Roger Waters, despedido de BMG: cuando la industria musical choca con la libertad de expresión
La compañía ha roto su relación con el ex Pink Floyd por su posicionamiento frente a Israel
![Roger Waters durante un concierto](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/01/31/roger-waters-us-them-2-RuNDNkBnMw50Q4feOOxYCZM-1200x840@abc.jpeg)
Alemania no es país para Roger Waters. Allí ha sufrido intentos de cancelación de conciertos por sus críticas a Israel, e incluso fue objeto de una investigación criminal por «antisemitismo». El ex Pink Floyd salió airoso de todo aquello, pero ahora ha ... recibido otro golpe desde el país germano ante el que poco va a poder hacer: la compañía discográfica BMG, con sede en Berlín, ha decidido finiquitar su relación con él y según informa Variety, el motivo ha sido «sus declaraciones públicas contra Israel, Ucrania y Estados Unidos».
La compañía firmó un acuerdo editorial con el músico en 2016 y tenía previsto lanzar una regrabación del histórico álbum de 1973 de Pink Floyd, 'Dark Side of the Moon', el año pasado, pero el nuevo CEO Thomas Coesfeld rechazó el acuerdo después de asumir su puesto en 1 de julio de 2023, y el álbum finalmente salió a través de Cooking Vinyl, con sede en el Reino Unido. Coesfeld es miembro de la familia que controla Bertelsmann, empresa matriz a la que pertenece BMG, que el pasado 7 de octubre emitió un comunicado de solidaridad con Israel tras los ataques de Hamás. Curiosamente, Bertelsmann fue una de las compañías editoriales clave del régimen nazi en los años treinta y cuarenta del siglo pasado, convirtiéndose en el mayor proveedor de la Wehrmacht incluso por delante de la editorial central del partido nazi, la Franz Eher.
El año pasado, en un concierto en Birmingham, Reino Unido, Waters lanzó una perorata de diez minutos en la que denunció su trato «brutal» en Alemania y dijo que numerosos medios de comunicación habían estado tratando de destruirlo por su apoyo a los derechos humanos en Palestina. «Están tratando de cancelarme como cancelaron a Jeremy Corbyn y Julian Assange. Pero no seré cancelado», bramó ante su público. El pasado noviembre Waters incluso insinuó que su relación con BMG estaba en peligro por presiones sionistas, y su previsión sólo ha tardado un par de meses en verse cumplida.
Waters ha criticado repetidamente las actuaciones de Israel en Gaza y Cisjordania, y respecto a Ucrania y Estados Unidos, su momento más polémico se produjo en una intervención ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Invitado a hablar en conferencia online por Rusia, el veterano músico sugirió que la invasión de Ucrania en 2022 «no se produjo sin una provocación previa», y posteriormente ha insinuado que los intereses de Estados Unidos están detrás del origen del conflicto.
Cada vez es más habitual ver a artistas despedidos por su conducta o por sus posicionamientos políticos. Fue muy sorprendente -y muy controvertido- el caso del músico californiano Ariel Pink, que fue despedido por su sello Mexican Records tras reconocer que había acudido a la marcha que acabó con el asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021. «Me siento impotente, ni siquiera puedo pagarle a mi abogado en este momento», dijo el músico en una entrevista en Fox News. «Tampoco puedo hacer giras, así que esto prácticamente me deja en la indigencia y en la calle. Estoy un poco abrumado en este momento y no sé exactamente qué hacer. He sido despojado de mi sustento como resultado de la cultura de la cancelación». El músico John Maus, que también acudió a la marcha, sufrió varias cancelaciones de conciertos por el mismo motivo.
![Ariel Pink](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/01/31/ariel-1-compressed-U07225351685sIm-760x427@abc.jpeg)
Mucho más sonado fue lo que les ocurrió a las Dixie Chicks, cuando en 2003 dijeron en pleno concierto que les daba «vergüenza» que Bush fuera de su estado natal, Texas, tras la invasión de Irak. Sólo pudieron grabar un álbum en casi veinte años, y perdieron docenas de contratos con emisoras de radio y cadenas de televisión. Más reciente pero no menos conocido es el caso de Kanye West, quien, tras sus repetidas declaraciones antisemitas, vio cómo un tribunal dictaminaba que sus acuerdos con la división de música grabada de Universal y Sony Music Publishing podían expirar sin renovación tras la petición de ambas compañías. Además, el contrato que el rapero tenía con la marca de ropa Adidas quedó cancelado por la misma razón.
Aquí en España hay un caso reciente: el de José Manuel Soto, que el verano pasado sufrió una oleada de cancelaciones de conciertos (incluso en pueblos gobernados por PP-VOX) por haber insultado a Pedro Sánchez y a los votantes socialistas en redes sociales. El cantante acabó pidiendo disculpas públicamente.
Tema aparte es el del cantante de R&B estadounidense R. Kelly, que no ha generado ningún debate ya que no tiene nada que ver con la libertad de expresión, y ha suscitado un lógico consenso en su contra por sus deplorables acciones. Al ser condenado a prisión por varios décadas debido a múltiples delitos relacionados con abusos sexuales, fue fulminantemente despedido por Sony Music y Universal Music Publishing, y un juez dictaminó que sus royalties irían a parar a sus víctimas.
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Muy similar es el de Marilyn Manson, que en enero de 2021 fue despedido de su compañía discográfica, Loma Vista Recordings, después de que la actriz Evan Rachel Wood y otras cuatro mujeres lo acusaran de abusos sexuales y psicológicos. Además, se canceló su aparición en las series de televisión 'American Gods' y 'Creepshow'.
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