El pasatiempo narrativo del día: Salman Rushdie
EL PUZLE DE EDU GALÁN
Una con líneas el dato biográfico del protagonista, la efeméride y el año correcto donde se produjeron ambas. Las soluciones al puzle se ocultan en el texto: encuéntrelas y disfrute de su sapiencia por partida doble
«Comunico al orgulloso pueblo musulmán del mundo que el autor del libro 'Los versos satánicos' —libro contra el islam, el Profeta y el Corán— y todos los que hayan participado en su publicación conociendo su contenido están condenados a muerte. Pido a todos ... los musulmanes que los ejecuten allí donde los encuentren». Esta declaración de fatua de 1989 marcó el tiempo de Salman Rushdie. Jomeini la lanzó al mundo musulmán y algunos respondieron con entusiasmo. Otros cobardes nos avisaron: nada de ofender a las religiones. Mejor someterse. El joven Hadi Matar, de origen libanés, acudió a la llamada del Líder Supremo iraní y acuchilló al escritor el pasado 12 de agosto. Matar no había nacido cuando se publicaron 'Los versos satánicos': como buen soldado automático, el odio se lo cocinó dentro. Mucho antes, cuando el presidente estadounidense Truman establecía las bases para la Guerra Fría, vino al mundo Ahmed Salman Rushdie (1947). La familia pasó unos años en Bombay pero Inglaterra era necesaria, como explicaría en su autobiografía 'Joseph Anton' (2012). Desde 1961 la isla le sirvió para formarse —Cambridge—, escribir una primera novela —'Grimus'— y trabajar en el campo de la publicidad. Esa misma constancia la ha demostrado Francisco Ibáñez a lo largo de su carrera: uno de los ejemplos más detallistas de su trabajo se titula '13, rue del percebe'.
El éxito de su novela 'Los hijos de medianoche' consigue que abandone la agencia donde trabajaba. Podrá dedicarse a la escritura. Era 1981 y un chaval llamado Julián Hernández creaba su mito con 'Siniestro total'. Una de sus primeras canciones resumía la filosofía que Rushdie defenderá en el futuro: «Ayatola, no me toques la pirola». Lo que contenía 'Los versos satánicos' (1988) le convirtió en un perseguido por el fundamentalismo islámico: a partir de 1989 su vida alterna escondites y guardaespaldas. No tenían protección los peruanos contra ese otro horror integrista de nombre indígena: Movimiento Revolucionario Tupac Amaru. Entre sus muchos crímenes organizaron una caza a los homosexuales basada en la «cruzada contra el vicio» de Fidel Castro. Querían una «limpieza social». La noche del 31 de mayo de 1989 entraron en una discoteca de Tarapoto y mataron a ocho hombres: todos travestis o gays. En otra acción de ese año, asesinan a un joven homosexual: lo reivindican dejando atrás el cartel «Así mueren los maricones». Una ejecución que Jomeini hubiese aplaudido.
Terminaba la guerra del Golfo y no se detenía el reguero de sangre que dejaba atrás 'Los versos satánicos'. Hitoshi Igarashi, el traductor de 'Los versos satánicos' al japonés, es asesinado a puñaladas. Ese mismo año (1991) atacan también al traductor italiano, Ettore Capriolo, y le hieren gravemente. En el 93 acribillan a balazos sin matarlo al editor sueco. Al traductor turco le persigue una turba violenta. Ni siquiera en la luna, donde Neil Armstrong (1930-2012) puso el primer pie, podrían esconderse las personas relacionadas con el libro. A pesar de que los atentados islámicos se recrudecían —Charlie Hebdo, en 2015; Cataluña, en 2017— Salman Rushdie optó por vivir cada vez más normalmente. Sus matrimonios fallidos y sus novelas se sucedían y en 2017 aceptó la oferta de Larry David para intervenir en su serie cómica, la imprescindible 'Curb your enthusiasm', interpretándose a sí mismo. Larry, víctima involuntaria de una fatua, aceptaba el consejo del novelista: no asustarse y aprovechar esa amenaza porque le haría más atractivo con las mujeres —así ocurriría con la actriz Elisabeth Banks, que se rinde a sus pies—. Quizá esa laxitud, unida a la de los organizadores del festival neoyorquino donde intervenía, permitió que el chaval Hadi Matar pudiese subirse al escenario y apuñalarlo en varias ocasiones. Cuando tecleo estas líneas, Rushdie sigue vivo aunque perderá un ojo, Irán celebra el atentado y los silencios de algunos sobre el intento de asesinato son atronadores. Finaliza aquí, 30 de agosto de 2022, mi serie de 'Pasatiempos narrativos': espero que esta galería de monstruos, héroes y paseantes os haya entretenido el verano.
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