Puerta grande a López Simón y Ginés Marín en Pamplona
Excelente corrida de Victoriano del Río, en la que el extremeño se gana la sustitución de Roca Rey este jueves y Castella corta una oreja

Crónica
Los triunfos de Cayetano y Roca Rey , la tarde anterior, con buenos toros de Jandilla, han subido la temperatura taurina de la Feria. Discuten los aficionados sobre Roca Rey, herido, de nuevo, en su reaparición. Arriesga mucho, con suertes poco ortodoxas, pero lo hace con cabeza y con una aplastante seguridad. La cornada ha llegado, como otras veces, al matar: da un toque fuerte y, cuando el toro descubre, ataca muy recto. Todo eso está muy bien; el problema surge porque se vuelca sobre el morrillo y no juega adecuadamente la mano izquierda: un problema de coordinación de movimientos, que debe perfeccionar, con el maestro José Antonio Campuzano.
Los cinqueños de Victoriano del Río , al borde de los seis años, muy armados, dan un juego excelente, en conjunto (sólo bajan cuarto y quinto).
Por la mañana, en la Plaza, Sebastián Castella , con el atuendo de los mozos navarros, ha dictado una lección de toreo, para los más jóvenes. (Ha sustituido, en eso, al herido Roca Rey). En el primero, quita por chicuelinas con el compás abierto (el invento de José Tomás). Brinda al cielo, a Iván Fandiño. Logra muletazos suaves, templados, aprovechando las nobles embestidas, y mata pronto: oreja. Ha estado bien pero un toro tan bueno hubiera permitido una faena más inspirada, de dos orejas. Recibe con una larga al cuarto, que luce dos «perchas» espectaculares, con las puntas vueltas al cielo, y es deslucido. El trasteo se alarga sin éxito, el toro se pone difícil para matar, no lo ve claro Castella y suenan dos avisos.
López Simón se busca a sí mismo en esta nueva etapa, sin su apoderado. El segundo derriba al gran Tito Sandoval; es pronto, humilla; las encastadas embestidas transmiten mucho. El diestro se queda quieto, aguanta; alternan los muletazos limpios con los tropezados y lo derriba. Al entrar a matar, se encuna, sin darle salida: sufre un volteretón y un puntazo, en el glúteo. La emoción del momento le hace ganar la oreja. Ha sido un toro más para el aficionado que para el torero. El quinto, abierto y acapachado, embiste con clase, humilla, no plantea graves problemas. López Simón se queda en voluntarioso, sin brillo, y la espada queda baja. Como el toro ha caído pronto, sorprendentemente, se le concede la oreja y sale a hombros. Con todo respeto, no contribuye eso en nada al prestigio de esta Plaza.
Después de su triunfo resonante en San Isidro, Ginés Marín es la gran atracción en su debut, en Pamplona. Recibe con suaves lances al tercero, descarado de pitones, que da un juego excelente. Pica bien el padre del diestro, lidia templado Carretero. Comienza Ginés de rodillas; se luce en un cambio de manos y naturales largos, suaves, de categoría. Al final, los nuevos naturales son de rodillas. Ha demostrado su facilidad y arte pero pierde los trofeos con la espada. El sexto, muy armado, flaquea, transmite poco. Luce Ginés su torería y buen estilo en suaves muletazos, por los dos lados; muestra su variedad y recursos, en naturales a pies juntos y manoletinas mirando al tendido (algo bastante feo). Esta vez sí que mata bien y corta las dos orejas: la segunda es generosa pero, en el tercer toro, hizo, sin duda, lo mejor de la tarde. Sustituye muy merecidamente a Roca Rey, en la corrida de este jueves.
Posdata. En San Fermín no sólo hay estrépito, también existen «momenticos» –así los llaman, aquí– muy gratos. Comparto con Antonio Burgos la debilidad por el tradicional «Vals de Astrain», con su suave melancolía, y la letra de María Isabel Hualde Redín: «Porque llegaron las fiestas / de esta gloriosa ciudad / que, son, en el mundo entero, una cosa singular». Y todos corean, felices: «Riau, Riau».
Directo
Sexto toro
Ya está el último en la arena, al que Ginés Marín desoreja tras una estocada y una faena con buenos momentos, especialmente al natural. Dos orejas y salida a hombros junto a López Simón.
Quinto toro
Ya está en el ruedo el quinto, Jaceno, número 96, otro toro con los cinco años pasados. Este animal no da muchas opciones de lucimiento y López Simón lo intenta con voluntad, aunque sin eco. Pero mata de una certera estocada y eso desata la pañolada. Oreja que le abre la puerta grande.
Cuarto toro
Sale el cuarto, Ebanista, con el hierro de Toros de Cortés. Sebastián Castella brinda al público y empieza su faena agarrado a las tablas con el riesgo que ello conlleva. Este toro es más deslucido, de medio viaje, y la gente está más pendiente de la merienda que de lo que sucede en el ruedo. Alarga demasiado la faena, el toro se raja y no pone fácil para cuadrarlo. Con el toro totalmente distraído y sin hacer caso al engaño. Se pone complicadísimo. Dos pinchazos, otro hondo. Suenan dos avisos. Le cuesta descabellar. Lo logra ya en el filo del tercer recado. Silencio.
Tercer toro
Sale el tercero, Forajido, número 63, con el que Ginés Marín empieza de rodillas la faena. Humilla mucho este noble y estupendo toro y Ginés se templa erguido, con un cambio de mano eterno -lo mejor de la faena- y un pase de pecho mirando al tendido. A izquierdas surgen algunos naturales buenos dentro de la desigualdad y la falta de limpieza. Para caldear el ambiente, vuelve a colocarse de hinojos. Dos pinchazos y estocada. Vuelta al ruedo.
Segundo toro
Ya está en el ruedo el segundo, Epicentro, un toro que embiste con mucho brío, bruscote en los finales, y exige mando y mano baja. López Simón se muestra muy dispuesto y entregado con este castaño bragado. Sufre un susto por el pitón izquierdo en el inicio del pase de pecho. Protesta por alto el toro, que todo lo quiere por abajo, y lo coge, por suerte, sin consecuencias. Finaliza una obra desigual con molinetes, un pase de pecho y unas arriesgadas manoletinas. El torero de Barajas se tira literalmente a matar o morir. Es prendido y el toro le pega una tremenda voletereta. Ya en la arena, el toro le lanza con tremenda violencia. Muy dolorido por la paliza y con la taleguilla rota, con un varetazo en el glúteo, recoge una oreja.
Primer toro
Sale el primero, Jungla. Sebastián Castella brinda al cielo, en memoria de Iván Fandiño, compañero y amigo. Principia por estatuarios una faena presidida por la firmeza y el temple a un buen y noble toro. Estocada. Oreja.
Paseíllo
Con lleno, hacen el paseíllo Castella, de purísima y oro; López Simón, de azul marino y oro, y Ginés Marín, de corinto y oro.
Sorteo
Esta mañana se sortearon los toros de Victoriano del Río (cuartos y sexto llevan el hierro de Toros de Cortés) que se van a lidiar a partir de las seis y media de la tarde. Sus pesoso oscilan entre los 515 y los 605 kilos.
Sanatorio
El matador peruano Andrés Roca Rey y el banderillero Pablo Saugar Pirri se recuperan en el hospital de Pamplona de las sendas cornadas que padecieron en la Feria. Su evolución es positiva. Se da la circunstancia de que Roca está anunciado en el festejo de este jueves, pues es el único torero que hacía doblete en San Fermín. Su comparecencia es seria duda.
Encierro
El encierro matinal se desarrolló con rapidez, tónica habitual de estos Sanfermines. Afortunadamente, se desarrolló sin heridas por asta de toro.
Cartel
¡Buenas tardes! Bienvenidos a la octava corrida de la Feria de San Fermín. Se anuncian toros de Victoriano del Río para Sebastián Castella, Alberto López Simón y Ginés Marín.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete