Muere Tom Verlaine, líder de Television y héroe tranquilo del punk neoyorquino
El músico, uno de los guitarristas más influyentes del rock del siglo XX, falleció en Nueva York a los 73 años

El momento, los febriles y convulsos años setenta. El lugar, el CBGB de Nueva York, cuartel general del punk e incubadora desde la que el virus de la 'no wave' empezaba a campar a sus anchas. Por ahí desfilaron Patti Smith, Suicide, Ramones y, claro, también ellos. Si Talking Heads fueron los más listos de la clase, Television fueron los más originales. La destreza frente al arrojo. Los complejos arabescos de guitarra frente al 'hey ho let's go' ramoniano. 1977 fue un año generoso en debuts de impacto y obras maestras, sí, pero pocos tan influyentes como 'Marquee Moon', el prodigioso debut de Television.
Perfeccionando durante tres años de ensayos estajanovistas, ahí dentro zumbaba y crepitaba la guitarra de Tom Verlaine,cabecilla de la banda e ideólogo de unas complejas enredaderas sonoras que muchas veces escapaban incluso a sus capacidades técnicas. Menos mal que a su lado tenía a músicos como Richard Lloyd, Billy Ficca y Richard Hell, formación fundacional de una banda que perdió el sábado a su gran capitán: Verlaine, de 73 años, falleció en Nueva York tras una súbita enfermedad, según fuentes cercanas a la familia.
La noticia, de hecho, llegó a través de Jesse Smith, hija de Patti Smith y del guitarrista Fred 'Sonic' Smith, sustituto de Hell cuando este dejó Television por unirse a los Heartbreakers de Johnny Thunders. Antes de eso, Verlaine ya había paseado su guitarra por el 'Hey Joe' de Patti Smith. Ella fue quien dejó dicho que, al tocar, el espigado y esquelético Tom sonaba como «miles de pájaros azules gritando».
Nacido como Thomas Miller en 1949, Verlaine conoció a Richard Hell en la escuela y su pasión conjunta por el rock y la poesía los llevó a hacer historia en una época de revoluciones y sacudidas. Nunca fue fácil resumir las influencias de Television pero, en cierto modo, fueron el nexo entre la Velvet Underground, The Byrds, y el ardiente rock de guitarras de los setenta. En ocasiones incluso se les quiso emparejar con tipos como John Coltrane, aunque Verlaine siempre dejó claro que lo que realmente le interesó del jazz fue la actitud de los músicos.
Simbolismo y punk-rock
De la poesía, Verlaine no sólo tomó el nombre del gran simbolista francés: un vistazo a los obituarios que circulan aquí y allá bastan para coronarle como gran poeta de la guitarra; héroe tranquilo de una generación espídica y frenética. Antes de eso, el estadounidense ya se había inventado junto a Hell un álter ego femenino, Theresa Stern, para firmar un poemario, y había estrenado carrera musical en Neon Boys.
Dentro y fuera del escenario, la relación entre Verlaine y Hell siempre fue volcánica y mercurial: el primero gustaba de tocar sentado con las piernas cruzadas y cediendo todo el protagonismo a la música. Al segundo, bala perdida del rock, se le invitó a abandonar la banda por despendolarse demasiado en directo. De aquella fricción constante nació una primera encarnación de Television que duró un suspiro. Lo suficiente, sin embargo, como para maravillar con sus primeras actuaciones en el CBGB y grabar una maqueta producida por Brian Eno que la banda decidió enterrar hasta mediados de los noventa.
En 1975, ya sin Hell, empezó a cobrar formar 'Marquee Moon', un estreno imperial que dejaría una profundísima huella. ¿Exagerado? Para nada: La mitad de los riffs de 'Is This It', el debut de The Strokes, están sacados, por no decir saqueados, de ahí. Canciones como 'See No Evil', 'Venus' o 'Elevation', con sus enjambres de guitarras y espirales de electricidad, capturaron como pocas el espíritu bullicioso y atropellado de una ciudad atravesada por un cable de alta tensión.
Se dice que Bowie quiso producirles y que Malcolm McLaren intentó ser su mánager, pero Verlaine nunca fue un tipo de trato especialmente fácil: en 1978, poco después de lanzar 'Adventure', su segundo disco, telefoneó a Richard Lloyd para anunciarle que dejaba la banda. Y se acabó. Desde entonces, y durante más de una década, Verlaine se entregó a una carrera en solitario que, pese a brindarle pocas alegrías comerciales, apuntaló su condición de creador de culto gracias a títulos como 'Dreamtime', 'Cover' o su debut homónimo de 1979.
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En 1992, Television se unieron de nuevo y salieron del estudio con un nuevo disco que recuperaba el brillo y esplendor original. A partir de ese momento, y después de que Verlaine se involucrase en proyectos como la producción del segundo disco Jeff Buckley, álbum que quedó inconcluso al morir ahogado el cantante, la banda funcionó como célula durmiente, activándose y desactivándose para salir de gira, acudir a la llamada de algún festival (memorable fue su paso por el Primavera Sound de 2003 junto a Sonic Youth, The White Stripes y Mogwai) y amagando con terminar ese cuarto disco que Verlaine empezó a gestar en diciembre de 2007. Fue, al parecer, la última vez que el guitarrista entró en un estudio de grabación.
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