Juan de Castilla: «No me asusta la muerte porque cada vez que me pongo un traje de luces es una fiel compañera»

Empieza triunfando el de Medellín también esta temporada. El joven torero, que compagina su profesión con su trabajo, continúa luchando con una fe inquebrantable por conseguir sus metas. Esperemos, por el bien de la Fiesta en Colombia, y el mundo del toro en general, que siga buscando sin desfallecer sus sueños, y que los alcance a tocar.

Noticia Relacionada

Un cartel de Madrid para Madrid, ¡y con toros de Adolfo!

Rosario Pérez

Rafael de Julia, Damián Castaño y Adrián de Torres estrenan la temporada el 23 de marzo en Las Ventas

-¿Qué supone haber sido triunfador de Manizales?

-Es un sueño hecho realidad. Desde que tengo uso de razón taurina, trece o catorce años, estoy entrenando muy fuerte. Recuerdo que venía a entrenar con mi maestro todas las mañanas y, mientras veíamos a los novilleros del momento salir de las discotecas, nosotros estábamos yendo a un parque para buscar el sueño de ser esto, el triunfador de Manizales. Por fortuna ya lo conseguimos, y creo que es un pequeño paso para ratificar que estamos en el buen camino y haciendo las cosas bien, aunque sea un proceso muy largo.

-¿Qué ilusiones ha conseguido ese niño que iba al parque a entrenar?

-Ese niño soñaba, sobre todo, con torear con las figuras del toreo, algo que poco a poco voy consiguiendo; soñaba con vivir en España, y ya vivo allí, y vivir del toreo. También ese sueño motivaba a ese niño a sacrificarse, sin importarle otra cosa que llegar a ser figura de toreo. Es casi imposible, pero estamos andando, y por fortuna se está viendo reflejado en esos triunfos que estoy teniendo aquí en Colombia, y la repercusión con los aficionados, a nivel mundial. Creo que eso es lo que importa, que la afición se siente identificada y con un referente que creo que ahora soy yo. Ojalá pueda darle una alegría a mi país, y pueda haber una figura del toreo de talla mundial de estas tierras.

-Ahora mismo su país necesita, con urgencia, una figura como usted. ¿Cómo está la situación?

-La situación política es muy precaria, muy complicada. Hay mucho miedo y mucho temor, pero no sólo por los toros, sino por todo el país. Pero en el ámbito taurino es aún más complicado. Estamos en cuidados intensivos, y necesitamos muchísima unión y muchísima ayuda por parte de las figuras, los ganaderos, los grandes empresarios... y se ha visto poca. Pero con un buen golpe de suerte, que espero que lo tengamos, y sobre todo con el esfuerzo de todos los aficionados de Colombia que están luchando por tener la tauromaquia viva, es posible que se consiga. Estamos esperando un fallo de la Corte Constitucional en cualquier momento, que puede salir positivo o negativo. Ojalá sea positivo a favor de los taurinos, aunque cualquier cosa puede pasar, y puede pasar a partir de este instante, a dos años.

-La cruz de la feria de Manizales ha sido el gravísimo percance sufrido por Ricardo Santana.

-Es preocupante que uno de los mejores banderilleros de mi país haya sido herido, porque creo que ni siquiera tiene cornada, pero ha sido uno de los percances más fuertes de las últimas décadas a nivel mundial. Siendo un paisano, y un gran torero como es él, es muy doloroso. Estoy pidiéndole mucho a Dios por su salud. Se encuentra en un punto extremadamente delicado. Sé que su cuerpo no está respondiendo a los antibióticos y está teniendo mucha dificultad con varios órganos afectados, como el bazo, los riñones y el páncreas. Necesitamos muchísima paciencia, muy buenos médicos y, sobre todo, mucha fe para que pueda salir de esta dolorosa situación.

-¿Cuál fue el día más feliz de su carrera taurina?

-¡Cuando quedé triunfador de Manizales! Ha sido el sueño que ese niño quería conseguir y lo consiguió, al fin. De ahí en adelante, creo que el día más feliz será cuando abra la puerta grande de Madrid, aunque sea casi imposible.

-No ha podido empezar mejor el 2025, consiguiendo ya su sueño. ¿Cómo se presenta la temporada?

-Muy ilusionante. Espero que sea muy extensa y llena de muchos triunfos. Estoy deseando volver a Madrid, regresar a Pamplona, a las plazas de primera categoría y también dar ese pasito al frente de no quedarme sólo en el torero que mata las duras, sino en el torero que torea bien las duras y así ganarme un espacio, no voy a decir en las de primer nivel, pero sí en las corridas de un nivel medio.

-¿Volverá a San Isidro?

-Se saben cosas. No a ciencia cierta, porque las figuras son las primeras personas con las que hablan, pero sí hay algo...

-Decía usted que es muy complicado salir a hombros de Madrid, pero el año pasado ofreció tres tardes muy importantes, especialmente la última en la que se ganó el respeto de todos los aficionados, al quitarle, con muchísimo mérito, el rocío al quinto toro de la tarde.

-Creo que la actuación de septiembre fue una de las más importantes de mi vida, a pesar de que las cosas no terminaron de redondearse, pero sí vio la gente que tengo capacidad para torear bien, y sobre todo, que tengo mucho poder con cualquier tipo de circunstancias, sin importar el toro que me echen. Se recuerda mucho lo de aquel toro de Couto de Fornilhos, que para mí ha sido una de las cosas más importantes de mi vida. Surgió sin querer, pero de eso se trata en la vida, de estar pendiente y dispuesto ante cualquier circunstancia, y cuando lo demanda la ocasión, dar la cara.

-Además de capacidad, también hay que tener ambición, y por ende valor, para dar la cara.

-La gente vio que estaba dispuesto a echar para adelante y enfrentarme a esas circunstancias tan difíciles, porque el toro podía meterme el pitón.

-¿Ve su entrega a la Fiesta recompensada?

-Mis circunstancias son las que son, y seguiremos avanzando y creciendo. Si el toreo en algún momento me quiere recompensar con algo, bienvenido sea. Siento que se lo estoy dando absolutamente todo, sin pedirle absolutamente nada. La vida sabe perfectamente cómo me estoy rompiendo el alma por conseguir lo que quiero, y si fuera justa, me lo daría. Pero en mi cabeza no va a quedar el recuerdo de que no lo intenté. Va a quedar el recuerdo de que hice todo por conseguirlo. Si lo consigo lo voy a disfrutar muchísimo, y si no, no tendré nada que reprocharme.

-Pero lo va consiguiendo

-Poco a poco. Si esto es casi imposible... Lo más probable es que este año me meta en el pitón o alguna vez, o algunas veces, y no pasa nada.

-Lleva años sin percances, gracias a que es poderoso.

-Al torero más poderoso, como era Joselito, lo mató un toro.

-Veo que mira de frente a la muerte, sin bajar la mirada. ¿ No le asusta la muerte?

-No. Le tengo mucho respeto, sé que está ahí, y que cada vez que me pongo un traje de luces es una fiel compañera. Sé que ronda y pulula a mi alrededor mucho tiempo, pero no le tengo miedo. Para mí, cada momento y cada instante son irrepetibles. Por eso, intento darle mucha intensidad a todo lo que hago en el día a día, a los momentos y a las personas que quiero, para que sientan que les estoy dando lo más importante que tengo, mi tiempo, porque sé que ese tiempo cada día se va descontando, se va acabando, y sé que en algún momento de mi vida tendré que ser acompañado completamente por la muerte. Y cuando tenga que llegar, que sea una buena guía para irme al otro mundo, pero por eso intento, mientras esté en este mundo, que no se me escape nada.

-Y con esa intensidad vive…

-Creo que la intensidad es la base de mi vida. Muchas veces ni duermo. Todo el tiempo estoy pensando, entrenando, trabajando o haciendo cosas que van en sintonía con mi profesión y con lo que a mí me mueve. Intento aprovechar cada instante de mi vida para entrenar, para aprender, para crecer, para mejorar. Cada momento, para mí, es mágico.

-¿No preferiría algún día al volver de trabajar poder dormir?

-Prefiero estar sufriendo con una muleta en la mano ante el toro más sanguinario del mundo, a estar repartiendo paquetes todo el día. Eso no quita que estoy infinitamente agradecido con la empresa que me da de comer y me ayuda a tener mis ilusiones, porque me permiten estar tranquilo entrenando, sabiendo que tengo algo en mi nevera gracias a ellos; pero mi profesión es ser matador de toros.

-¿Ve próximo el día que pueda dedicarse únicamente a su profesión?

-Uff… para eso todavía queda tiempo.

-¿Cuál considera que es su mayor virtud como torero?

-La capacidad que tengo para entender los animales, desarrollarles una lidia e interpretarles todo lo que necesitan para que puedan embestir.

-¿Y a qué dedica más horas entrenando porque le cuesta más?

-A dominar con el capote. Me falta muchísimo por mejorar, me falta mucho por corregir y aprender, y sobre todo por desarrollar. Siento que es una asignatura muy pendiente que necesito en mi vida. Temas como la espada están siendo mucho mejores, y es cuestión de regularidad. Pero con el capote, sí me veo para mejorar bastante.

-Dígame cuál sería su cartel ideal, contando con usted.

-Me hubiese encantado torear con el maestro Domingo Ortega, por el dominio que tenía con los animales. También con Antonio Bienvenida y Luis Miguel Dominguín. Ahora me encantaría torear con José Tomás y Morante de la Puebla.