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CRÍTICA DE DANZA

«Adalí», de Aída Gómez: valentía y calidad

La bailarina madrileña presenta en las Naves del Español su nuevo espectáculo, con música de Juan Parrilla

«Adalí», de Aída Gómez: valentía y calidad ABC

JULIO BRAVO

Aída Gómez es, sin ninguna duda, una de las grandes bailarinas españolas de las últimas décadas, y su ausencia de los escenarios madrileños -casi siete años hacía que no actuaba en la capital, con la excepción de una jornada en el festival Suma Flamenca- resulta comprensible solo por el yermo panorama en que se ha convertido la danza y, muy especialmente el baile español, en los últimos años. Aída Gómez, sin duda, es una de las damnificadas por el abandono institucional (e incluyo aquí a los programadores de los teatros) de un arte, el de la danza clásica española , en alarmante peligro de extinción.

Siempre ha sido Aída Gómez una artista arrojada y valiente, a la que defender su libertad le ha costado no pocos disgustos y quebraderos de cabeza. En el espectáculo que presenta en Matadero, « Adalí » (que significa Madrid en caló), la bailarina madrileña expone muchos de sus preceptos estéticos y artísticos, aunque parece haber entregado la cuchara en ese inevitable «impuesto» que parecen tener que pagar al flamenco los primeros espadas del baile clásico español. Cierto es que la contaminación, positiva, entre los dos estilos es grande, y las fronteras entre ambos (y entre disciplinas) están cada vez más diluidas , pero -y este espectáculo es un ejemplo, pero hay muchos otros- la fuerza devoradora del flamenco condiciona las puestas en escena.

En «Adalí» hay dos partes muy diferenciadas: en la primera Aída Gómez presenta una danza desprovista de etiquetas, brillante, espumosa como es su baile , contemporánea, con el sello particular de la artista. En la segunda el flamenco más «clásico» se adueña de la escena y, al no destacar Aída como bailaora ni tener en el elenco a una verdadera figura en este arte, pierde ritmo y magnetismo . El conjunto, sin embargo, es un espectáculo notable, lleno de calidad. Aída, bailarina durante años y luego brevemente directora del Ballet Nacional de España, ha heredado la exigencia de este conjunto y «Adalí» es impecable desde un punto de vista técnico y visual, y eso siempre es de agradecer y valorar.

Aída Gómez mantiene, a sus 47 años, una deslumbrante forma física, y su baile sigue siendo vibrante y vehemente, además de técnicamente exquisito. Es además desacomplejada , valiente y esforzada. La acompañan sobre el escenario tres notables bailarines: Christian Lozano, José Manuel Benítez y Moisés Navarro , este último de una potente personalidad. Y arropan el espectáculo siete magníficos músicos, encabezados por Juan Parrilla , un mágico flautista que sabe llenar de acentos flamencos cualquier melodía. Sobresalientes, igualmente, Batio , cellista, y Fernando Soto , un cantaor de altura.

«Adalí», de Aída Gómez: valentía y calidad

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