Hábil con la espada y una oreja, que unida a la que cortó al tercero, le permitía abrir la puerta grande, que al final declinó. Los líos de los reglamentos autonómicos. Hasta esta temporada en Aragón había que cortar las dos orejas a un toro para salir a hombros, pero la última modificación de la norma, solo exige ese premio en las plazas de primera.
A hombros sí se fue el rejoneador Sergio Galán, que se lo ganó ya en el que abrió plaza, con el que estuvo muy centrado y pulcro en una actuación sin alharacas.
Por su parte, El Fandi, que obtuvo un trofeo en su primero, pasó sin pena ni gloria en el quinto.
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