san isidro
Daniel Luque, capaz de sacar faena a los bueyes de Florito
El sevillano, que ve toro por todos lados, da una vuelta al ruedo en una decepcionante corrida de Alcurrucén
De toros no entienden ni las vacas
![Daniel Luque, en un muletazo rodilla en tierra](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/06/01/luque-RGGrndXiiykJ8t7o2euSgeK-1200x840@abc.jpg)
Relampagueaba el cielo de Madrid, que derramaba agua sin piedad. En los bares de alrededor de la plaza se hacían apuestas sobre si se celebraría o no la corrida. Un cuarto de hora antes del paseíllo apenas tres mil personas desfilaban por el tendido, ... pero a las siete en punto el cemento se pobló de expectación, de paraguas y chubasqueros.
Las huellas de los toreros sobre el mojado ruedo creaban lienzos para ARCO. Pronto se mezclaron con la señal de las pezuñas del guapo Antequerano, con el que Talavante se ciñó en el quite por chicuelinas. No pudo reeditar Diego Urdiales sus soñadas verónicas del último sábado, pero algo vio al colorado para tomar la montera y brindó al público. Hasta el 6 se marchó para recoger al toro, que metía la cara por el derecho aun sin terminar de romper hacia delante. Como tampoco acababa de comprometerse el riojano, aunque lo oxigenó con listeza y corrió la mano con despaciosidad al natural mientras el animal perdía las suyas. No podía el de Alcurrucén, tan noble como débil, necesitado de una labor de enfermero. Lamentable la imagen de Antequerano derrumbado. Sonó un aviso antes de que Urdiales enterrase una estocada a cámara lenta con el toro parado.
Fino el segundo, que manseó desde la salida. Complicado se lo puso a los banderilleros, pues Cornetillo no es que esperara para dar la nota, es que directamente no se movía. Sin andarse con rodeos, Talavante le presentó la zurda. pero el toro de reata musical lo mismo regalaba una embestida buena que se colaba. Demasiado pronto echó el freno y el extremeño no se complicó la existencia. Se agradeció su brevedad; claro que todo lo estropearía con el acero.
Protestaron al tercero por su presencia y porque de fortaleza no andaba sobrado. Echaba las manos por delante Tonadillero, que no se empleó en varas y no hizo nada halagüeño en banderillas, a su aire y sin fijeza. Mucho mérito tuvo Iván García, que arriesgó y se desmonteró. Y buena la lidia de Contreras, que hizo hasta que el alcurrucén siguiera con largura la senda de su capotazo. Pero el que hizo que se desplazara totalmente fue Daniel Luque, que embarcó genuflexo la embestida. Rugía Madrid con aquel poderío de Gerena. Y así siguió mientras rotaba sobre sí mismo por derechazos, con un pase de pecho hondísimo. Empapaba al castaño de muleta y llevaba hasta el final su nobleza, virtud de varios toros de la decepcionante corrida, por presentación y juego. Suavemente echó las telas al hocico por el zurdo, procurando alargar el viaje. Varias veces tuvo que buscar el pitón contrario y, cuando se quedó fuera para intentar ligar, le recriminaron la colocación. Se cruzó entonces hasta acabar ya metido entre los pitones sin ayuda. Su invención recreó: unas inmensas luquecinas y un desplante en el que se comía al Núñez. Cayó defectuoso el acero y no cuajó la pañolada.
Menudo gañafón envió el careto cuarto a Urdiales, al que arrancó el capote. Bruto toro para tan cristalino torero. De najas salió Flauta en el caballo y una papeleta se antojaba clavarle los palos. No hubo modo de corregir tan áspera mansedumbre y el de Arnedo le dio matarile con prontitud.
El corniapretado y silleto quinto revisó todo el ruedo antes de acudir al piquero que guardaba puerta. Jarreaba entonces en la Monumental y, bajo esa lluvia, Talavante se creció en una explosiva e inmensa apertura de rodillas. Una docena de variados muletazos, desde la espaldina al pase de pecho o el cambio de mano y con derechazos interminables. Toreando de verdad, como ya quisieran otros de pie, y con la ligazón del delirio. En el espacio en el que se baila un chotis, que dirían los revisteros antiguos, se desarrolló su faena, sin enmendarse, vertical y valiente, aguantando los parones del nobilísimo Rompeplaza. A pies juntos, hundido sobre sí mismo y con el pecho dado, emocionó con un mansito que se dejó mucho y con el que Alejandro anduvo sobradísimo. Se presentía el premio, pero la espada no se afiló lo suficiente y tuvo que conformarse con unos saludos.
Feria de San Isidro
- Monumental de las Ventas. Jueves, 1 de junio de 2023. Vigésima corrida. Lleno. Toros de Alcurrucén, desiguales, mansos en general, con nobleza varios, pero decepcionantes en conjunto.
- Diego Urdiales, de negro y oro. Buen volapié. Aviso (silencio). En el cuarto, estocada desprendida (silencio).
- Alejandro Talavante, de grana y oro. Tres pinchazos, estocada corta trasera tendida y descabello (silencio). En el quinto, estocada corta trasera y tendida y descabello. Aviso (saludos).
- Daniel Luque, de azul marino y oro. Estocada defectuosa y descabello. Aviso (petición y saludos). En el sexto, estocada. Aviso (petición de oreja, vuelta al ruedo y bronca al palco).
Menudo gazpacho montó Luque al sexto, un pozo seco que no agradó por su triste trapío. Su acapachada cara levantó las mayores protestas (aunque no las únicas). «¡Toro, toro!», era el grito de guerra de los que se presentaban como Frente Animalista. Lo opuesto a su nombre fue Mimoso, tan brutote. Qué inteligente anduvo el sevillano en esos doblones para limar asperezas. Por aquel entonces, con la lluviosa noche encima, el ruedo era un barrizal. Tuvo que cambiar el matador de muleta hasta dejar tandas de impecable técnica, conocedor de lo que el rival pedía, inyectándole celo. Qué alarde de autoridad y qué mente, con el privilegio de ver toro por todos lados. Muy por encima del castaño, al que mató por derecho, con una sensacional estocada, de esas que contienen premio, aunque todo quedase en una vuelta al ruedo. Más allá de orejas, anda en tal momento Luque que es capaz de hacer faena hasta a los bueyes de Florito.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete