Paparazzis en el after: retratos de la decadencia de reyes y hombres

Porque no son pocos los famosos de fiesta con trágica resaca para su imagen. Por no salir de la realeza, cómo olvidar hace 20 años aquel brazalete nazi del 'díscolo' príncipe Enrique de Inglaterra, cigarro y copa en mano, para acabar pidiendo disculpas por la elección del disfraz. «Quien no se arriesga no pasa del mar», debió pensar el heredero mirándose al espejo justo antes de saltar a la pista de baile.

Destacadas fueron también las andanzas de Guti en Turquía, con esa instantánea maltrecha tras estampar su coche quintuplicando la tasa de alcohol (el exjugador niega el dato) a las 4 de la mañana. Los ojos cerrados y una mueca zombi, y un vídeo intentando agredir al fotógrafo, no ayudaron a secundar su versión. Al poco, también en medio de 'la nuit' estambulí, le dijo a otro fotógrafo en español: «¿Quieres que te pegue una hostia?». Y antes: «What is the problem? Only one month in Istambul» («¿Cuál es el problema? Llevo solo un mes en Estambul»). Tras este nuevo altercado, Guti puso un tuit entre los Beastie Boys y William Wallace: «Lo único que hago es salir como una persona normal. Lo siento, pero las cámaras para el campo de fútbol o para quien las quiera. Seguiré viviendo mi vida como quiera, no me meto con nadie y no dejaré que nadie se meta en ella porque por encima de todo me merezco vivir».

Hablando de 'Braveheart', Mel Gibson tuvo alguna foto que es puro trap años antes de Cecilio G. También intentó zumbar al fotógrafo, a la policía y después pidió perdón reconociendo tener un problema: «Me comporté como una persona completamente fuera de control cuando me arrestaron. Me avergoncé a mí y a mi familia». Y Kiefer Sutherland placando a un árbol, Drew Barrymore hecha polvo, Paris Hilton, Amy Winehouse, Ben Affleck, Lindsay Lohan… muchos con adicciones severas. Un caso potente fue el de David Hasselhoff, que pidió a su hija que le grabara tras una recaída tirado en el suelo sin camisa comiendo una hamburguesa. Y cedió las imágenes para su publicación. O las variadas fotos de Jorge Javier Vázquez, que no ponen fácil pensar por qué sacar alguien en un estado cochambroso en su intimidad sin mediar delito. ¡Sálvalo!