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Algo pasa en Corea: del 'K-Pop' al 'K-Lit'

Lo que ya ha ocurrido con el fenómeno del musical y su producción audiovisual respecta, ocurre ahora en la literatura

La escritora coreana Kim Cho-yeop, en Madrid. isabel permuy
Karina Sainz Borgo

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La literatura coreana pica y se extiende. Empujada por el interés que suscita la industria cinematográfica y musical de ese país, se han publicado en el último año cerca de 150 títulos traducidos a más de 27 idiomas en todo el mundo. Estos datos proporcionados por el Instituto de Traducción Literaria de Corea ponen de manifiesto una política de divulgación y promoción. A diferencia de los años sesenta y setenta, cuando la división de la península tras la guerra dejó a Corea del Sur apartada y empobrecida, hoy es una democracia sólida y una de las veinte economías más importantes del mundo.

Su poderío se sostiene en una potentísima industria e infraestructura tecnológica. Parte de ese resurgimiento se proyecta ahora en el relato que su cultura hace al respecto. Lo que ya ha ocurrido con el fenómeno del K-Pop o con 'El juego del calamar' en lo que a la producción audiovisual respecta, quieren conseguirlo en la literatura por la vía de la traducción. Autores como Han Kang y su libro 'La vegetariana' (ganadora del Man Booker International) puede equipararse en literatura con lo que en su momento el 'Gangnam Style' en a cultura de masas. «Existe una alta correlación entre dichas áreas culturales. Y recientemente esta tendencia se ha ampliado a la gastronomía, el idioma y la moda coreana. En otras palabras, el interés por el país y la cultura coreana en general está creciendo», explica el director del Centro Cultural Coreano y consejero de Asuntos Culturales en la Embajada de Corea del Sur en España, Oh Ji-hoon, para quien la frontera entre la literatura y otros contenidos culturales es cada vez menos divisible. Desde el instituto que dirige se han impulsado además iniciativas como el ciclo literario 'Corea en palabras', que se ha celebrado en Madrid y en Ponferrada durante el mes de marzo.

Origen y consecuencia

Al momento de hablar de literatura coreana, además de los géneros literarios que la integran como el realismo, la ciencia ficción o el romance, hay que incluir como una de sus bases la novela gráfica y los webtoons (cómics en línea). Tanto en Corea como en España, uno de los casos más representativos es 'Pachinko'. La novela de Lee Min-Jin inspiró una serie que causó furor entre coreanos y extranjeros. El impacto de este literatura se afianza a partir del reconocimiento internacional de sus autores.

Han Kang recibió el Booker Prize en 2016 con su novela 'La vegetariana', y más tarde, en 2022, 'Cursed Bunny', de Chung Bo-ra y 'Love in the Big city', de Park Sang-young, figuraron en la lista de nominados en la categoría de literatura internacional de ese premio. Keum Suk Gendry-Kim recibió el Muriel Award por su libro 'Hierba, y tan solo dos años después de su primera nominación, 'La espera' fue incluida entre las obras candidatas a obtener el Premio Harvey como mejor publicación extranjera. La traducción, y la política de apoyo a la misma, ha marcado un antes y un después.

Géneros literarios

Hasta ahora, el thriller había sido el epicentro de la literatura coreana, pero cada vez más, tanto las editoriales independientes con catálogos muy literarios como los grandes grupos, han desarrollado su interés por otro tipo de autores. 'Kim Ji Young, nacida en 1982', de Cho Nam-joo, se convirtió en un verdadero fenómeno y fue publicado en español por Alfaguara. Libros como 'Quién sabe si mañana seguiremos aquí' o 'La hija única', de Kim Ji Young, han contribuido a diversificar y ampliar la presencia de autores de ese país.

La escritora Kim Cho-yeop, que visitó España, es una de las voces más conocidas. Su libro debut 'Si no podemos viajar a la velocidad de la luz', una antología de relatos de ciencia ficción publicada en 2017, propone el epicentro de su narrativa: sociedades futuristas en las que conceptos como viajes interplanetarios o la clonación genética son una realidad. Las historias las protagonizan en su mayoría mujeres y giran en torno al sufrimiento que producen los problemas sociales actuales. Entre lo distópico y lo utópico, un elemento troncal.

La autora y traductora Chung Bo-ra, que también participó en el ciclo 'Corea en palabras', acaba de aterrizar en las librerías españolas con Conejito maldito (Alpha Decay), un libro que mezcla rasgos de ciencia ficción, terror y realismo mágico y donde la característica común es el miedo irracional a lo sobrenatural. «Todo este mundo en el que vivo es un gigantesco conjunto de confusiones, y yo describo el mundo tal y como lo veo, así que mis historias resultan confusas y oscuras», dice Bora Chung de su obra, que incluye tres novelas y tres libros de relatos.

Realismo (no sólo mágico)

Corea es una sociedad vertebrada por los avances tecnológicos y esa circunstancia ha marcado una narrativa que describe los problemas a los que se enfrenta una sociedad desarrollada, con un enfoque realista. Es el caso de Kim Hye-jin. En su primera novela, 'Chicken Run', la autora describe al detalle una sociedad coreana en la que el avance tecnológico sin precedentes no deja cabida a la concienciación sobre problemas tan graves como la desigualdad o la marginación. En tan solo 8 años de carrera como autora, Kim Hye-jin ha recibido el JoongAng Literature Award y el Shin Dong-yup Prize for Literature.

En 2020, 'Sobre mi hija', su primera novela publicada en España, recibió el Daesan Literary Award. Actualmente es considerada una de las figuras más influyentes de la literatura coreana del siglo XXI. Sobre mi hija expone la discriminación, el odio y la estigmatización que sufren las mujeres día a día por su condición de serlo o por su orientación sexual. Además, esta obra también muestra la pobreza de las personas mayores, el desentendimiento generacional y el sacrificio de los padres como algo que se daba por sentado.

Hwang Sok-yong marca un perfil literario distinto, volcado por completo en realismo y la novela política. Combatiente en la guerra de Vietnam con Estados Unidos, fue un activista político y un personaje involucrado en la democratización de Corea. Tras la caída de la dictadura, regresó a su país. Fue encarcelado y condenado a siete años de cárcel por delito contra la seguridad del Estado, de los que llegó a cumplir cinco. En su novela 'Mater 2-10 (Alianza)', propone una saga familiar que parte de los hechos históricos para contar la vida de tres generaciones de una familia de trabajadores coreanos. También el autor Lim Chul-Woo ha abordado literariamente los traumas nacionales coreanos. Vivió la masacre de Gwangju, el levantamiento ciudadano contra la dictadura de Chun Doo-hwan en la que fueron asesinadas más de mil personas. La mayoría de sus libros transcurren durante ese episodio histórico. Debutó con el relato 'El ladrón del perro' en 1981. En 1985 ganó el Premio de Literatura Creativa de Corea por 'La tierra de mi padre' y en 1988 el Premio Yi Sang de literatura por 'La habitación roja' (Bulgeun bang), una de sus obras más conocidas, la única traducida al español, y que aborda la tortura, la violencia y la vejación a manos de un aparato represor.

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