La tragedia de Jimmie Nicol, el beatle accidental que desapareció arrollado por la 'Beatlemania'
El batería, sustituto de Ringo Starr en la primera gira mundial de los Beatles, es uno de los secundarios de lujo de '1, 2, 3, 4: los Beatles marcando el tiempo', de Craig Brown
'1,2,3,4 los Beatles marcando el tiempo' y 'Dylan: Mixing Up the Medicine': John, Paul, George, Ringo & Bob, 'for ever'
![John, Jimmie, George y Paul: los Beatles en junio de 1964](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/12/19/nicol1-RvJ1ixDjy50KuWPdkRyvbiO-1200x840@abc.jpg)
Un parpadeo y ahí está, con cara de pasmo y un flequillo como cortado a mordiscos, atravesando un insulso fotograma de 'Eight Days a Week', documental en el que Ron Howard repasa los locos, loquísimos, años de giras y alaridos adolescentes. Camisa abotonada ... hasta el cuello, sonrisa incómoda y un balcón con vistas a los tres cogotes más famosos de la historia del pop. En las biografías, poca cosa: una única entrada en 'Anthology', un párrafo en la canónica '¡Gritad!' de Philip Norman, y una mención (con el nombre mal escrito) en la biografía que Hunter Davies publicó en 1968.
Sus fotografías, aún hoy, resultan desconcertantes. «Es como si un turista hubiera metido la cabeza por el agujero de uno de esos puestos de 'Conviérte en un beatle' en un parque de atracciones. Resulta tan chocante como la presencia de un intruso en el álbum familiar», escribe Craig Brown en el reciente '1, 2, 3, 4: Los Beatles marcando el tiempo' (Contra), fabuloso crisol de anécdotas, historias colaterales enredadas a la mitología oficial, y vidas marcadas a fuego por el influjo de los Beatles. Los de Liverpool, ya lo dice el título, taconeando existencias ajenas y dejando una huella difícil de borrar.
Y pocas historias más trágicamente llamativas que la de Jimmie Nicol, el intruso en el álbum familiar; el turista que, durante dos semanas, fue el cuarto Beatle. No el quinto, como Brian Epstein, Pete Best o Stuart Sutcliffe, sino el cuarto. Un Beatle sobrevenido al que todo aquello, claro, hizo papilla. Diez días en la batidora de la 'beatlemania' y toda una vida intentando recuperarse de tamaña sacudida. «Lo que parecía un golpe de suerte acabó haciendo descarrilar su vida», lamenta Brown, quien dedica a Nicol uno de los capítulos más extensos (y memorablemente desolados) del libro. «Nunca pudo superar el hecho de que ya no era un Beatle y las cosas le fueron bastante mal», resumía el periodista en una entrevista reciente.
Una amigdalitis fatal
La odisea de Nicol arrancó el 4 de junio de 1964, justo cuando los Beatles habían empezado a comerse el mundo a bocados y se preparaban para pasear 'I Want to Hold Your Hand', 'I Saw Her Standing There', 'She Loves You' y 'This Boy' por Europa, Asia y Oceanía. Su primera gira internacional y mazazo: una baja pocas horas antes de despegar. «Esa mañana habían tenido una sesión de fotos para marcar el comienzo de su primera gira mundial; de pronto, Ringo había empezado a vomitar. Fue trasladado rápidamente al University College Hospital, donde se le diagnosticó amigdalitis y faringitis», recuerda Brown.
![El del medio de los Beatles: Jimmie Nicol, chico nuevo en la oficina](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/12/19/beatles-with-jimmie-nicol-U76148882855lrX-624x350@abc.jpg)
Sin apenas margen de maniobra y descartada la idea de suspender la gira a pesar de las quejas de George Harrison («si Ringo no está en el grupo, no somos los Beatles», dijo), urgía encontrar un sustituto: los dos primeros candidatos, Raye Du-Val, de los Blue Notes, y Bobby Graham, de los Wildcats, no estaban disponibles, pero a la tercera llegó la vencida y Jimmie Nicol, batería de los Blue Flames de Georgie Fame, acudió raudo a la llamada de George Martin. «Ringo está enfermo y queremos que lo sustituyas en la gira con los Beatles -le dijo-. ¿Tendrías problema en ir a Australia?».
«Sustituir a Ringo fue lo peor que me podía haber pasado. Cuando murieron los titulares, yo también empecé a morir».
Jimmie Nicol
A Nicol, claro, le faltaron piernas, y apenas veinticuatro horas después de aquel providencial telefonazo se acomodaba junto a John, Paul y George en el Royal Hotel de Copenhague, primera parada de la gira. Un ensayo rápido en Abbey Road, un nuevo flequillo Beatle y un par de retoques al traje de Ringo para alojar al nuevo inquilino bastaron para convertir a Jimmie en Beatle por accidente. «Durante los diez siguientes Jimmie fue tratado como miembro de los Beatles de pleno derecho y apareció junto a John, Paul y George en las ruedas de prensa, sonriendo de oreja a oreja y riendo todos sus chistes», recuerda Brown.
Cuesta abajo
Así, mientras Ringo se lamía las heridas en Londres, Jimmie paseaba en limusina ante miles de fans daneses, holandeses y australianos. «El día anterior a ser un beatle, ni una sola chica se fijaba en mi. Al día siguiente, con el traje puesto y montado en la limo con John Lennon y Paul McCartney. todas se morían por tocarme», recordaría el propio batería. El sueño, sin embargo, duró poco, apenas un suspiro, y en cuanto Ringo voló a Melbourne para unirse de nuevo a los Beatles, empezó la pesadillesca cuesta abajo. Fueron sólo media docena de conciertos, pero Nicol no consiguió salir de ahí. «Creo que el breve roce de Jimmie con la fama le dio expectativas poco realistas sobre su propio potencial profesional», explicó en su día Jim Berkenstadt, autor de la muy reveladora biografía 'The Beatle who Vanished'.
Un reloj de oro dedicado y un sobre con 500 libras sellaron su despedida. Después de aquello, Jimmie volvió a ser un civil. «Cuando terminó mi papel en la gira, volví a Inglaterra solo. Ninguno de los Beatles me llamó después de aquello; ni una sola llamada de teléfono», lamentaría Nicol. A partir de ahí, casi todo fue mala suerte para el bueno de Jimmie, quien intentó en vano retomar su carrera prebeatles con una versión de 'Baby Please Don't Go' sin saber que, vaya, Them acababa de grabar la misma canción con Van Morrison a la voz y Jimmy Page a la guitarra. El trompazo, claro, fue mayúsculo, y justo cuando su discográfica lo dejó tirado, su mujer le pidió el divorcio.
![Nico, durante una actuación con los Beatles en 1964](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/12/19/nicol2-U32630074652MWy-624x350@abc.jpg)
Cambió de grupo, se endeudó hasta las cejas, fichó por Decca, volvió a ser despedido en tiempo casi récord y para cuando llegó abril de 1965 ya se había declarado en bancarrota: debía más de 4.000 libras y tenía poco más de 50 en el banco. «Sustituir a Ringo fue lo peor que me podía haber pasado -dijo entonces al 'Daily Mail'-. Antes de eso estaba bastante contento y ganaba unas 30 o 40 libras a la semana. No me di cuenta de que mi vida iba a cambiar por completo. En el mundo de la música todos me aseguraban que me iría de maravilla. Yo era el personaje del momento. Pero cuando murieron los titulares, yo también empecé a morir. Nadie quería saber nada de mí».
Nicol, que culpaba de todos sus males a Brian Epstein, se mudó a México, volvió a casarse (y a divorciarse), destrozó el reloj que le habían regalado los Beatles en un ataque de furia, formó los psicodélicos y alucinados Los Nicolquinn junto Eddie Quinn, y compuso la banda sonora de una película experimental mexicana. Después de eso, la nada: desapareció del mapa, regresó a Londres y cambió la música por la construcción. Nadie lo ha visto desde hace décadas y el proyecto de llevar al cine 'The Beatle who Vanished' lleva encallado desde que el hijo de Roy Orbison compró los derechos en 2017.
No deja de ser irónico que, según la mitología Beatle, Nicol sea la inspiración más o menos directa de 'Getting Better',canción de 'Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band': al parecer ese «it's getting better» (está mejorando) es lo que respondía cada vez que Paul y John le preguntaban que cómo se estaba aclimatando a su estatus de Beatle por un día. ¿'It's getting better'?¿Seguro?
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