FERIA DE LOGROÑO
Demasiada Alabanza para Talavante en Logroño
El extremeño corta dos orejas al mejor toro de Juan Pedro Domecq y sale a hombros del coso de la Ribera
En el nombre del padre y del hijo, con final feliz
![Puerta grande de Talavante](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/23/GYLqFqnW4AEn2XS-RjWP7O4UG50YXosuKBOQSWK-1200x840@diario_abc.jpeg)
El mano a mano, forzado por la baja de Morante, no tenía razón de ser, aunque al final acabara con una puerta grande de Talavante propiciada por el sexto, que llegó para tapar una flojísima corrida de Juan Pedro Domecq. Alabanza, un toro negro ... de 525 kilos, alegre y bravo, salió para salvar el honor del ganadero, hasta entonces en entredicho. El extremeño lo vio claro. Un comienzo explosivo del muleteo puso todo a su favor. Con la derecha, la vista se iba más a cómo tomaba la franela el toro, cómo embestía con el hocico por la arena, cómo iba de largo, y a la vez, cómo lo llevaba de rápido Talavante. Hubo florituras, muchas. Todo sin solución de continuidad, lo que caló fuerte en los tendidos, entregados ante tanto oropel. Cogió la izquierda y Alabanza iba a mejor, por donde le pedía su matador, que era más bien por las afueras. Se ciñó poco, incluso cuando citó, muy bonito, a pies juntos. Pero todo tan ligado que mantenía el delirio. En segundos montó la espada y la estocada fulminante desató la pasión, que ya estaba a buen nivel.
A hombros se lo llevaron como colofón a una tarde con demasiadas carencias. Corrida de nula competencia entre Urdiales y Talavante. Apenas dos quites en los primeros toros, sin réplica. Bien es verdad que los de Juan Pedro tampoco pusieron la tarde para alardes. Se quedaron en las buenas intenciones, en una nobleza inacabada marcada por la flojedad. Uno, y otro… y así hasta la Alabanza del sexto.
Al riojano Diego Urdiales le tendrá que agradecer el ganadero que le salvara de lo que se presumía un naufragio mediada la corrida. Fue en el tercero, tan bondadoso y feble. Embestía humillado como un carretón, pero había que tratarlo con las mismas armas, porque el suelo estaba demasiado cerca. No lo obligó a derecha e izquierda. Parecía que todo estaba hecho, que la cosa no iba a pasar de los intentos, pero el de Arnedo vio y sintió lo que nadie siquiera atisbaba, y se puso con la zurda, que templó hasta hacer largos los viajes, cada vez más ajustado. Los naturales surgían con la entereza del mejor toreo. Acompasados, armoniosos, con rotundidad y profundidad a la vez. Unos momentos que supieron a gloria. Por lo demás, se llevó una fácil oreja del primero y poco pudo hacer con el quinto, como Alejandro Talavante, inédito hasta que salió Alabanza. La importancia de los finales.
Logroño
- Plaza de toros de La Ribera. Lunes, 23 de septiembre de 2024. Unas seis mil personas. Tercera corrida. Toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación, especialmente por delante, con buenas intenciones, pero sin fuerza; destacó el buen 6º.
- Diego Urdiales, de rioja y oro: estocada desprendida (oreja tras aviso); pinchazo y estocada (ovación tras petición); estocada baja y dos descabellos (silencio).
- Alejandro Talavante, de tabaco y oro: estocada atravesada y descabello (silencio); estocada caída (silencio); estoada (dos orejas). Salió a hombros.
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