Johnny Cash, un legado esculpido en piedra
El Hombre de Negro será el primer músico al que se le erige una estatua en el Capitolio, un logro que motiva esta conversación con el historiador musical Mark Stielper, coautor de un libro sobre sus letras
20 años sin el irrepetible Johnny Cash: ¿se puede ser un artista comprometido y unir a la izquierda y la derecha?
![Johnny Cash, en la portada del nuevo disco inédito 'Songwriter'](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/03/cash-1-R9w220GhyX16cP4auCTWDDM-1200x840@diario_abc.jpg)
Aunque Johnny Cash esté a dos metros bajo tierra desde hace más de dos décadas, su legado nunca ha parado de crecer y 2024 está siendo un año tremendamente fructífero para ensancharlo aún más e incluso para esculpirlo en piedra. En abril se lanzó ... el libro 'La vida en letras' (ed. Kultrum), una voluminosa antología de sus composiciones en edición bilingüe –con QR habilitado para tal fin junto al título de cada canción–; en julio vio la luz 'Songwriter', un disco inédito que grabó en el estudio de su yerno para ayudar a su familia económicamente y que quedó guardado en un cajón cuando conoció al productor Rick Rubin para crear el álbum 'American Recordings'; y el próximo 24 de septiembre, el Hombre de Negro se convertirá en el primer músico al que se le erige una estatua en el Capitolio de Estados Unidos. Momento perfecto para sumergirse en su historia de la mano de Mark Stielper, coautor del mencionado libro (junto a su hijo John Carter Cash) y uno de los historiadores musicales que mejor conoce la trayectoria del artista country más influyente del pasado siglo.
«Johnny Cash es una figura que marcó una época, y en el ámbito cultural más amplio, su vida sigue considerándose inspiradora, un ejemplo del hombre común, cuyas pruebas y triunfos sirven de guía para navegar por la experiencia humana», describe Stielper. «Es asombroso lo extendido que sigue siendo su atractivo, más de veinte años después de su muerte. Parece haber «un Johnny» para santos y pecadores, forajidos y honrados, soñadores e infieles. Todos extraen de él sus propios mensajes y lecciones, y las contradicciones inherentes a esos abismos parecen confirmar, no repudiar, su «mensaje», que era bastante abarcador e inclusivo.
Cash era nieto y bisnieto de predicadores fundamentalistas del sur más profundo, «que se sentían igual de cómodos empuñando una Biblia que una escopeta», asegura Stielper. Ese entorno, sumado a que su nacimiento se produjo en plena Gran Depresión, hizo que la futura estrella de la música «conociera la pobreza abyecta y la vida en el lado desesperado y hambriento» de Kingsland, su ciudad natal en el estado de Arkansas. «La dureza de la vida formaba parte de su ADN, al igual que su claridad de ideas, que era como la de un cielo despejado. La suya es la historia esencial del éxito americano, y también un cuento con moraleja. Como tal, tiene elementos bíblicos, como la parábola del hijo pródigo, la tentación en el desierto, el amor de una madre, la ira de Dios sobre los malvados y el perdón final y, desde luego, la redención del pecador».
![Extractos del libro 'La vida en letras'](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/03/JohnnyCash-Librodetalle-U63710833857owD-760x427@diario_abc.jpeg)
Todos estos elementos están entrelazados con una «psique exclusivamente estadounidense», opina Stielper, «y por eso resuenan tan profundamente aquí, mucho más, diría yo, que en Europa, donde su arte es bien apreciado, pero sin el contexto espiritual más profundo». Según este historiador, que lleva más de cuarenta años ejerciendo de cronista de la vida y obra de Cash, «él nunca pudo contemplar uno sin el otro; juntos, eran tan fundamentales para su ser que no estaríamos hablando de él aquí si no existiera alguno de los dos». Esa es la razón, argumenta Stielper, de que este mes de septiembre se vaya a instalar una estatua de Johnny Cash con una guitarra a la espalda y una Biblia en la mano en el Capitolio, en Washington DC, «un acontecimiento sin precedentes que sitúa a Cash entre los estadounidenses más venerados de la historia del país».
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Precisamente allí en la capital de Estados Unidos, a un par de millas, en la Casa Blanca, Johnny dio uno de sus recitales más famosos ante el presidente Richard Nixon, quien salió bastante escaldado al intentar utilizarle para sus intereses. «La actuación en la Casa Blanca es otro de los muchísimos momentos de la vida de Cash que tiene un significado diferente para casi todo el mundo que lo conoce, o cree conocerlo. No es casualidad que probablemente casi no se recuerde a ninguna de las docenas y docenas de artistas que ofrecieron actuaciones en el escenario de la Sala Este, excepto a John Cash. Habló de su dura infancia, cantó canciones de inundaciones y hambrunas y, por supuesto, espirituales y gospel. Pero la guerra de Vietnam hacía estragos y él no se quedó callado sobre ese tema, sin importarle el grupo de políticos que tenía delante, optando también por hablar de paz y recordar a los cientos de muchachos que morían allí cada día. Al final del espectáculo, el Presidente y la Primera Dama, todo el público, estaban llorando. Él creía que podía ser mejor; que todos podíamos ser mejores. Eso es lo que enseña la lectura de sus letras. No me parece que se lo propusiera. Pero la gente lo escuchaba y aprendía de él».
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