Radiografía de un éxito musical: los gurús confiesan el truco

Conquista en menos de 20 segundos, 'ganchos' en la producción...y autenticidad. Las canciones se acortan, se aceleran y mueren antes. Eso sí, se habla español en una industria dependiente del algoritmo que lidia con artistas infieles por naturaleza

Pablo Rodríguez, el cerebro tras Chanel: «Tanxugueiras recibieron apoyo político para llegar a Eurovisión»

El equipo de la editora Peermusic en España, en su estudio de grabación IGNACIO GIL

Ya en el estudio de grabación, los editores de Peermusic España advierten al que entra en su sede buscando negocio de que «aquí, en la industria, los gustos los dejamos en la puerta». Están manoseando un vinilo en los tiempos de Spotify... y no ... son los únicos. Han asumido que el formato físico tuvo su resurgir, que el disco es -y seguirá siendo- un producto marginal y que los números hay que buscarlos en otro lado.

100.000 Número de canciones que se suben al día en Spotify

Según se contabilizó el año pasado, en un solo día se suben a Spotify más de 100.000 canciones. Una cifra que supone una transformación constante en el cometido de editores, discográficas o distribuidoras musicales. «Muchos de los temas que triunfan hoy no perdurarán mañana», cree, algo apocalíptico, Rafael Aguilar, presidente en la región latina de Peermusic.

Sobre la mesa, Aguilar y su equipo ojean el listado de las diez canciones y los diez artistas que más escucharon los españoles en 2022, según la plataforma. Ahí están Bizarrap, Bad Bunny, Quevedo, Rosalía... Predominio absoluto de la música urbana, letras en un español que cuesta descifrar y estribillos que cada vez llegan antes. Pero, al final, la pregunta hoy no es muy distinta a la que les ha acompañado siempre: ¿Cuál es la fórmula secreta del éxito?

La clave está en la edad. Aquí entra en juego la manida frase «ya no se hace música como la de antes». Inma Grass, copropietaria de la distribuidora Altafonte, lo explica: es en el período de los 15 a los 25 años cuando descubrimos y conocemos la música que nos acompañará toda la vida. «A no ser que seas un gran melómano, las canciones que escuchas en tu primera juventud son tus canciones. Lo urbano es el sonido de esta generación, pero nunca se hizo tanta y tan buena música como ahora». Un éxito hoy en día es el que le gusta a los menores de 25. Los de mayor edad ya tienen la 'playlist' de su vida.

Inma Grass, de Altafonte: «A no ser que seas un gran melómano, las canciones que escuchas en tu primera juventud son tus canciones»  JOSÉ RAMÓN LADRA

Antes de la alquimia de la canción, un hecho: «Hemos pasado de hacer éxitos a ficharlos», señala Pablo Rodríguez, hoy director ejecutivo del musical Malinche y antes director de la compañía BMG. Cree que la industria vive un momento complicado porque los sellos ya no tienen la llave de acceso a la gloria. En todas las grandes 'majors' (multinacionales como Sony, Warner o Universal) existe una reunión cada semana en la que se saca a pasear una hoja de Excel con distintas variables.

«El volumen de canciones que se producen en el mundo cada día impide escucharlo todo. Lo de ir a los bares a descubrir promesas ha muerto. Es una pena, pero ahora las pistas de lo que puede funcionar las escupe un algoritmo: número de escuchas, seguidores, oyentes mensuales...», dice Rodríguez.

Malos tiempos para el 'brit'

Grass lo confirma. «Ahora lo más difícil es lanzar a artistas nuevos que lleguen a romper. Es tal el ruido que ninguna compañía apostará por alguien que no tenga una base de seguidores». Sin embargo, rescata la célebre teoría empresarial de 'los 1.000 verdaderos fans': si un millar de personas te escuchan, compran tus discos y tus camisetas, puedes sobrevivir como artista. No es necesario llegar a ser un C. Tangana, pero la fidelidad deberá suplir a la cantidad

Esta profesional dirige una compañía centrada en música latina con presencia en 170 países. No es casualidad. «La influencia anglosajona ha marcado al resto del mundo, ahora manda lo latino. 'Despacito' lo cambió todo», recuerda Rodrigo Domínguez, creativo de Peer. Pero hay otros rasgos que describen al éxito, más allá de que haya dejado de ser 'brit'.

«Si una canción no te engancha en 20 segundos no vale de nada»

Rodrigo Domínguez

Creativo de Peermusic

«Si una canción no te engancha en 20 segundos no vale de nada. Se utilizan 'hooks' (ganchos) constantemente que recuerdan a lo que nos pasa con las series. Necesitas más y te quedas a seguir escuchando», resume Domínguez.

«Una línea del bajo que de pronto te tiene pegado al tema. Bases de los años 70, 80 o 90...Se me viene a la cabeza lo que ocurrió con el 'Single Ladies' de Beyoncé. Había unas notas al principio de la canción que te llevaban al sonido de un videojuego. Generaba adicción», dice Aguilar. Incluso algo de cómico, como en el 'hit' de Bad Bunny 'Titi me preguntó'. «Aunque no te guste es muy difícil no subir el volumen y cantarlo, imitar su voz», expresa Domínguez.

Se dan, también, juegos de tensiones que hacen que el oyente tenga la sensación permanente de que va a llegar el momento álgido, que la canción va a «romper». Un poco lo que pasa con un tema de Daft Punk, aunque, ahí sí, cuando llega, llega.

Javier Montero, A&R (algo así como un cazatalentos) de Universal, hace una distinción entre el verdadero éxito y uno de corta duración y rápida viralización que denomina «éxito de Tik Tok», ahora los más numerosos.

En su opinión, se están buscando ganchos reconocibles para la red social, que pueden ser puramente 'marketinianos', como la ruptura de Shakira con Piqué. Aunque todavía funcionan fórmulas de toda la vida que se pueden encontrar en una canción de los Beatles, una letra ligera y subirte a la tendencia imperante, porque siempre te irá mucho mejor. Pasaba en los 70 con la música disco, en los 80 con los sintetizadores, el pop 'dosmilero'...

«Quizá ahora es más importante el ritmo que la melodía y veo que hay ecuaciones que se repiten como la anacrusa (que es una nota o un grupo de notas débiles que preceden al tiempo fuerte de la melodía). Esa parada breve antes del estribillo. De todos modos, estoy convencido de que si vas buscando el truco, no te sale. Lo impostado tiene las patas muy cortas y lo genuino triunfa», refiere. Lo de la magia. «De pronto aparece una artista rupturista y completamente diferente que canta susurrando como Billie Eilish y te rompe los esquemas».

Pero, de vuelta a nuestras fronteras, hay otro rasgo que atraviesa las listas de éxitos: todas las canciones son bailables y la balada está ausente. Y aquí hay algo de contradicción, pues los jóvenes de la Generación Z cada vez van menos a las discotecas. Dice Lamberto Sánchez, 'cazatalentos' de Peer, que es porque «salen de fiesta en el metaverso». Inma Grass prefiere pensar que la juventud, aunque se prodigue algo menos por las discotecas, sigue decantándose por los temas fiesteros, «que motivan».

El álbum decadente y el artista poderoso

El llamado 'catálogo' (música no actual) genera un elevado volumen de ingresos en el mercado digital de la música. A partir de los 25, en la 'playlist' de tu vida entran menos novedades, pero sigues reproduciéndolas en Spotify. Son los sonidos de cada generación, reproducciones que por separado hacen la suma más importante, pero que es difícil que se cuelen en las listas de éxitos. A no ser que una 'tik toker' haga una versión de un tema de Joy Division acelerado que puede subir de forma sorprendente su número de visitas. Es lo que se denonina el fenómeno de las 'sleeping songs' o canciones dormidas.

«Hay que dar aperitivos a las audiencias para mantenerlas alimentadas a todas horas»

Inma Grass

copropietaria de Altafonte

El álbum no vive su mejor momento. Convivimos con un mercado que lanza 'singles' por separado, aperitivos musicales para, apunta Grass, mantener siempre alimentadas a las audiencias. «El 'streaming' no te aguanta una canción más de seis meses, cosa que la radio sí». Pero aún así, afirma, el disco no ha muerto del todo. «Quizá sí el rito de escucharlo, pero los artistas que quieren hacer una carrera y vender entradas, siguen lanzando sus álbumes».

Siempre fueron animales infieles por naturaleza, pero «las compañías hemos perdido poder y ellos lo han ganado. Vienen con un producto que ya funciona y reivindican un mayor grado de autoría sobre sus obras», dice Aguilar.

Compositor e intérprete ya no suelen ser personas distintas y el artista, por encima de todo, es un creador de contenido que manda en una industria que se ha dejado los gustos en casa.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 20€
110€ 20€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios