El fuego dulce de Joni Mitchell

El libro lleva el subtítulo de 'Conversaciones con Malka Marom', una cantautora que conoció a Mitchell una fría noche de invierno de 1966 en un remoto tugurio de Yorkville, en Ontario, y que volvió a encontrarse con ella en 1973, cuando la ya superestrella de la música se resistía a ser encorsetada como cantante de folk y apuntaba a otros horizontes musicales, como reflejarían sus colaboraciones jazzísticas con Charles Mingus, Wayne Shorter o el malogradísimo Jaco Pastorius.

A lo largo de las siguientes cuatro décadas de amistad entre ambas se sucedieron más conversaciones, y no fue hasta que completaron su tercera y última entrevista, grabada en 2012, cuando Malka descubrió lo que atesoraban aquellas errabundas, en apariencia, disertaciones: la disección del proceso creativo de una artista que abjuró del mainstream (tanto, que llegó a comparar a Madonna con Nerón) y siguió siempre su propio camino.

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Malka Marom inició su andadura como cantautora formando el popular dúo Malka & Joso, que fue el primero en introducir las llamadas 'músicas del mundo' en Canadá. Como solista siguió actuando en los escenarios, televisiones y emisoras de radio de todo el mundo, y también es una conocida y respetada locutora de radio y documentalista, y autora de la novela 'Sulha'.

Al ser colega de profesión, Marom consigue penetrar en los mundos interiores de Roberta Joan Anderson (así se llamaba Mitchell en realidad) con tanta naturalidad como profundidad, charlando más amistosa que periodísticamente sobre música, sobre ciertas obsesiones como la mitología alrededor del Jardín del Edén y el feminismo que brotó de una niña que vivió aterrorizada por la historia del pecado original, o sobre otras artes que siempre le apasionaron, como el dibujo, la pintura (el libro incluye fotografías y reproducciones de sus cuadros) y la poesía.

De hecho, ese fue el orden de los factores que la llevó hasta el folk: «Cuando nos mudamos a Saskatoon yo cursaba sexto de primaria», cuenta en la primera de las tres partes en que se divide el libro. «Cada año, a final de curso, los padres iban a la escuela a reunirse con los profesores. Aquel año colgaron unos dibujos míosne las paredes para la ocasión, y el profesor Kratsman, que era nuevo y enseñaba a los de séptimo, se me acercó y me dijo: «¿Te gusta pintar?». Yo le dije que sí y él añadió: «Si sabes pintar con pincel puedes pintar con palabras». Y yo añadí: «¿De verdad?». Y le tomé la palabra».

Del dibujo a la poesía, y de la poesía a la música. Así, gracias a un buen profesor, arrancó el camino de una de las cantautoras más célebres de todos los tiempos, una mujer que quizá sacrificó demasiadas cosas para cumplir sus sueños (se quedó embarazada justo antes de viajar a Nueva York para conquistar el Greenwich Village, pero dio a su hija en adopción y se marchó), pero sin la cual sería imposible entender en toda su amplitud la explosión contracultural más importante del siglo XX.

Precisamente a la época del reencuentro entre Marom y Mitchell, la del inicio de sus coqueteos con el jazz a mediados de los setenta, remite el otro lanzamiento mencionado: el de las cajas antológicas que se acaban de publicar en formato 6 CD o 4 LP con el título de 'Joni Mitchell Archives, Vol. 4: The Asylum Years (1976-1980)'. Se trata de una colección imperdible para los fans que incluye sesiones de estudio inéditas, versiones alternativas, grabaciones en vivo, rarezas y un libro de 36 páginas con nuevas fotos y una extensa conversación entre Joni y Cameron Crowe.

Esta lujosa recopilación abarca también varias caras de la trayectoria de Mitchell, ya que cuenta con potentes temas en vivo de su época en Rolling Thunder Revue de Bob Dylan durante la gira de 1975 y 1976 por Estados Unidos, y muestra las primeras grabaciones y tomas alternativas de las respectivas sesiones de los discos 'Hejira', 'Don Juan's Reckless Daughter' y 'Mingus', así como de sus actuaciones en el Bred Roses Festival o el Rally Antinuclear que tuvo lugar en Whasington en mayo de 1979, sin olvidarse de su gira de ese mismo año, ofreciendo incluso dos temas de los ensayos.

El material inédito se ha sacado de carretes estéreo originales, cintas de casete, CD-R e incluso una transmisión de radio. Las pistas recién mezcladas provienen de cintas multipista, mientras que un puñado de pistas digitales de alta resolución provienen de los archivos de Bob Dylan.