«Los asquerosos»: los mochufas toman el teatro
David Serrano dirige en el Teatro Español una adaptación de la novela de Santiago Lorenzo, con Miguel Rellán y Secun de la Rosa como intérpretes

Hace muchos años, Secun de la Rosa vino a Madrid desde su Barcelona natal con la intención de convertirse en actor. Para pagarse los estudios trabajó como dependiente durante una época en un Seven-Eleven. Allí coincidió con otro joven, Santiago Lorenzo ... , que había venido del País Vasco con el fin de abrirse paso en el mundo del cine. No podía imaginar el actor que, un tiempo después, encarnaría a un personaje salido de la pluma de su compañero de mostrador.
Secun de la Rosa y Santiago Lorenzo vuelven a coincidir en los carteles del Teatro Español . Allí se acaba de estrenar «Los asquerosos», una adaptación -firmada por Jordi Galcerán y Jaume Buixó - de la exitosa novela del segundo, que protagoniza el actor barcelonés junto a uno de los más ilustres y veteranos lobos de mar de escena y la pantalla españolas: Miguel Rellán . Los dos se han puesto a las órdenes de David Serrano en esta función cuyo texto, dice el director, «no lo puede decir cualquiera».
«Los asquerosos» cuenta la historia de Manuel (Secun de la Rosa), que sin quererlo comete un asesinato. Se lo cuenta a su tío (Miguel Rellán) «y éste -relata el propio actor- le aconseja que desaparezca y se esconda en un pueblo deshabitado». Manuel encuentra allí la felicidad de la soledad , hasta que llegan al pueblo una familia urbanita, para los que se inventa una palabra: los mochufas (un término acuñado por el propio Santiago en su novela y que tiene una incierta, ambigua y oceánica definición).
«Las historias de Santiago Lorenzo están protagonizadas por personajes que no han encontrado su lugar en el mundo -dice David Serrano-, seres casi siempre inadaptados que no son felices porque no terminan de encajar en una sociedad cada vez más estúpida y materialista , una sociedad llena de «mochufas», un término creado por el propio Lorenzo para describir a esa clase media ostentosa, vulgar, uniforme, consumista, orgullosa de su incultura, acomodada en la estupidez y en el tópico y que se comunica hablando muy alto y con frases hechas. La mochufa es la gente que sueña con ir a Italia para hacerse una foto aguantando el peso de la torre de Pisa ; son aquellos que se vuelven locos por celebrar Halloween o San Valentín; los que lloran en los partidos de fútbol; los que adoran las teorías de la conspiración; y los que en una despedida de soltera se ponen en la cabeza una diadema coronada con un pene de goma espuma. Nuestras ciudades están llenas de mochufas».
«La adaptación de Galcerán y Buixó es absolutamente respetuosa con el particular lenguaje de la novela -sigue el director de la función-. «Los asquerosos» tiene mucho de autobiografía; Lorenzo se fue a vivir a un pequeño pueblo de la provincia de Segovia para aislarse de los mochufas. Pero no quiere, en esta obra, hacer un elogio del campo en contraposición a la ciudad. Lo que sí hace es un elogio de la soledad como camino hacia la felicidad ». El texto, remata Secun de la Rosa, habla de reducir la vida a lo esencial, de ese viaje hacia lo esencial». «Y con sentido del humor -concluye Rellán-, que es la mejor manera de decir cosas serias. Billy Wilder ha dicho probablemente mas cosas que Ingmar Bergman».
Los dos actores no se miran en ningún momento de la función -«les he prohibido hacerlo», dice Serrano-, y todas sus conversaciones son telefónicas. «Pero no aparece un solo teléfono en escena», cierra De la Rosa.
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