Muere el saxofonista James Chance, leyenda de la 'no wave' neoyorquina
El músico, fundador de The Contortions y James White & The Blacks y padrino del punk-funk, ha fallecido a los 71 años tras una larga enfermedad
The Strokes, Interpol y el rock neoyorquino que nació de los escombros del 11-S
![James Chance, en una imagen compartida en su página de Facebook](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/19/chance-RZEYiiBf72eGOj2kkyYKhoO-1200x840@diario_abc.jpg)
Si en el principio fue el ritmo, no debía andar demasiado lejos James Chance, furioso apóstol del funk sucio y veloz que nació para tocar free jazz y acabó liderando con su saxofón maníaco aquella deconstrucción airada del punk que Brian Eno capturó en el recopilatorio 'No New York'.
Leyenda a su pesar, a Chance, de nombre real James Alan Siegfried, todo aquello de la no wave nunca le acabó de convencer demasiado («no siento que mi música se pareciera a la del resto de bandas», respondía cuando le mentaban a DNA o MARS), pero como titán del movimiento y padrino del punk-funk se le ha recordado este miércoles después de que su hermano David anunciase que Chance, líder de The Contortions y fundador de Jim White & The Blacks, había fallecido a los 71 años. Según su familia, su estado de salud había empeorado en los últimos años y su última actuación se remonta a 2019, cuando cerró en Utrecht una breve gira por Europa.
Nacido en Wisconsin en 1953, Siegfried llegó a Nueva York en 1977, se cambió el nombre y no tardó en convertirse en catalizador de la vanguardia de la ciudad. Aún habrían de pasar unos cuantos años para que John Zorn pusiera en marcha Naked City, pero ahí estaba ya el joven James empapándose de nihilismo punk y formando junto a una Lydia Lunch aún adolescente Teenage Jesus & The Jerks, formación seminal en esa mezcla de primitivismo y vanguardia experimental que sería la no wave neoyorquina.
Convencido de que el jazz había perdido buena parte de su locura e invitado por Lunch a dejar Teenage Jesus & The Jerks por tener demasiado contacto con el público, Chance fundó The Contortions y empezó a acuñar una electrizante leyenda de peligroso buscabullas: la mezcla de letras cenizas, espasmos eléctricos y solos mellados de saxofón se traducía noche sí noche también en explosiones de furia dentro y fuera del escenario: raro era el día que que Chance, mitad predicador airado mitad 'crooner' chalado, no acababa a guantazos con algún espectador. Algo así, claro, no podía durar, y después de dejarse grabar a regañadientes por Eno y debutar en 1979 con 'Buy', Chance enterró a los Contortions y renació como James White & The Blacks para seguir despachando jazz despeluchado y funk fracturado.
Cuando, a principios de siglo, el nuevo rock neoyorquino empezó a hurgar en el baúl de los recuerdos para reivindicar el legado de la no wave, Chance vivió una suerte de segunda juventud, refundó The Contortions y se lanzó de nuevo a la carretera para impartir aquelarres de ritmo e improvisación. En el 2004 pasó por el Primavera Sound y años después recaló en Madrid con Les Contorsions, banda formada por músicos franceses.
En el recuerdo quedan los espasmos de 'Contort Yourself', la furia con la que acometía versiones de 'Jailhouse Rock' y 'Heat Wave', y una influencia sin la que no existirían bandas como LCD Soundystem o The Rapture.
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