'La nit del peix kiwi': quedar a medio camino de todo
Crítica de teatro
Josep Julien, autor y director, presenta su pieza como las «aventuras y desventuras de un mentiroso» con trazas de thriller, comedia y melodrama
Artículos de Sergi Doria en ABC
![Santi Ricart, en una escena de la obra](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/24/KiwiSala-1-77_l-ReSs04ZZ5IRgfC1RZX7LSSJ-1200x840@diario_abc.jpg)
Crítica de teatro
'La nit del peix kiwi'
- Autor y director Josep Julien
- Escenografía Anna Tantull
- Iluminación Xavi Gardés
- Intérprete Santi Ricart
- Lugar Espai Lliure, Barcelona
Dice la voz popular que un acuario con pececitos en casa trae mal fario. El protagonista de 'La nit del peix kiwi' (La noche del pez kiwi) ya acumulaba la mala suerte antes del día en que invirtió setecientos euros de su mermada economía ... en unos pececitos para sorprender a una pareja que, de todas maneras, le iba a abandonar. Nuestro hombre es un actor fracasado que se la va a jugar en un casting para el 'Titus Andronicus' que dirige un afamado director ruso. Si la cosa no sale bien no podrá sobrellevar el elevado alquiler del piso que antes compartía y que ahora se le cae encima con el desahucio en el horizonte. Una mentira, hacer creer que ha sido aceptado para trabajar en la obra de Shakespeare, lo empujará a una huida hacia adelante desde el momento en que vea perecer en su mano a uno de los peces del maldito acuario.
Josep Julien, autor y director de esta Noche del pez kiwi, presenta su pieza como las «aventuras y desventuras de un mentiroso» con trazas de thriller, comedia y melodrama. El arranque de la trama arranca es prometedor, pero en su segundo tramo -dura una hora y media- decae y se embarulla. Lo que comienza como una aproximación irónica a las miserias del oficio teatral, pasa a ser una especie de 'road-story' en la que el personaje conjuga sus mentiras con las peripecias delincuenciales.
El resultado da una historia con demasiados altibajos de ritmo, pese al esfuerzo del actor protagonista, Santi Ricart, por mantener la tensión narrativa. El problema de 'La nit del peix kiwi' es que su autor agavilla varias temáticas y no acaba resolviendo ninguna. Cuando Julien, que es actor, nos habla del mundo teatral, no aporta la acidez necesaria para que su aproximación vaya más allá de lo descriptivo. Al empujar a su personaje a la huida tampoco consigue que el espectador se sienta partícipe de las idas y venidas de ese hombre carcomido por el fracaso. Nuestro protagonista se queda a medio camino de todo y no acaba llegando a ninguna parte. Ni al thriller, ni a la comedia, ni al melodrama.
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