Nick Cave, el bolso rosa de Kylie Minogue y lo que las canciones esconden
El libro 'Más extraño que la bondad' explora el universo creativo del australiano a través de libros, objetos, letras manuscritas y atípicos souvenirs
![Nick Cave, fotografiado en su habitación de Berlín 1985](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/abc/abcnacional/2022/09/08/cave1-kwJC-RdKqI1Db680BqenfLLZxNcM-1240x768@abc.jpg)
En 1991, antes de que la mala fortuna y la necesidad de hacer caja volviesen a poner de moda a Leonard Cohen, la revista francesa 'Les Inrockuptibles' invitó a una quincena de músicos y artistas a medirse con algunas de las canciones más célebres ... del canadiense. Pixies escogieron 'I Can't Forget', Lloyd Cole hizo lo propio con 'Chelsea Hotel', R.E.M. grabaron 'First We Take Manhattan', y Nick Cave... Bueno, Nick Cave ensilló a los Bad Seeds para firmar una volcánica, salvaje y asilvestrada versión de 'Tower of Song'.
Seis minutos de furia mutante que, cuenta la leyenda, en realidad fueron ochenta minutos de electricidad beoda, desbarre estilístico y furia mutante. Ahí estaba el australiano, colándose en la Fortaleza de la Soledad de Cohen para descubrir de primera mano el lugar en el que acabaría confinado el resto de sus días. Porque, como dejó dicho el autor de 'Suzanne', 'Tower of Song' representa ese lugar «donde el escritor está atrapado». «Soy compositor. No voy a darme la vuelta y hacerme guardabosques o neurocirujano», ilustró Cohen.
Así que desde ahí, o desde un lugar bastante parecido, llega ahora 'Más extraño que la bondad' (Sexto Piso), un libro que viene a ser como una jornada de puertas abiertas a la 'tower of song' del músico australiano. Una visita guiada por los alrededores de las canciones con la que Cave profundiza en ese estriptis emocional al que se entregó tras la trágica muerte de su hijo Arthur, de 15 años, en 2015. «Desde la muerte de su hijo, Cave ha mantenido un contacto más cercano con sus fans (...). Cuando le preguntan sobre las posibilidades de que haya vida después de la muerte, habla de cómo el dolor puede engendrar un mundo de espíritus», constata la escritora Darcey Steinke en uno de los ensayos que incluye el libro.
«Las piezas que formaban parte de ti se alejan rodando, un millón de pequeñas historias, diseminándose con fuerza a una velocidad tremenda. Se vuelven como las estrellas fugaces, puntos de luz que se baten en retirada, separadas solo por tu ardiente necesidad y por el propio cielo lejano», añade el propio Cave en las primeras páginas del libro.
«Superestructura alucinada y compulsiva»
Extensión impresa de 'Stranger Than Kindness: The Nick Cave Exhibition', exposición que recreó el complejo universo creativo del autor de 'Red Right Hand' en la Biblioteca Real Danesa, 'Más extraño que la bondad' es, en esencia, un recorrido gráfico por el material del que están hechas las canciones de Cave. Sí, tal como suena. «Lo que ves en este libro vive en el intrincado mundo que se construye en torno a las canciones, y que las canciones habitan. Es el material del que nace y se alimenta la obra oficial. Cuando hablo de la obra oficial me refiero a la canción o al libro o a la partitura que se publica y va a parar a las manos de los fans. Los fans se convierten en sus custodios. La poseen», explica Cave en la introducción del libro.
![Imagen principal - Cave compone con 'Más extraño que la bondad' una celebración de los misterios del proceso creativo a partir de materiales como un diccionario de palabras vibrantes, fotografías rescatadas de alguna vieja cartera y letras manuscritas como la de 'From Her To Eternity'](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2022/09/08/cave2-U65541828541pye-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Cave compone con 'Más extraño que la bondad' una celebración de los misterios del proceso creativo a partir de materiales como un diccionario de palabras vibrantes, fotografías rescatadas de alguna vieja cartera y letras manuscritas como la de 'From Her To Eternity'](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2022/09/08/cave12-U36728042744YiD-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Cave compone con 'Más extraño que la bondad' una celebración de los misterios del proceso creativo a partir de materiales como un diccionario de palabras vibrantes, fotografías rescatadas de alguna vieja cartera y letras manuscritas como la de 'From Her To Eternity'](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2022/09/08/letra1-U05186216457Zsh-278x329@abc.jpg)
«Sin embargo», añade, «detrás de la canción hay una cantidad enorme de cosas secundarias: dibujos, mapas, listas, garabatos, fotos, cuadros, collages y borradores, cosas que son propiedad del artista, secretas y sin terminar. Estas cosas no deben considerarse tanto obras de arte como la superestructura alucinada y compulsiva que da a luz a la canción o al libro o al guion o a la partitura. Para mí, estas piezas tienen una energía creativa distinta de la de la obra terminada: cruda y directa, pero no menos convincente».
Entre las cosas que alimentan el voraz y casi siempre oscurísimo cosmos lírico del australiano destaca, por ejemplo, un bolsito rosa y celeste con las palabras Kylie Minogue impresas en uno de los lados que, explica, se trajo de Manchester en 1992. «Había algo en ese bolsito que me apelaba. No sé, albergaba una promesa tan grande que me daba escalofríos. Entonces le pregunté al tipo si me lo podía quedar y él muy amablemente me lo regaló, diciendo de un modo bastante innecesario que también tenía uno que decía JASON guardado en alguna parte», relata con no poca guasa y guiño a Jason Donovan incluido. Años después, en 1996, Nick Cave y Kylie Minogue grabarían juntos 'Where the Wild Roses Grow' para el disco 'Murder Ballads'. ¿Le hablaría entonces el Príncipe de las Tinieblas de su preciada posesión?
Anita, Deanna y Lolita
Letras manuscritas y mecanografiadas, perversas composiciones de escena (lo de colocar una foto de Deanna Bond junto a la letra de 'Deanna' bordea el sadismo), garabatos y dibujos de mujeres desnudas, cuadros de Anita Lane, y fotografías de un Cave de siete años cantando en el coro de la Catedral de Wangaratta componen aquí un andamiaje emocional, un esqueleto invisible, en el que tampoco faltan momentos epifánicos. Uno de los primeros, revela, está ligado a un ejemplar de 'Lolita', libro del que su padre le leyó el primer párrafo cuando tenía nueve o diez años. «Me di cuenta, por la manera en que aquello lo empoderaba, de que sentía que estaba transmitiendo un conocimiento prohibido», recuerda. Otro momento determinante fue el concierto que The Saints ofrecieron en Melbourne en 1977. «Lo cambiaron todo», reconocería Cave, a quien el fotógrafo Rennie Ellis capturó en las primeras filas, mirando embobado al cantante Chris Bailey.
![Nick Cave y Deanna Bond, en 1988](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2022/09/08/cave-anita-U27278158337LLD-624x350@abc.jpg)
«Naces. Te construyes a ti pieza a pieza. Construyes un relato. Te conviertes en un individuo, rodeándote de todo lo que amas. También recibes heridas, a veces, y te quedan cicatrices», resume Cave en un intento por fijar los primeros pasos, el estado creativo larvario, de lo que acabará siendo una canción. Un 'big bang' incontrolable que, como un brutal naufragio, arrastra a su paso todo lo que encuentra, ya sea el manuscrito de letra prieta y enjuta de 'La muerte de Bunny Munro'; una caja de pelo con tres mechones comprada en Berlín de la que surgió, en parte, 'Y el asno vio al ángel'; cuadernos creados especialmente para que Cave anote ideas; una caja con maquetas de The Birthday Party y Boys Next Door; listas de cosas con las que no estaba contento: un diccionario hecho de «palabras que emanaban algún tipo de vibración»; postales de santos y estampas de vírgenes; la estatuilla de un macaco recuerdo de Gibraltar; el Evangelio según San Juan subrayado y anotado…
Toda una vida de canciones, de llamadas desde el otro lado, concentradas en 270 páginas profusamente ilustradas que, pese a todo, mantienen intacto el misterio que rodea la obra de Cave. Y es que, él mismo lo dice, sus canciones son «conversaciones con lo divino que, al fin y al cabo, podrían no ser más que el balbuceo de un loco hablando consigo mismo».
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