Mark Evans, el bajista maldito de AC/DC que fue despedido por pasarse de rock 'n' roll
Libros del Kultrum edita su autobiografía 'Dirty Deeds, Actas Profanas: mi vida dentro (y fuera) de AC/DC'
![La formación de AC/DC en la época de Mark Evans (segundo por la izquierda)](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/19/libro-acdc-R5vx2qM2w8OoiIschkV1KpJ-1200x840@diario_abc.jpg)
El día que cumplió 21 años, el pobre Mark Evans recibió un despido fulminante como regalo de parte de sus compañeros de AC/DC. A los mandamases de la banda les dio igual la fecha, porque los hermanos Young no perdonan. Ni olvidan. Cuando el ... grupo entró en el Salón de la Fama del Rock and Roll décadas después, se encargaron personalmente de borrar todo rastro de su paso por el grupo y su nombre no apareció en los créditos.
¿Qué demonios hizo Evans para provocar semejante rencor? En realidad nada del otro mundo en la vida rockera: cocerse como un gibón y pasarse demasiados días vapuleado por las resacas. Al parecer, al disciplinado y abstemio Angus le tocó demasiado las narices y acabaron teniendo broncas que a la postre, fueron el único y verdadero detonante de la patada en el culo. Porque con el cantante Bon Scott, recordman de la borrachera setentera, no tuvo la misma vara de medir.
Evans quedó inmensamente dolido, pero apechugó con la coyuntura como le habían enseñado que debía hacerlo un hombretón australiano de South Yarra, un barrio pobre de Melbourne al que define como un «vertedero» en su libro 'Dirty Deeds' ('malas acciones', ¿un título de autocrítica?), que arranca con una dura pero hermosa descripción de su infancia en la que cuenta que la única vez que sintió una mirada cariñosa de su padre, una mirada de orgullo paterno, fue cuando le rompió los dientes a otro chaval del vecindario delante de él.
En el libro, titulado 'Actas profanas, mi vida dentro (y fuera) de AC/DC' en la versión en castellano fantásticamente traducida por Paco Arrieta, Mark Evans revela que sintió curiosidad por el grupo al saber que el hermano mayor de los guitarristas era miembro de los famosísimos Easybeats, y que entró como bajista en 1975 gracias al discurso de presentación que soltó en su primera audición con ellos: «Mi bajista favorito es Gerry McAvoy, el que toca con Rory Gallagher. Quiero ser capaz de tocar como él. Nada de florituras ni extravagancias para virtuosos, sólo un pulso sólido como una roca». Aquellas frases fueron música para los oídos del verdadero patrón de la banda y arquitecto de su pétrea cadencia de martillo pilón, Malcolm Young, que ordenó su fichaje en cuanto comprobó que no iba de boquilla. A partir de ahí, Evans firmó en sólo dos años algunas de las páginas más brillantes y prolíficas de la historia de AC/DC: los discos 'T.N.T.', 'High Voltage', 'Dirty Deeds Done Dirt Cheap' y 'Let There Be Rock' y las correspondientes giras mundiales que certificaron su condición de titanes del género.
En el brevísimo tiempo que copilotó la apisonadora rítmica 'aussie' por excelencia junto a Malcolm y el baterista Phil Rudd, Evans exprimió hasta dejar seco el 'sexo y drogas' que acompaña al lema del rock'n'roll, deleitándose sin pudor en sus conquistas como mujeriego empedernido a lo largo del libro, donde ofrece consejos «para los jóvenes practicantes». «No se entusiasmen demasiado pronto, tómense su tiempo y sean conscientes de que siempre pueden darse un respiro, si es necesario, cuando las chicas se lían entre ellas, como ocurre invariablemente», alecciona el bajista, que debutó sobre el escenario en un concierto en una cervecería con entradas a dos dólares.
![«Angus, Phil y yo con mi Fender Precision Bass de 1954. No lo sabía, pero aquel sería mi último concierto con los chicos»](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/19/MarkEvans-U26735377155Kbh-760x600@diario_abc.jpg)
Uno de los grandes atractivos del libro es ese: que destripa los inicios humildes y cazalleros del grupo, cuando actuaban sobre tableros pegajosos ante hordas de 'sharpies' -cabezas rapadas en jerga australiana- antes de convertir sus espectáculos en golems de la industria del directo con Golden Tickets para instagramers. Esa segunda parte, Evans sólo la tuvo en sus labios durante unos instantes.
Su último concierto con ellos fue teloneando a Black Sabbath en Suecia, una noche que por cierto, acabó con Malcolm Young soltando un puñetazo al bajista Geezer Butler en una habitación de hotel. Ahora, casi cincuenta años después, el reencuentro con sus viejos colegas se antoja imposible, ni aunque celebraran un concierto especial que reuniera a todos los que han pasado por AC/DC. En la década de los ochenta, Evans denunció a la banda por impago de royalties y los hermanos Young cortaron relaciones para siempre.
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¿Y qué hay del después de AC/DC que aparece entre paréntesis en el título del libro? Evans ha pasado por otros grupos del rock australiano como Finch, Cheetah, Swanee, Heaven, The Party Boys, The Pat Cash Band y desde 2017, Rose Tattoo, los cuales son a priori menos interesantes. Pero su pluma ingeniosa y sincera, y el último tramo del libro, dedicado a su familia y a la brutal tragedia que sufrieron con la pérdida de una hija, anima a no perderse el resto del azaroso viaje del bajista maldito de AC/DC.
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