Isaac Fonseca: «Sentí cómo el pitón entraba; ha sido la cornada más dura de mi vida»
El torero de Morelia recibe a ABC en su habitación de la Fundación Jiménez Díaz tras la grave cornada que recibió el domingo
La cornada del horror y el milagro: Isaac Fonseca volvió a nacer

Salió Fonseca con todo en el sexto, sabedor de que tenía la puerta grande medio abierta, tras cortar una oreja al tercero. El toro de Torrestrella era violento, y prendió de una forma escalofriante al de Morelia, por la espalda, cuando intentaba dar un pase ... de pecho como remate de una tanda. Instantes que fueron eternos, seguidos por la angustia de esperar el parte médico, mientras se veía preocupación en los rostros de los que salían de la enfermería. Un nuevo milagro se volvió a obrar en Las Ventas y, pese a que Isaac llevaba un tabaco gordo, era menos de lo que se pensó en un principio. De madrugada surgió la posibilidad de que tuviera una contusión pulmonar, y pasó la noche en la UCI; pero, por la mañana, respiraron todos aliviados, ya que era una falsa alarma. Este martes, ya en planta desde ayer por la tarde, el torero recibe a ABC en su habitación del Hospital Fundación Jiménez Díaz, amable y con la sonrisa siempre en los labios.
-¿Cómo está?
-Me encuentro ya mucho mejor. Aquí en planta ya es otra sensación. Por la mañana me han quitado el drenaje. Me hicieron una limpieza, que fue dolorosa, pero ahora ya siento alivio.
-¿Cómo vivió el percance?
-Fue un momento duro porque, cuando sentí que me agarró el toro, me dio dos derrotes primero, y en el tercero es cuando siento que entra el pitón. Sentí cómo entró en mi cuerpo, en mi espalda, y fueron momentos, en realidad segundos o milésimas de segundo, con muchas y fuertes sensaciones: de sentir el dolor, de notar el pitón en la espalda, e imaginarme algo muy fuerte. Pero me tranquilicé cuando entré en la enfermería y pregunté a los médicos que si todo estaba bien, a lo cual ellos me dijeron que sí.
-¿Tranquiliza torear en Madrid cerca de las manos de don Máximo?
-El tener médicos como ellos hace que uno vaya tranquilo. Ya vas sabiendo que en las plazas de primera, sobre todo Madrid, va a haber un equipo médico de primera.
-Tras mandarle a este hospital, le llevaron a la UCI, y debió ser otro buen susto.
-Lo que entiendo que pasó fue que el pitón o las costillas rozaron un poco el pulmón, pero sólo lo rozaron, lo contusionaron. Vieron eso en el estudio que me hicieron, y por protocolo tuve que pasar la noche en la UCI . Pero cuando descartaron problemas y vieron que todo iba bien esa primera noche, me pasaron ya a planta el día de ayer.
-Esa fue la cruz de la tarde, pero vayamos a la cara: cortó una oreja al tercero.
-La faena de mi primero fue una faena muy bonita, y la disfruté mucho de principio a fin. Desde capote hasta el espadazo, y lo más bonito fue cuando di la vuelta al ruedo viendo cómo, prácticamente todas las personas que iba viendo, estaban aplaudiendo. Eso da un valor adicional a lo que fue la faena, así que debo decir que disfruté. Y con mi segundo toro había que apostar, porque ya la tarde estaba encaminada a algo muy bonito. Sabía que por el pitón derecho era complicado, se ceñía mucho; sin embargo, por el lado izquierdo, cuando le pegué esa primera tanda, el toro respondió. Pero ya, cuando quise rematar esta tercera serie, me había pegado la cornada.
-Usted ya ha pagado con sangre los peajes de esta profesión. ¿Cómo espera volver?
-Sabemos que las cornadas son parte de lo que hay en el mundo del toro, de lo que puede pasar. Soy consciente de ello, trato de afrontarlo así, y me mentalizo para ello. Creo yo que ésta ha sido la cornada más dura que he tenido. Pero confío en torear todavía con más gusto cuando vuelva a la cara del toro, porque uno valora más lo bueno, tras los momentos difíciles.
-¿Le han dado ya plazos de recuperación?
-De momento no, aunque no hemos preguntado. Tampoco sabemos si van a ser un par de días más aquí, en el hospital. Primero tengo que estar en observación, en lo que sale del drenaje del orificio, y a partir de ahí será la valoración del alta, y ya, después, lo que siga.
Lo que, desde luego ha quedado de manifiesto, tras su paso por Las Ventas, ha sido su ya reconocido valor y una templada madurez en sus maneras, que harán que Madrid le esté esperando.
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