El Prado monta la fiesta en la sala de las Musas y dice: «No hay peligro»
Polémica por unos vídeos en los que se ve a gente bailando en el museo y con bebidas
El Museo del Prado volverá a abrir gratis las noches del primer sábado de cada mes a partir de esta semana
El Museo del Prado retomó el pasado sábado el ciclo 'Prado de noche', que supone abrir las puertas de la principal pinacoteca del país el primer sábado de cada mes de 20.30 a 23.30 horas, y lo que en la temporada pasada se vendió como un éxito, ahora enfrenta su primera polémica. El motivo es la difusión de una serie de vídeos en los que se ve a asistentes bailando y bebiendo en la sala de las Musas al ritmo de tres pinchadiscos de Radio 3. Más allá de algunos comentarios críticos publicados por usuarios de las redes sociales, dos conservadores consultados por ABC cuestionan que el Prado deba amenizar estas visitas nocturnas con tres horas de música en una sala donde hay cuatro cuadros de los siglos XVII y XVIII y ocho esculturas del siglo II. «Esto no es atraer a la juventud al museo». Un portavoz del Prado, en cambio, garantiza que este tipo de iniciativas «no suponen un riesgo para los cuadros».
El museo explica que, desde que en marzo del año pasado se empezara a abrir el museo por la noche, siempre han contado con esta «colaboración» de Radio 3, que se traduce en que varios pinchadiscos de la emisora ponen música durante las tres horas de apertura. «Esa sala es la que se alquila habitualmente para patrocinadores y eventos. Se han organizado conciertos con el Teatro Real, con la Orquesta Nacional y un sorteo de la Lotería Nacional. Se han hecho programas de radio, con música en directo. Es un espacio que tiene esa función», defiende el Prado. En este caso, con una barra en la que se sirven copas de vino, cervezas y refrescos. En los vídeos difundidos por el propio museo puede verse a asistentes bailando con botellines junto a algunas de las esculturas.
¿Garantiza el Prado la seguridad de las obras en estas condiciones? «La conservación de las obras está garantizada -responde el museo-. Las zonas están acotadas. La gente no deambula entre las esculturas y los cuadros están a una altura elevada, por encima de las cabezas de los asistentes. No es una zona de botellón, ni un lugar donde la gente tenga un comportamiento anormal. Había visitantes en las salas del Prado abiertas con toda normalidad, algunos de los cuales decidieron pasar por esta zona y otros no. Nadie va a una fiesta al Prado. Es una manera diferente de organizar un evento especial en colaboración con Radio 3», aclara el portavoz.
Un visitante al 'Prado de noche' de este último sábado explica que en las distintas salidas de la sala de las Musas había personal de seguridad controlando que nadie saliera de allí con las bebidas. Dentro de la propia sala, donde por momentos «se acumuló mucha gente», también había personal vigilando que no ocurriera nada raro. El volumen de la música, sin ser el propio de una discoteca, estaba «lo suficientemente alto como para que fuera necesario elevar la voz para mantener una conversación». Según el Prado, el nivel de vibraciones provocado por los altavoces «no supone un riesgo» para las obras expuestas en dicha sala: «Se mantiene dentro de los márgenes que permite una correcta conservación». En la sala de las Musas hay dos cuadros de Rubens y otro de Bourdon del siglo XVII, y un cuarto de Jean Ranc del XIII. Hay también ocho esculturas del año 130-150 (las musas, halladas hacia 1500 en la Villa Adriana de Tívoli y adquiridas por la Reina Cristina de Suecia), otra del siglo XVII y un bronce de Julio López Hernández de 1983.
Según las normas de seguridad que el Museo del Prado tiene publicadas en su página web, no se pueden introducir en las salas y deberán ser depositados en consigna «alimentos precintados y bebidas, siempre que estén guardados en el interior de bolsos o mochilas». Además, entre las normas generales se indica que en el interior del museo no está permitido «comer o beber, excepto en el Café Prado», ni «realizar fotografías ni filmaciones excepto en el vestíbulo de Jerónimos, sala de las Musas y claustro de los Jerónimos». Los visitantes nocturnos del Prado, además de bailar con las musas, pudieron visitar dos exposiciones temporales y la planta baja del edificio al completo, que ofrece un recorrido con obras de autores como El Bosco, Van der Weyden, Sofonisba Anguissola, Fra Angelico, Patinir, Madrazo, Angelica Kauffmann, Aurelia Navarro, María Roësset, Fortuny y Goya.
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