'La Regenta' hace una pirueta y pasa de la novela al escenario
Helena Pimenta dirige la adaptación teatral que ha escrito Eduardo Galán de la obra de Clarín
'La Regenta', una novela «interminable y estremecedora», se convierte en ópera
![Ana Ruiz, en una escena de 'La Regenta'](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/02/05/IMG_4326-RpKrxqOvF17XG9QpTvLl9LN-1200x840@abc.jpg)
Es casi unánime la opinión de que 'La Regenta' es –Quijote aparte– la mejor novela de la historia de la literatura española. Leopoldo Alas, Clarín, escribió una obra monumental que ambientó en una ciudad llamada Vetusta, remedo de Oviedo. En ella situó la historia de Ana Ozores, de su marido, Víctor Quintanar; del magistral Fermín de Pas; del trasnochado donjuán Álvaro Mesía y del resto de los personajes.
La novela se ha llevado al cine (dirigida por Gonzalo Suárez), a la televisión (una serie dirigida por Fernando Méndez-Leite) y se convirtió en una ópera compuesta por Marisa Manchado y estrenada hace solo unos meses. Pero nunca se había adaptado a la escena como obra de teatro (salvo una versión muy libre que dirigió Marina Bollaín hace unos años). Lo ha hecho ahora Eduardo Galán, autor de una versión que se presenta en el Teatro Fernán Gómez, bajo la dirección de Helena Pimenta. El reparto incluye a Ana Ruiz, Joaquín Notario, Alex Gadea, Jacobo Dicenta, Pepa Pedroche, Francesc Galcerán, Alejandro Arestegui y Lucía Serrano.
«Lo que quiere el espectáculo es establecer un diálogo con la obra de Clarín y con su época –los primeros años de la Restauración, entre 1877 y 1880– desde nuestra óptica contemporánea», dice Helena Pimenta, que subraya la dificultad, casi la imposibilidad, de llevar a escena una novela «inmensa en todos los sentidos».
Asegura la directora que ha sido fiel al texto de Clarín. «En la adaptación, necesariamente condensada, nos importa la historia que cuenta, pero nos interesa especialmente cómo lo cuenta el autor, su lenguaje, que obedece a un sistema de pensamiento; es precisamente ese sistema particular de Clarín lo que queremos conocer y en el que queremos sumergirnos».
La pirueta que supone transformar el material novelesco en material escénico ha llevado a que los personajes sean también los narradores de la función. Así se consigue, dice Helena Pimenta, «contar las elipsis de la narración y contar al tiempo lo que hay detrás y debajo de la historia; Clarín habla a menudo de la parte oculta de los personajes y nos ofrece un juego extraordinario; de encarnación de personaje en forma de diálogos, de la mirada que ellos hacen sobre sí mismos en el monólogo interior y del viaje a sus cabezas, a sus verdaderos deseos, que Clarín realiza con su narrador mediante el uso del estilo indirecto referido, cargado casi siempre de ironía. Nuestra propuesta trata en todo momento de fundir lo teatral y lo novelesco».
Novela de novelas
«El teatro –sigue la directora– nos permite trasladar palabras a imágenes, a gestos, a inflexiones de voz a movimientos internos o externos de los personajes, a espacios poéticos... Esta novela de novelas es riquísima en propuestas e inspiración para la escena. Clarín se muestra como un gran descubridor del alma verdadera de unos personajes aplastados por la inmovilidad, por el deseo de que nada cambie para poder mantener sus privilegios».
Vetusta es –lo han subrayado siempre los estudiosos de 'La Regenta' – un personaje más de la novela. «Clarín hace una irónica crítica de las clases dirigentes de una sociedad aristocrática o que sueña con serlo, inmóvil, atrasada, conservadora y beata –sigue Helena Pimenta–. Será precisamente esta sociedad ociosa, ocupada en las apariencias y murmuraciones, en juzgar la vida de los demás, quien marque el recorrido vital de Ana Ozores».
La Catedral representa, de algún modo, a esta ciudad que es la verdadera protagonista de la novela, dice la directora, y que aparece también personificada en voces, personajes, sentimientos... «Una ciudad puede destrozar la vida de sus individuos», sentencia. Y desde el punto de vista práctico, se ha resuelto escénicamente con la escenografía, que preside la fachada de un edificio de arquitectura sencilla, que parece una hoja de papel en la que se abren varias ventanas. «Puede ser la Catedral, la casa de Ana Ozores...», concluye la directora.
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