El halcón melancólico de The Jayhawks sobrevuela las Noches del Botánico
El grupo de Minneapolis liderado por Gary Louris ofrece un concierto de viejas y bellas melodías, emoción y recepción en la audiencia, con algún altibajo en la robustez rítmica
Gary Louris: «Que yo sepa no hay nuevos Jayhawks. Si los hay, les deseo suerte. Nuestra música no es fácil de hacer ni promocionar»
![The Jayhawks en las Noches del Botánico](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/17/jay-R9YgGBUGWYrsu44XlElZNPM-1200x840@diario_abc.jpg)
A un horario de señores mayores que ya no trasnochan, las 20:30, salieron los contry-poperos The Jayhawks en este domingo de las Noches del Botánico curioso puesto que, a tenor del orden de los conciertos, Los Zigarros a posteriori, serían ... el grupo de Minneapolis sus teloneros, con una hinchada ya congregada a esa temprana hora para escuchar a Louris y compañía acometer un 'Waiting for the Sun', con un largo y neilyounguiano solo eléctrico a la guitarra que marcó una de las patas del adn del grupo. La otra serían sus sublimes melodías, que fueron un gustazo en este recinto con tan buen sonido.
Gary Louris, con camiseta vaquera 'cool', se conserva a sus casi setenta años en buen estado de forma a pesar de la incipiente rigidez de una edad que no impide que su voz siga conservando y congregando la belleza aguda en una especie de mezcla química de todos los Beatles y Neil Young. Sin Mark Olson para los juegos florales vocales, se acompaña de un elenco de lujo, con el cofundador de la propia banda Marc Perlman, y su pelo juvenil, y los viejos camaradas Karen Grotberg, a las teclas, y el batería Tim O'Reagan, ambos también desde hace décadas en el grupo.
Siguieron 'I'm Gonna Make You Love Me' y su armónica, una canción que remite por momentos a la tonada de la serie 'Friends'; para luego llegar 'Smile', un hermoso tema de casi autoayuda, con teclado mágico, ¿su 'Shinny Happy People'? En cualquier caso hasta más bonito y, sobre todo, menos sobado y que en esta ocasión sonó frágil en la parte rítmica. Si algún 'pero' tuvo el concierto fueron algunos tramos de canciones menos inspiradas de sus últimos discos, que palidecen en la comparación a los clásicos, no por otra cosa, y cierta falta de armazón para trotar y sonar sólidos por momentos. No obstante, la chispa de sus melodías compensan cualquier otra apreciación, a añadir momentos de ruido y solos eléctricos de brío.
Con un sol crepuscular ideal para ver un concierto de esta índole, y que provocaba desde nuestra butaca, por momentos, un efecto de pelo verde en Gary Louris muy divertido, el compositor dedicó 'Kingston Girl', una nueva canción, a su novia canadiense, de blanco y con sombrero vaquero a un lado del escenario, y que estuvo ahí devota disfrutando de todo el show, mientras el cantante la miraba recurrentemente, enamorado, enternecedora postal en el salvaje Oeste del amor entre dos adultos.
Antes habían tocado 'Tampa to Tulsa', otra vez con falta de fuerza rítmica, y luego 'Angelyne', también del álbum blanco del country-folk, el 'Rainy Day Music', que tuvo otro gran momento con la interpretación de 'All The Right Reasons' y 'Stumbling Trough the Dark', dos minutos, esta, de perfección melancólica. Antes había caído 'I'd Run Away', muy celebrada por la veterana y muy feliz hinchada en la que si buscabas un poco aún encontrabas algún treintañero gozándola. Y no olvidemos a una Beyoncé que está ahora abordando el género con 'Cowboy Carter' y Taylor Swift viene de ahí, y en su 'Era's Tour' una parte de su setlist son canciones del ramo. Ojo que igual los Jayhawks empiezan a codearse con Bad Bunny y Charli XCX en nada. O no... claro. ¡No todo son las canciones en la música!
Después tocó el turno de 'Big Star', un tema del álbum 'Sound of Lies', y que resume algunas de las mayores cualidades de la banda. Esto es un arranque vocal en las estrofas digno del primer paso de Messi, y unas dobles voces tipo Simon & Garfunkel o nuestros Autoescuela y poco más, trasladado al country pop de ralea beatleniana, amén del estribillo pegadizo por bandera para canturrear hasta en tu entierro.
Destacó en el último tramo 'Tailspin', una canción que podría estar en el 'Zuma' de Young; cerraron antes del bis con su mítica 'Blue', con gente del público con los ojos cerrados; y, por supuesto, en el 'encore' llegaron también 'Save It For a Rainy Day', con la curtida audiencia sacando sus móviles cual adolescentes y esos «So Sad...» en los coros tan emotivos para ayudar a la tal Marina de la canción a salir de todos los pasos tristes. Acabaron con dos covers, su emblemática 'Bad Time', versión de los Grand Funk Railroad, con botes señoriales en el público reconvertido ya en muchachada, y luego 'Until You Came Along', de Golden Smog.
Un repaso por la carrera de un grupo de culto que ha tocado en cinco décadas diferentes, abordando sus principales discos, el 'Hollywood Town Hall', el 'Tomorrow the Green Grass', el 'Smile', el 'Sound of Lies' y especialmente el gran protagonista, el 'Rainy Day Music', más también algunas del 'Back Roads and Abandoned Motels' y el último 'XOXO', alguna nueva incluso, y la sensación de que habrá que ver cuántos artistas y grupos tan 'pegados' actualmente harían tan buena entrada en los Jardines del Botánico si es que existen (y existimos como humanidad) en un hipotético 2064, por ejemplo. El halcón melancólico sobrevoló el lugar, dejando un poso de alegría y belleza ni siquiera fugaz.
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