'Bernarda' de cuerpo presente y 'Yerma' sin Lorca
Las dos tragedias del poeta granadino coinciden en los escenarios madrileños, en una puesta en escena de Alfredo Sanzol para el CDN la primera y en una versión libre de María Goiricelaya la segunda
Lolita Flores interpreta 'Poncia', un 'spin-off' de la 'Bernarda' lorquiana
![Ana Wagener (Bernarda) y Ane Gabaraín (Poncia)](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/02/08/Bernarda(2)-RnnA3MbmywuFHWJ9wbiWbkN-1200x840@abc.jpg)
Alfredo Sanzol, director del Centro Dramático Nacional (CDN), justifica -innecesariamente- su puesta en escena de 'La casa de Bernarda Alba' en que quería hacer «una obra de repertorio». La obra que Federico García Lorca escribió en 1936, pocos meses antes de su ... muerte, es ya un clásico, al igual que 'Yerma', escrita dos años antes, y cuyo estreno sí pudo ver el poeta granadino. Las dos obras forman, junto a 'Bodas de sangre', la 'trilogía rural' del autor, y ambas coinciden ahora en la escena madrileña, en dos aproximaciones muy diferentes -'Yerma', incluso, se presenta con un texto distinto- marcadas por su voluntad de acercarlas al público de hoy.
'La casa de Bernarda Alba' es una nueva producción del CDN dirigida por el propio Sanzol y con un reparto que encabezan Ana Wagener, como Bernarda; Ane Gabarain (Poncia), Claudia Galán (Adela) y Patricia López Arnaiz (Angustias). Se presenta en el Teatro María Guerrero desde hoy y hasta el 31 de marzo. 'Yerma', por su parte, es una versión libre de la obra lorquiana, escrita y dirigida por María Goiricelaya -la adaptación obtuvo el premio Max en la pasada edición de los galardones- y protagonizada por Ane Pikaza -las dos dirigen la compañía La Dramática Errante-. Estará en el Teatro Fernán Gómez del 8 al 25 de febrero.
Alfredo Sanzol dice que 'La casa de Bernarda Alba' es la primera obra de teatro que leyó; tenía entonces 14 años, y le atrapó. «Es uno de los pilares de mi cultura personal... Y también de la cultura universal». Lo que le movió definitivamente a poner en pie este texto, confiesa, fue una conversación con su madre. «Hablamos sobre sexualidad femenina, sobre educación, sobre cómo la educación sexual condiciona nuestra propia educación y nuestras relaciones con los demás».
Noventa actrices
A partir de Ana Wagener y Ane Gabaraín, Alfredo Sanzol construyó el reparto, para el que convocó audiciones, en las que participaron, dice, noventa actrices. La clave de su montaje, asegura el director, ha sido darle importancia al cuerpo. «El texto afecta a la manera de moverse y relacionarse, y la puesta en escena tenía que aprovechar los flujos de energía de las actrices», dice Sanzol, que señala a Sara Robisco, intérprete de Martirio: «En el proceso de ensayos hemos explorado nuestro cuerpo y hemos trabajado que la palabra saliera de forma natural a través de nuestra energía; la vivencia del personaje es lo que lleva a lo físico de una manera natural, y la tensión que lleva dentro Angustias le genera una pequeña chepa». «La visión de las actrices -interviene de nuevo Sanzol- ha sido esencial a la hora de diseñar la puesta en escena; he tratado de seguir lo que marcaban sus cuerpos».
Sanzol define el texto como una «radiografía de la estructura patriarcal, de la dominación masculina que continúa ahora; por eso sigue resonando con tanta fuerza en el cuerpo de todas ellas. 'La casa de Bernarda Alba' está tan viva como cuando se estrenó». Su intención, añade, ha sido «llegar de forma directa al público de ahora. No he querido ver a estos personajes como unos fantasmas del pasado, de 1936, que viven unos problemas solucionados; sino que he querido contar mujeres de ahora, con el dolor de ahora».
Vulnerabilidad
Ana Wagener dice de Bernarda, su personaje -que tras la muerte de su marido impone el luto a su familia y encierra a sus hijas: «en ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle»-, que «parece una mujer metida en una armadura. Pero yo necesitaba meterme en sus fisuras para encontrar su vulnerabilidad; todos la tenemos y yo la he buscado en Bernarda». «Bernarda es una mujer que quiere el bien para sus hijas pero usa unos métodos que son impuestos por un sistema patriarcal del que ella es también víctima», completa Alfredo Sanzol, que habla del poder poético del texto, de sus diálogos precisos y de su fuerza. «Está íntegro, con cambios mínimos; mi voluntad es que el público lo pueda disfrutar tal y como Lorca lo escribió».
!['Yerma'](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/02/08/Yerma_20240208172739-U85336714610Zeg-760x427@abc.jpg)
Lorca sin Lorca
Lo contrario ha hecho María Goiricelaya, que ha contado con sus propias palabras la tragedia que presentó García Lorca. «Quizá sea un sacrilegio plantear una Yerma sin una palabra de Lorca -justifica la dramaturga-, pero ésta contiene las palabras de todas aquellas mujeres que hoy se enfrentan a la imposibilidad de tener descendencia. Porque son muchas, aunque nadie hable de ellas» (María Goiricelaya tiene un precedente en la deslumbrante 'Yerma' que escribió y dirigió el suizo Simon Stone para el Young Vic londinense en 2016, con Billie Piper como protagonista). La puesta en escena de La dramática errante sigue la estructura de la obra de Lorca, aunque con un texto de hoy. En ella, Yerma es una reputada artista bilbaína y Juan, su marido, es un exitoso hombre de negocios.
Dramaturga y protagonista querían hablar de qué supone la maternidad hoy en día, del deseo de ser madre y de la imposibilidad de serlo. Se abordan cuestiones paralelas, dice la directora, «como el duelo perinatal, la sororidad que provoca un embarazo; se habla también de los procesos de fertilidad, del negocio que se lleva a cabo con los deseos incumplidos e imposibles de muchas mujeres. La obra también aborda la cuestión de la infertilidad secundaria: la protagonista se quedó embarazada en una ocasión pero abortó porque en ese momento vital no quería ser madre».
Todas estas cosas ya están implícitas en García Lorca, asegura María Goiricelaya, e incluso «multiplican el espectro de problemáticas que planteaba Lorca en su 'Yerma' original». «No es una obra exclusivamente para mujeres que hayan decidido ser madres -completa la actriz Ane Picaza, a quien acompañan en escena Aitor Borobia, Loli Astoreka, Leire Orbe y Unai Izquierdo-. A todos nos atraviesa la maternidad de un modo u otro».
Además de la maternidad, la 'Yerma' lorquiana habla de la presión social; en la época de su escritura, una mujer casada quedaba señalada si no tenía hijos. La cuestión queda reflejada en este montaje, dice María Goiricelaya, a través de los personajes de la hermana y de la madre, así como del mundo de las redes sociales. «También cuando sus amigas -añade la dramaturga- empiezan a dejar de salir porque han sido madres y han cambiado sus prioridades y sus responsabilidades».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete