Juan Miguel sufre una cornada de 30 centímetros en la Copa Chenel
Fue la cruz de una tarde en la que Fernando Plaza tomó la alternativa por la puerta grande en Valdetorres del Jarama
Todas las combinaciones de la madrileña Copa Chenel

Triunfo y sangre en la tercera de la Copa Chenel, celebrada en la localidad madrileña de Valdetorres del Jarama. La cara fue para Fernando Plaza, por la puerta grande en su alternativa. La cruz para Juan Miguel, que sufrió una «cornada en la ... región interna del muslo izquierdo, de 30 centímetros, con dos trayectorias, una interna y otra inferior que secciona el músculo vasto interno, de pronóstico grave».
El primero de Cerro Longo, con el que Fernando Plaza se estrenó como matador de toros -teniendo de padrino a Juan Miguel-, fue un toro grandón y regordío, que llegó a la muleta con movilidad pero sin humillación alguna. Pasaba medio bien el primer muletazo, pero al tercero se quedaba corto y protestaba, como si en la corta distancia se sintiera más incómodo. No obstante, la buena voluntad y el valor del toricantano siempre estuvieron presentes, como lo estuvieron a la hora de entrar a matar, volcándose sobre el morrillo y dejando una estocada entera arriba. Merecida oreja.
Bailador, segundo de la tarde, con una cara apropiada a la plaza y un corpachón enorme, se vio que era bravo desde el principio y descolgaba, virtudes que desbordaron a un matador de tan poco bagaje. Pedía sitio, su espacio y repetir, y no un toreo encimista. Mala moda la que siguen muchos jóvenes de confundir la valentía con el parar, templar, cargar y mandar cuando el toro lo pide, como era el caso. Lo mejor, el buen uso con los aceros dejando una gran estocada. Oreja.
Sin opciones salió el tercero para el francés Salenc porque, a pesar de su evidente nobleza, fijeza y buena presencia, le faltaba lo fundamental: la fuerza, y no se tenía en pie. El mantenerlo en el ruedo fue un flaco favor de la presidencia a este torero, que bastante hizo con torearlo a media alturita y estar con él más que aseado. El lunar negro fue la colocación de una espada que cayó baja. Petición no atendida.
En cuarto lugar salió un ejemplar de Fraile, de un trapío más acorde con la plaza, pero que fue desarrollando un peligroso sentido según avanzaba la lidia, llegando a la faena de muleta con muchos problemas. El primer muletazo se lo tragaba, pero después sabía en todo momento dónde estaba Juan Miguel; eso, junto con la inexperiencia del matador, hicieron que lo tuviera a merced en varias ocasiones. Lo que fueron sustos en la faena, se convirtió en cornada a la hora de matar. Lo finiquitó Salenc.
Mala suerte ha tenido esta tarde el torero francés, pues este 5º de Fraile cantó el peligro, sobre todo por el derecho, desde que salió. Intento de macheteo por la cara y poco más antes de entrarle a matar con la confianza muy justa.
El sexto, de enorme trapío, llegó a la muleta con posibilidades. El torero lo intentó siempre en las cercanías, protestando y sin pasar el toro. Ha mostrado tanta voluntad como bisoñez. Tras estocada defectuosa a la segunda, le concedieron una oreja. Puerta grande.
Balance final
Con un tercio de entrada, se lidiaron toros de Cerro Longo (1º, 2º y 3º), mucha caja, poca cara y nobles; y Juan Luis Fraile (4º, 5º y 6º), más vareados, serios por delante y desarrollando peligro, sobre todo el 5º. Juan Miguel, de lila y oro, estocada entera (oreja), cogido; Adrien Salenc, de amapola y oro, estocada baja (petición), pinchazo y estocada tendida y atravesada (silencio), y Fernando Plaza -que tomaba la alternativa-, de blanco y oro: estocada entera delanterilla (oreja), pinchazo hondo y entera tendida y atravesada (oreja).
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