'Paraíso perdido', de Milton, sube a escena: elogio de la rebeldía
El monumental poema épico cuenta con adaptación de Helena Tornero y dirección de Andrés Lima y se presenta del 5 de mayo al 18 de junio en el Teatro María Guerrero
Descubren un mensaje en el 'El paraíso perdido' de John Milton oculto durante 350 años
![Pere Arquillué y Cristina Plazas (en el fondo) en una imgen de 'Paraíso perdido'](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/05/04/T22ParaisoE_110-RhCPFFHp9dONSCjIh7frixM-1200x840@abc.jpg)
Daniel Martínez, veterano productor y presidente de Focus, fue quien encendió la mecha. «Vamos a llevar a escena 'El Paraíso perdido' de John Milton», les dijo a sus colaboradores. Detrás de esa intención -cuenta Jordi González, mano derecha de Martínez en la productora-, «estaba su obsesión por una pregunta: ¿Por qué el demonio se rebela sabiendo que en cualquier caso va a perder?» La respuesta la buscan en el montaje que, con la dirección de Andrés Lima, se estrenó en el pasado festival barcelonés del Grec y llega ahora -dentro de la programación del Centro Dramático Nacional (CDN)- al Teatro María Guerrero, donde estará hasta el 18 de junio. La adaptación del texto lleva la firma de Helena Tornero, y los intérpretes son Pere Arquillué (Dios), María Codony (muerte), Rubén de Eguía (Adán), Laura Font (culpa), Lucía Juárez (Eva) y Cristina Plazas (Satanás).
'El Paraíso perdido' es la obra maestra de John Milton, una de las grandes figuras de la literatura inglesa. Se trata de un poema épico cuya primera versión se publicó en 1667 -diez libros con más de diez mil versos- y que su autor estuvo corrigiendo hasta su muerte, en 1674. Ese mismo año se publicó una segunda edición organizada en doce libros. Narra la historia bíblica de Adán y Eva, de su tentación por Satanás, el ángel caído, y de su expulsión del Jardín del Edén.
«Dios y Satanás, obediencia o rebeldía. Adán y Eva. Estos cuatro personajes protagonizan este cuento lleno de rabia y furia, contado por un ciego (Milton) que significa una cantidad considerable de nuestra cultura occidental -ha escrito Andrés Lima, que se encuentra actualmente en Montevideo para montar en su Teatro Solís 'Edipo Rey', de Sófocles, en la versión que firma él mismo junto a Alfredo Sanzol-. Este montaje es el intento de comprender nuestros comportamientos, de saber si la Fe es sólo un plan preconcebido para asegurar la obediencia; si la espiritualidad es la intangibilidad de la libertad o la perpetuación del miedo».
«El libro pone sobre la mesa la cuestión de la libertad -asegura Alfredo Sanzol, director del CDN-. La Inglaterra de John Milton es de algún modo el punto de arranque de las libertades tal y como las vivimos ahora, y en 'Paraíso perdido' su autor reflexiona sobre ella y sobre sus límites; profundiza sobre lo que es la libertad frente a las banalizaciones. Más allá de su valor poético, literario, de su reflejo de la lucha entre el bien y el mal -y su reflexión sobre lo que es el bien y el mal, la obra presenta reflexiones políticas».
Helena Tornero, autora de la versión, corrobora esta afirmación y califica 'Paraíso perdido' de «poema político», donde Satanás, «más allá de un planteamiento maniqueo, se presenta como un rebelde, un excluido, mientras que Dios representa el bien y el deseo de mantener el control». «Toda rebelión -continúa-parte de un fracaso. 'Re-bellum' quiere decir volver a luchar. Has sido vencido, has caído, pero te levantas y vuelves a luchar de nuevo».
Pere Arquillué interviene y dice que «el teatro es un espacio de rebelión, y la autora de la versión añade que «son muchos los que han intentado, a lo largo de la historia, hacer desaparecer el teatro. Pero el teatro lleva en sí, como el ángel caído, la semilla de la rebelión. Siempre está ahí, dispuesto a levantarse para luchar de nuevo. Si hay algún oficio artístico que sabe de caer y volver a levantarse, es el teatro. Es ese hijo rebelde que nos recuerda que no somos perfectos». «Y el hombre creó a Dios -arranca la obra en su prólogo-. Y Dios creó al Diablo. Y el Diablo creó al actor».
En su adaptación, Helena Tornero asegura que parte de la épica de John Milton, de su clasicismo, hacia un lenguaje más contemporáneo. «Tiene también sentido del humor a pesar de sus elementos de tragedia». Milton, según la autora, tenía la primera intención de hacer una obra de teatro, y «el poema tiene partes muy teatrales». Su aportación es dar voz al pensamiento de personajes que, como Eva, no hablan; y estos pensamientos, explica, son los de una mujer contemporánea. «Pasa de ser una mjujer conformista -explica Lucía Juárez, su intérprete- a ser una mujer más curiosa».
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'Paraíso perdido' es, según cuentan sus intérpretes, un espectáculo también muy contemporáneo, con un importante componente audiovisual que lo convierte, dice una de ellas, «en un musical». Hay, de hecho, música en directo y a los personajes de la muerte y la culpa los encarnan dos cantantes. Jaume Manresa firma la música y el espacio sonoro, «un personaje más» según Tornero. También tiene una gran importancia en la puesta en escena, aseguran, el diorama sobre el que se proyectan las videocreaciones de Miguel Ángel Raló.
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