La pesadilla embarrada del festival 'Burning Man': un muerto y 70.000 personas tratan de salir del desierto
Decenas de miles de personas, entre ellos famosos, tratan de abandonar este mítico festival organizado en el desierto de Nevada que las lluvias han convertido en un inmenso lodazal
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Un asistente ha muerto y decenas de miles más han quedado atrapados en el barro del desierto de Nevada, en Estados Unidos, después de que la lluvia convirtiera en un lodazal el festival anual Burning Man.
Imágenes de vídeo mostraban a los 'burners', como se denominan los participantes del festival, luchando por atravesar el fango. Algunos usaban bolsas de basura como botas improvisadas. Muchos vehículos estaban atrapados en el lodo.
Los organizadores se vieron obligados a cerrar las puertas de Black Rock City, nombre del emplazamiento donde toma lugar el encuentro, por lo que los asistentes no pudieron acceder ni salir si ya estaban allí.
Comienza el «Éxodo»
Este lunes, finalmente y tras casi tres días de estar atrapados, y ya han empezado a autorizar la marcha oficial de los asistentes en una operación que la propia organización ha tildado de «Éxodo» y que espera que duren algo menos de 7 horas.
Todas las actividades de este festival contracultural, que atrae a unas 70.000 personas, fueron canceladas después de que la lluvia derribó las estructuras para bailes, instalaciones artísticas y otros espectáculos.



Se investiga una muerte
La policía ha asegurado que está investigando una muerte, sin dar más detalles.
Las puertas de entrada y salida del recinto de Black Rock City estaban cerradas, pero algunos asistentes desesperados caminaron durante horas para llegar a la carretera más cercana y pedir transporte para marcharse.
«Fue una caminata increíblemente angustiosa de 10 kilómetros a medianoche por un barro espeso y resbaladizo, pero conseguí salir sano y salvo», dijo el abogado Neal Katyal en redes sociales.
«El barro es como cemento»
«Es muy resbaladizo y el barro es como un cemento que se pega a las botas. Son condiciones peligrosas para caminar y es probable que empeoren», añadió.
«Realmente no se puede caminar ni conducir», dijo en TikTok una joven llamada Christine Lee, artista de circo.
El servicio de internet no estaba disponible o era irregular.
«Mis botas son de cinco pulgadas, y acumularon cinco pulgadas de barro, así que estaba como en zancos», dijo Lee, añadiendo que a la gente se le estaba diciendo que podrían estar atrapados hasta el martes.
«Tenemos suficiente atún para una semana, así que estamos bien», afirmó.
Famosos como Chris Rock
Un video publicado en redes sociales mostró al comediante Chris Rock en la parte trasera de una camioneta que le trasladó cuando consiguió salir.
Nathan Carmichael, sargento del condado de Pershing, explicó a la CNN que las condiciones son difíciles.
El lodo «parece pegarse a la gente, pegarse a los neumáticos (y) hace que sea muy, muy difícil mover los vehículos», dijo, e indicó que la mayoría de las casas rodantes están varadas.
Joe Biden, informado
Según un funcionario de la Casa Blanca, el presidente Joe Biden fue informado de la situación. «Los participantes en el evento deben escuchar a las autoridades nacionales y locales, así como a los organizadores del evento», aconsejó el funcionario.
Los responsables del festival instaron a los asistentes a «conservar alimentos, agua y combustible, y refugiarse en un espacio cálido y seguro», ya que la «playa» -la enorme explanada al aire libre donde se desarrolla el evento- estaba intransitable. «Cuiden a sus vecinos», añadieron.
La quema de una estatua gigante de madera en el centro de la «playa», que marca el final del festival y le da nombre, se ha pospuesto hasta el lunes por la noche, informaron también los organizadores.
Histórico festival contracultural
Lanzado en 1986 en San Francisco, Burning Man pretende ser un acontecimiento a medio camino entre la celebración de la contracultura y un retiro espiritual.
Organizado inicialmente en una playa de San Francisco, se ha convertido en un festival estructurado, con un presupuesto de casi 45 millones de dólares (cifras de 2018) y más de 75.000 participantes en la última edición, por debajo de la anterior de 2019.
Se celebra desde los años 90 en el desierto de Black Rock, una zona protegida del noroeste de Nevada que los organizadores se han comprometido a preservar.
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