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ABC Cultural

PJ Harvey: magia y épica bajo la lluvia para despedir a lo grande el Primavera Sound

El festival barcelonés cierra su edición 2024 con 193.000 personas y se reivindica «el festival más grande de España»

Lana del Rey se consagra como reina del susurro majestuoso en el Primavera Sound

PJ Harvey, durante su actuación en el festival barcelonés EFE
David Morán

David Morán

Barcelona

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Volvió la normalidad al Primavera Sound después del maratoniano atracón de 2022 y el estreno 'interruptus' en Madrid del año pasado y la noticia fue, es, precisamente esa: calma chicha y el éxito como rutina. La vida sigue igual, o casi, para un festival que, parece, ha encontrado su sitio definitivo. «Es el festival que queremos hacer en Barcelona. Hemos dado con el formato que hace que funcione perfectamente», celebró durante la rueda de prensa de clausura el codirector del macrofestival barcelonés, Alfonso Lanza. «Estamos abrumados por la reacción del público, pero también de artistas e industria. Ha rodado todo de una manera perfecta», añadió Lanza, para quien el Primavera Sound es ya un cita «top 3, top 5, de festivales de música del mundo».

Minutos promocionales y palmaditas en la espalda antes de frialdad de unas cifras similares, por no decir idénticas, a las del año pasado: 268.000 asistentes sumando todas las actuaciones de la semana, 193.000 sólo en el Fòrum y 130.000 usuarios únicos. Un dato prácticamente calcado al de 2023 (253.000 en total; también 193.000 en los días de pago en el Fòrum) que la dirección del festival convierte en veredicto indiscutible. «Somos el festival más grande es España y uno de los más grandes de Europa, al que quiere venir más gente», en palabras de la responsable de prensa, Marta Pallarés.

En el desglose, el festival cierra su edición 2024 con 20.000 personas en los conciertos de Primavera a la Ciutat; 29.000 en la jornada inaugural en el Fòrum; 60.000 el jueves, 71.000 el viernes, exitazo de Lana del Rey, y 62,000 el sábado. Además, se esperaban otras 25.000 para el resopón electrónico del domingo. Más cifras: un 59 por ciento de público internacional, 40.000 usuarios de Barcelona y el tirón de la ciudad como reclamo promocional. «Los primeros cabezas de cartel son Barcelona y el Fòrum», dijo Lanza. «Muchos promotores nos dicen que jugamos con ventaja», añadió.

En el aire quedan quejas más o menos frecuentes a pie de Fòrum como la escasez de lavabos de este año y unas tensiones vecinales que, aseguró Lanza, parecen haberse limado después de trabajar con el barrio para mitigar los efectos adversos derivados del festival. Seguro que desde la plataforma Stop Concerts y la Xarxa Veïnal Contra el Soroll (Xavecs), en pie de guerra contra todos los festivales que se celebran en el recinto, no comparten tanto entusiasmo.

Panorámica del público durante la actuación de PJ Harvey EFE

En cualquier caso, bajó la persiana el Primavera Sound y, en el balance final, palabras emotivas también para Steve Albini, líder de Shellac y santo patrón del festival fallecido hace pocas semanas. «Es el año del recuerdo a Steve Albini. Han sido 15 años con él, y nos proponíamos hacer una edición de la que él estuviese orgulloso», dijo Lanza. Ahí aún brillaba el sol y The Lemon Twigs se exhibían como superdotados arqueólogos del pop clásico, versión del 'Good Vibrations' de los Beach Boys incluida, pero a la vuelta de la esquina se intuían nubarrones y sobresalto térmico. Y, en efecto, si el viernes, con Lana de Rey, todo fue ensimismamiento, bromazepam pop y elegancia gélida, anoche tocaba diluvio y actuación épica y heroica de PJ Harvey. 

Llovía con ganas en el Fórum cuando se hizo el silencio, la británica le dedicó 'The desperate kingdom of love' a Albini y, conmoción, sólo se oía su canto solemne y el sonido de las gotas rebotando en los chubasqueros. Magia en el Primavera Sound. Emoción pasada por agua. Luego tocó, claro, 'Down by the water', y al público le faltaron manos para aplaudir. «No nos alejamos de vosotros, sino de la lluvia», bromeó Polly Jean, vestido blanco hasta los tobillos y magnetismo colosal, después de replegarse un poco hacia el interior del escenario para evitar que el agua afectase al equipo.

Calma y furia

No paró de llover en todo el concierto, pero nadie se movió. Cómo hacerlo cuando suenan 'This glorious land', 'Let England shake' y 'The words that maketh murder'; cuando la electricidad desbocada de '50ft Queenie' anticipa la tormenta de rayos y truenos que al poco atravesaría el cielo de Barcelona. Calma y furia, folk espectral y distorsión mellada, en un noche de revisión más o menos retrospectiva tras las noches temáticas de tambores de guerra y cicatrices abiertas.

Venía la inglesa, voz del rock como lienzo en blanco, a presentar el poético y mágico 'I Inside the Old Year Dying', pero acabó alterando el material reciente, más turbio y tenebroso, con jugosos rescates de sus primeros discos. Las fábulas perversas de 'Prayer at the gate' y 'The Nether-Edge' con la deliciosa 'Send his love to me', la volcánica 'Man-size' y las exquisitas 'Angelene', 'Dress' y 'The Garden'. Sonido impecable, actitud de diez. Una versión comprimida y abreviada de la gira que realizó por teatros el otoño pasado que, sin embargo, logró embrujar a un público calado hasta los huesos.

Noche épica a la que sumaron poco después Bikini Kill, furia 'riot grrrl' de estreno (con treinta años de retraso) y con Kathleen Hanna como dicharachera y electrizante maestra de ceremonias; el indie centenial y parsimonioso de una Mitski recibida entre rayos y truenos; y el debut en España (¡y en Europa!) de SZA, diva neosoul que convirtió el escenario en una suerte de fantasía marina, cubierta de barco incluida, mientras descorchaba con poderío y elegancia los himnos de 'SOS'.

Pleno de estrellas femeninas coronado por el fiestón de pop colorista y bailable de Romy y con prueba del algodón para Alacá Norte, penúltimo 'hype' salido del underground patrio a lomos de ese cohete que es 'La vida cañón' y que saltaron al escenario como si hubieran nacido exactamente para eso, para tocar en el Primavera Souna a la una de la madrugada.

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