Concierto en Viena
Thielemann vuelve y tropieza con el Concierto de Año Nuevo
«Para el repertorio ligero le falta muñeca que es algo muy importante cuando se trata de confraternizar con lo ternario del vals»
El Auditorio Nacional estrena 2024 con un concierto de la Filarmónica de Viena
Todas las obras del programa del Concierto de Año Nuevo 2023
![El director alemán Christian Thielemann, durante el concierto](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/01/01/viena1-Rn0THUOdAFNgFMGbpgVrSzK-1200x840@abc.jpg)
Se cumplen en el 2024 que acaba de empezar ochenta y cuatro ediciones consecutivas del Concierto de Año Nuevo que protagoniza la Orquesta Filarmónica de Viena, siempre fiel al ritual, al repertorio y a la imagen de bienestar que la ORF amplifica por ... el mundo a través de la transmisión radiofónica y televisiva. Quizá no desde el principio, pero sí desde que en 1987 Herbert von Karajan subió al podio, las novedades del concierto son apenas matices: alguna obra nueva sin perturbar demasiado a la familia Strauss, un nuevo guiño en el ballet o la gracia (prudente, por supuesto, y dentro de un orden) que de manera muy puntual llama la atención de los espectadores que simulan sentirse sorprendidos.
La música de Bruckner estaba entre las de este año, aunque la Viena de su época le tuviera poco cariño. Hombre de campo, ingenuo, mal vestido y asocial. Jamás se encontró entre su legado un libro de interés. Y, sin embargo, su obra musical es monumental. En España y en otros muchos lugares se le divulgó muy tarde lastrado por la leyenda de su pesadez. Pero hoy luce como parte fundamental del canon universal, aunque Martín Llade, a quien debemos la presentación del concierto radiotelevisivo, le ría las (des)gracias.
El Concierto de Año Nuevo ha recordado a Bruckner de cara a su bicentenario en 2024. Y aquí está el problema: que lo mejor de todo lo que pudo verse y oírse fue el documental del descanso: 'Un viaje de descubrimiento' de Felix Breisach sirvió para recorrer espacios referenciales en compañía de dos muchachos cantores de San Florian, cuna musical de Bruckner. También se vieron imágenes de la ciudad natal Ansfelden, de la ciudad balneario de Bad Ischl que será capital cultural europea este año, de Linz donde Bruckner fue organista y también del Musikverein vienés, donde el concierto de la Filarmónica de Viena tiene lugar y donde el homenaje se circunscribió a la interpretación de una muy modesta cuadrilla en la orquestación de Wolfgang Dörner.
![Nadia Calviño aplaude desde uno de los palcos del Musikverein de viena](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/01/01/calvinoviena-U53121713746Ajv-624x350@abc.jpg)
Los músicos vieneses tienen una mejor apuesta en la novedosa integral discográfica de las sinfonías brucknerianas que han concluido en compañía del director Christian Thielemann, no por casualidad el responsable musical de esta última edición del Concierto de Año Nuevo. Thielemann ya estuvo en 2019 como primer alemán invitado a dirigirlo, y entonces, como ahora, ha demostrado que lo suyo son otras músicas de más enjundia.
Para el repertorio ligero le falta muñeca que es algo muy importante cuando se trata de confraternizar con lo ternario del vals
Para el repertorio ligero le falta muñeca que es algo muy importante cuando se trata de confraternizar con lo ternario del vals. Por eso en la primera parte la ‘Marcha del Archiduque Albrecht’ del inédito y bohemio Karl Komzák, pasó con más pena (pesadumbre, debilidad) que gloria y a pesar del aire marcial del maestro. Como se derritieron sin encanto los 'Bombones vieneses' del siempre fascinante, por su imaginación orquestal, Johann Strauss hijo. Quizá en la sala se puedo escuchar con otra vehemencia. Lo contarán los españoles que allí han estado, incluyendo entre los más principales a Nadia Calviño, nueva directora del Banco Europeo de Inversiones.
![Vista del Musikverein, con la orquesta saludando al público](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/01/01/viena2-U22613273482XHo-624x350@abc.jpg)
El sonido pasteurizado y poderosamente benévolo que se recibe desde Viena tiene algo de adormidera y Thielemann apenas le puso combustible hasta el cierre previo al descanso con la polca rápida 'Sin frenos' de Eduard Strauss que, como su nombre indica, puede resolverse con extraordinaria dignidad con solo arrancar y mantener la velocidad de crucero. Ya en la segunda parte, un ánimo más alegre y la posibilidad de aprovechar el contraste implícito en algunas obras sirvió para un vuelo menos rasante. Es el caso de la obertura de la opereta 'Waldmesiter' de Strauss hijo, o de la polca 'Jockey' de Josef Strauss que fuera de programa sirvió para una simpática y modesta suelta de confetis.
Previamente, cerró el concierto oficial 'Delirios' de Josef Strauss que, según se dice tanto le gusta a Thielemann, posiblemente por la lejana reminiscencia wagneriana de la introducción y su envergadura sinfónica. Las exquisiteces de la obra quedan para otra ocasión. Por el momento y en palabras de propio Thielemann en la felicitación final «que cada uno haga sus propias reflexiones».
El Concierto de Año Nuevo acumula con esta una buena serie de ediciones de trámite a cargo de grandes directores y no tan enormes recreadores de lo liviano. Ahí están, por no ir muy lejos, Gustavo Dudamel, Andris Nelsons, Daniel Barenboim, Franz Welser-Möst y Riccardo Muti, a quien le tocó la incómoda tarea de lidiar con el evento en el pandémico 2021. El maestro italiano tendrá una nueva y séptima oportunidad de recuperar viejos éxitos en la inmediata edición de 2024. Se le espera con buen ánimo mientras se va apagando esta última que deja también sus originalidades. La polca-mazurca 'Hochquelle' (mansntial alto) de Eduard Strauss ha justificado la protección del medio ambiente gracias a la donación de 100.000 euros que la Filarmónica de Viena ha entregado a la Confederación de Sociedades Alpinas Austriacas (VAVÖ).
Más sobre el terreno quedan algunos buenos planos aéreos de la estupenda realización Michael Beyer, y la atractiva coreografía de Davide Bombana con el rotundo vestuario de la figurinista austriaca Susanne Bisovsky para el Ballet de la Ópera Estatal de Viena, particularmente con los solistas Ketevan Papava y Eno Peçi en el 'Vals de Ischl', de Johann Strauss hijo, en la residencia veraniega donde la emperatriz Sissi conoció a su futuro esposo Francisco José I. El emperador reinó durante sesenta y ocho años un imperio de 50 millones de habitantes que acabó definitivamente diminuto.
A un número un poco superior llega ahora en directo el Concierto de Año Nuevo antes de que su grabación se propague hasta límites inverosímiles. Lo cual no quiere decir que se jalee de forma unánime. Algunas voces, pocas pero insistentes, incluso en la misma Austria, llaman la atención sobre esta anquilosada manifestación musical y se preguntan si esta es la imagen que el país debe proyectar al mundo. La Austria imperecedera es algo más, se dice, que aquella época imperial que bailaba despreocupadamente sobre una olla a presión que acabaría por reventar de la peor manera posible con Europa arrasada en una guerra infernal.
Austria no puede conformarse, se añade, con vivir del encanto de sus verdes paisajes y embaucadoras músicas. Aquí también hay problemas y 2023 (año que nos deja muchas tristezas) lo ha demostrado. Es su patrimonio pero no es la garantía de una fórmula de éxito a la que el Concierto de Año Nuevo sigue agarrándose como aun clavo ardiendo.
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