El regreso soñado por David Mora a Las Ventas

Se gana la Puerta Grande con un gran toro de Alcurrucén, premiado con la vuelta al ruedo

David Mora sale por la Puerta Grande de Madrid Paloma Aguilar

ABC.ES , ABC.ES , ANDRÉS AMORÓS y ABC.ES

Crónica

Todos los aficionados recuerdan la tremenda cornada que sufrió David Mora el 20 de mayo de 2014 , en Las Ventas, al recibir a portagayola a su primer toro. Durante muchos meses, se pensó que no podría volver a torear. Con enorme entereza, ha logrado recuperarse y volver a los ruedos, con la misma seguridad y –parece– más gusto y calidad todavía que antes. Lo mostró ya en su reaparición, en Vistalegre, y lo ha corroborado plenamente esta tarde. La fortuna le ha premiado con un toro extraordinario y lo ha aprovechado plenamente: dos orejas y clamorosa salida en hombros. Los Lozano se han quitado la espina de la tarde anterior . Urdiales no ha tenido suerte. Roca Rey se ha sobrepuesto a todas las dificultades, confirmando su categoría.

Galería.

El primero, dormidito al comienzo, saca luego casta. Con su estilo personal, que aquí tanto gusta, Urdiales levanta un clamor al correr la mano con clasicismo pero el toro vuelve rápido y acaba agobiándolo. El cuarto sale suelto y parado, huye del caballo, corta en banderillas, embiste con la cara alta, vuelve del revés, se va a tablas. Diego se quita de encima al manso.

El segundo, «Malagueño», negro bragado y chorreado, de 563 kilos, luce una bravura excepcional en todos los tercios. Traza David Mora estéticas verónicas; se aplaude al picador Israel de Pedro; quita Roca Rey con el capote a la espalda y replica Mora por el mismo palo. La emoción sube cuand o brinda a Máximo García Padrós, el cirujano que le atendió. Como el toro va largo, le cita de lejos, para un pase cambiado, y le arrolla, como si fuera una locomotora: un momento de enorme tensión. Felizmente, sólo lleva el golpazo. El toro sigue embistiendo con mucha clase y David disfruta –y hace rugir al público– cincelando muletazos de gran estética. Crujen los olés mientras el toro continúa, incansable, y el diestro dibuja el mejor toreo. Mata con decisión y el premio es indiscutible: dos orejas para el torero y vuelta al ruedo para un toro que, por ahora, es, sin duda, el mejor de la Feria –y no parece fácil que otro lo mejore–. El quinto es harina de otro costal: deslucido, rebrincado. Gran ovación para Ángel Otero, con los palos. Brinda a Mario Vargas Llosa, en una barrera, junto a Isabel Preysler y Jorge Edwards. El toro sale con la cara a media altura y David sólo puede estar correcto.

A Andrés Roca Rey , con solo 19 años, se le recibe ya con la expectación y la exigencia –y, a ratos, la injusticia– de una primera figura. El tercero es complicado, flaquea y pega cabezazos. Lo sujeta por bajo, aguanta y liga muletazos de mérito. Los pititos sueltos y algunas voces no vienen a cuento . Mata a toma y daca, el pitón le rompe el chaleco. Se ha mostrado muy solvente. El sexto, serio, con pitones, muy encastado, añade la dificultad de haberse lesionado y flaquear. Brinda a su paisano Mario Vargas Llosa. El toro es fuerte y agresivo; el joven peruano se muestra segurísimo, con valor sereno: después de los pases cambiados, aguanta parones, logra buenos naturales y mata de una gran estocada . El que no sepa ver el mérito de todo esto... Algunos pitos sueltos confirman su categoría de figura del toreo.

Sale David Mora a hombros , tocando el cielo de Madrid, que se ha ganado. En las noches de dolor y desánimo, soñaría con regresar así al ruedo de Las Ventas. Alguna vez, felizmente, los sueños se cumplen. ¡Enhorabuena, torero!

Postdata. Los festejos taurinos los llevó al Perú el extremeño Francisco Pizarro, al que Vargas Ponce llama «impávido torero». Los limeños presenciaron su primera corrida hacia 1540. Al grito de «¡Viva el Rey!» , el Virrey lanzaba la llave del toril, muy grande, de oro macizo. Los doctores de la Universidad de San Marcos habían de costear una corrida, para festejarlo. La Plaza de Acho festeja ahora su 250 aniversario, es poco posterior a la de Sevilla. Hoy, los toros son uno de los vínculos que unen al Perú con la cultura española. Y Roca Rey está avivando esta pasión taurina de los peruanos.

Directo

Puerta Grande

En olor de multitudes, David Mora sale por la Puerta Grande entre sonrisas y lágrimas. «Es un día muy feliz, ha sido lo soñado, con muchas sensaciones, algunas muy duras por lo ocurrido», dice al Plus al entrar en la furgoneta.

Sexto toro

Último de la tarde, Caprichosito, negro listón bragado meano axiblanco, que derrapa en el capote de Roca Rey y parece salir lesionado o descoordinado. Roca Rey brinda a Vargas Llosa: «De paisano a paisano. Desde pequeño leí cosas de usted y le admiro mucho». El toro quiere embestir, y embiste. Lástima esa lesión. El peruano, que comienza con el pase cambiado, muestra una firmeza y una capacidad apabullantes, aunque un sector es duro con el joven torero. Con ganas y ambición, da la cara en una faena de mucho mérito. Mata de un espadazo. Aviso.

Quinto toro

Ya está el quinto en la plaza, Sucesor, número 122, castaño bragado, de 555 kilos. Ángel Otero coloca un soberbio par. Mora brinda su faena a Vargas Llosa y Preysler. «Me habéis dado mucho apoyo en estos malos momentos. Por ustedes y por todos los amigos en común que tenemos». Este toro no es como el otro sensacional de su lote. No tiene clase y echa la cara arriba.

Cuarto toro

Sale el cuarto, Mañico, colorado, número 146, de 588 kilos. Manso de libro es el toro, que huye de la pelea. Descastado, además. Diego Urdiales abrevia con el garbanzo negro de lo que va de corrida. Estocada. Silencio.

Tercer toro

Sale el tercero, Doctor, número 26, castaño, de 535 kilos. Roca Rey, el primer torero que abrió la Puerta Grande esta feria, muestra su valor y su disposición pero no acaba de surgir el acople con un alcurrucén con virtudes y defectos, pues es rebrincado y con complicaciones. Manoletinas comprometidas en el cierre con una espaldina de ¡ay! Se vuelca en la estocada y el pitón le rompe el chaleco en el derrote.

Segundo toro

Ya está en el ruedo Malagueño, número 1. Es negro chorreado en moriclllo, bragado meano, axiblanco. Pesa 563 kilos. David Mora lo saluda con dos buenas verónicas y media. Roca Rey quita con el capote a la espalda y Mora hace lo propio, arriesgando muchísimo, con el capote ondeando por el viento. Emocionantes momentos. David Mora brinda el toro, con cualidades, al doctor Máximo García Padrós, que le salvó la vida, en medio de una gran ovación. Intenta el pase cambiado por la espalda y con el viento molestando una barbaridad, se lo lleva por delante y le pega una voltereta tremenda. Dos estatuarios y muletazos por abajo preciosos que calan con fuerza. ¡Cómo es el bravo Malagueño! ¡Qué clase! Planea con largura y humillación y el torero liga y templa en fenomenales series por la derecha a esta máquina de embestir. Y por la izquierda saca cuatro naturales con una trincherilla excelente. Estocada. Doble pañuelo blanco y pañuelo azul. ¡Dos orejas! Y vuelta al ruedo a Malagueño, el toro de la Feria.

Primer toro

Rompe plaza Heredado, un toro cinqueño de 510 kilos, negro listón bragado. El toro va y viene y transmite en el tendido. No es fácil este alcurrucén, con su casta aunque sin excesiva clase, pero para poderlo y con emoción. Diego Urdiales compone desde la primera serie a derechas. En la siguiente falta algo de mando, pero luego hay otra excelente, con mucho temple. La cosa va luego a menos y el riojano no acaba de entenderse ni de ganar la partida a Heredado. Dos pinchazos, estocada y cinco descabellos. Aviso. Silencio.

Ovación

La plaza se pone en pie para tributar una estruendosa ovación a David Mora, que saluda visiblemente emocionado. Lágrimas del torero.

Paseíllo

Con lleno, hacen el paseíllo Diego Urdiales, de nazareno y oro; David Mora, de verde agua y oro, y Andrés Roca Rey, de sangre de toro y oro.

Ambiente

Muchas caras conocidas en los tendidos. En una barrera, Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler

Patio de cuadrillas

David Mora habla a los micrófonos del Plus antes de volver a pisar el ruedo de Madrid: «La incertidumbre, las ganas de triunfar, las ganas de recuperar la fe en mí mismo. Venir a Madrid conlleva una sensación interna que no se puede explicar con palabras».

Toreros

Los toreros ya han llegado a la plaza. El último en hacerlo ha sido David Mora, al que han aplaudido a la entrada y con el que se han hecho fotos.

Sorteo

Para la ocasión, se anuncia la segunda corrida de Alcurrucén. Esta mañana se sortearon los toros. El peso medio es de 550 kilos.

Cartel

¡Buenas tardes! Bienvenidos a la décima novena corrida de la Feria de San Isidro. Gran cartel, con la vuelta de David Mora a Madrid tras su brutal cornada hace dos años. Abre plaza Diego Urdiales y la cierra Andrés Roca Rey, el único matador que ha abierto la Puerta Grande, en su tercera comparecencia en el ciclo.

Previa

Seis toros de Alcurrucén, hierro de procedencia Núñez, se lidiarán en el décimo octavo festejo de la Feria de San Isidro 2016. Diego Urdiales, David Mora, que vuelve después de dos años, y Roca Rey harán el paseíllo. El encierro tiene un peso medio de 550 kilos.

Este es el orden de lidia:

1. Heredado, número 32, negro listón bragado, de 510 kilos.

2. Malagueño, número 1, negro chorreado en morcillo bragado meano axiblanco, de 563 kilos.

3. Doctor, número 26, castaño, de 535 kilos.

4. Mañico, número 146, colorado, de 588 kilos.

5. Sucesor, número 122, castaño bragado, de 555 kilos.

6. Caprichosito, número 141, negro listón bragado meano axiblanco, de 550 kilos.

Los sobreros llevan los hierros de El Cortijillo (Musiquero) y Valdefresno (Cordobán).

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