Un 2025 de retiradas: Javier Castaño, el torero que superó un cáncer, también dirá adiós a los ruedos

El madrileño contaba que el toro es su vida y que lo seguirá siendo. También hablaba de las «sensaciones inexplicables» vividas, pero no olvidaba los momentos «muy muy duros». En Las Ventas le aguardará una despedida como merece quien ha regalado faenas inolvidables y se ha enfrentado a toros de pedernal, ese Madrid donde ahora también es maestro primero de la escuela Yiyo.

Sobre ese título de torero de Madrid, comentaba en una entrevista en este periódico con Alicia P. Velarde: «Por mi forma de ser, me parece un elogio demasiado grande. Pero es cierto que las tardes que toreo en Madrid o que asisto como aficionado, siento mucha admiración por parte de su público. Es de lo más bonito que me ha podido pasar».

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Días más tarde, a finales de noviembre, Cayetano compartía un vídeo titulado 'Un último baile': «Siento que es el momento de decir adiós». Y ese instante no es casualidad, sino dentro de un marco histórico: los cien años de la dinastía Ordóñez (El Niño de la Palma tomó la alternativa en 2925), además de dos décadas de su ilusionante irrupción en los ruedos. Cotaba que «no todo ha sido bonito, pero durante este tiempo he intentado transmitir cualidades que mi profesión refleja como el valor, el esfuerzo, la disciplina, la solidaridad». Visiblemente emocionado, añadía: «He querido compartir con vosotros esta noticia para que podamos vivir juntos, con más emoción si cabe, lo que sin duda alguna para mí es la temporada más importante de mi vida».

Pues bien, otro mañana de un 11, pero ahora de diciembre, Javier Castaño comunicaba su decisión de retirarse en 2025, una temporada en la que se cumplen 24 años desde su doctorado en Illumbe, de manos de Enrique Ponce y en presencia de El Juli, con toros de Santiago Domecq, la ganadería que acaba de llevarse el Hierro de Oro de RNE. Está última temporada, en la que alcanzará ya las 400 corridas, estará apoderado por Tiburcio Lucero, «con el que se reencontrará después de que fuera uno de los hombres clave de su vida profesional, durante la etapa más trascendental y significativa de su carrera: desde enero de 2010 hasta diciembre de 2016», explica la nota de prensa.

Castaño, 'alma de acero', como tituló el periodista Javier Lorenzo en un libro que narra la historia de superación de un torero castigado también por la cornada del cáncer, pondrá así el broche a su trayectoria, en la que se recuerda la miurada que estoqueó en solitario en Nimes (cinco orejas cortó) y su reaparición en Sevilla tras superar ese cáncer de testículos en una emotiva tarde. «Si lo que he padecido es visto como un ejemplo de superación, doy por bien empleado mi sufrimiento», asegura Castaño, un torero nacido en León pero hecho en tierras salmantinas.