Paros de la limpieza en la Biblioteca Nacional, el nuevo frente abierto de Cultura

Los trabajadores y la BNE señalan a DLR, la empresa concesionaria, como responsable de la situación. «La BNE es la primera que lamenta profundamente la situación que están viviendo los trabajadores de la empresa DLR, adjudicataria (en proceso abierto, con las máximas garantías de claridad y gestión) del servicio de limpieza en sus instalaciones, y siente mucho que las empresas que contratan con la administración incurran en estas prácticas fuera de la legalidad», dicen fuentes de la entidad. Según la versión de la biblioteca, ellos han pagado «en tiempo y forma cada una de las facturas del servicio de limpieza» y han mostrado «desde el primer momento su preocupación ante el impago de las nóminas a los trabajadores de la contrata».

Desde la empresa concesionaria la versión que ofrecen es bien distinta. Un portavoz de DLR, en respuesta a este diario, asegura que no están pudiendo hacer frente a las nóminas de los trabajadores porque llevan cuatro meses sin cobrar las facturas por parte de la BNE. «No podemos afrontar los pagos si ellos no hacen correctamente los que les corresponden. La solvencia de las empresas no es infinita. En las contratas de servicios, con la administración, siempre hay problemas. Aquí el problema fundamental es que pedimos que hicieran un cambio de cuenta, pero nos dicen que para eso tienen que pedir un informe al Consejo de Estado y a la Abogacía del Estado. Nos dicen que no pueden pagar a una cuenta diferente a la que estaba fijada. Y si a nosotros no nos pagan, tampoco podemos pagar. No somos los malos. Nos preocupan los trabajadores, pero nosotros estamos sufriendo también el problema. La administración tiene un funcionamiento muy deficiente», señala DLR.

Esta empresa ganó en junio del año pasado el contrato para proveer el servicio de mantenimiento de limpieza de las sedes de la BNE hasta junio de 2023 «por presentar la oferta más ventajosa para los intereses de la BNE», según se indica en la Plataforma de Contratación del Sector Público. En concreto, la oferta ganadora ascendía a 1,4 millones de euros. La intención de DLR es agotar el contrato: «Queremos pagar todos los atrasos a la mayor brevedad posible». Pero la BNE ya ha iniciado los trámites administrativos para buscar una solución. «A la empresa contratista se le notificó hace tiempo el inicio de los trámites para resolver el contrato vigente a causa del impago de las nóminas y para que pudieran formar alegaciones», dice la entidad que dirige Ana Santos.

Mientras tanto, 36 familias siguen en el aire. En 2017 ya les pasó algo parecido, relata una trabajadora: «Tuvimos más suerte porque pasaron a concurso de acreedores y pudieron meter a otra empresa». Según UGT, la situación es insostenible: algunos afectados están comiendo gracias a la solidaridad del personal de la biblioteca y están teniendo serios problemas para pagar los alquileres. «Todo sería diferente si la mesa de contratación del Ministerio de Cultura no fuera siempre a por la oferta más baja», dice el sindicato.