Diana Krall, el vuelo libre y elegante de la reina del jazz superventas
La canadiense regresó a Barcelona para depurar la fórmula que le dio éxito y fortuna e invocar en los jardines de Pedralbes a Cole Porter, Nat King Cole, Irving Berlin y Tony Bennett
Jamie Cullum: «Soy un gran fan de Rosalía, es una creadora audaz»
![Diana Krall, durante su actuación en Les Nits de Barcelona](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/07/19/IRUN5105-RfJJDS6CU2mQTA1xdHYRcsM-1200x840@diario_abc.jpg)
A la salida, la confesión. «Yo hoy venía con cuerpo de rumba», dijo alguien a las puertas de los Jardines de Pedralbes. Y a Diana Krall, superestrella del jazz y privilegiada médium de la tradición americana, se le podrán pedir muchas cosas, entre ellas ... hora y media de elegancia sobrenatural, homenajes a Nat King Cole y Tony Bennett y arrebatadas versiones de Bob Dylan y Buffalo Springfield, pero la rumba, claro, no sería lo suyo. Máxime ahora que, tirando del hilo del humeante y contenido 'This Dream Of You', la canadiense empieza a recordar cada vez más a una Joni Mitchell de voz rebelde y profunda.
Las notas justas de piano, acompañamiento de mínimos (sólo contrabajo y batería) y un acercamiento cada vez más sutil y profundo al Gran Cancionero Americano. Mal día, pues, para lo de la rumba y para descubrir que Krall lleva años depurando la fórmula que le dio éxito y fortuna y laminando hasta dejar en los huesos que un repertorio de originales y préstamos, de reverencias a Irving Berlin y rescates del superventas 'The Girl In The Other Room', que recorrió de nuevo el jueves en Barcelona.
Sólo dos años habían pasado desde su anterior actuación en el mismo recinto, pero nadie quiso perderse su regreso a la ciudad. Lleno casi absoluto en la platea, un escenario tenuemente iluminado, cuatro puntos de luz y unos pocos focos, y 'Almost Like Being In Love', para descorchar una noche de calor tórrido. «¡Beautiful!», exclamó Krall al poco de sentarse al piano. Y, sí, bonito fue. Y también hermoso. Jazz noctámbulo, estándares moldeados y modificados a conciencia y un recuerdo para los maestros. A Cole Porter le arrancó una majestuosa ' I've Got You Under My Skin'; de Bob Dylan rescató una sentida 'Simple Of Twist Of Faith; y, a solas con el piano, recordó aquellos tiempos en los que sólo tenía oídos para Nat King Cole.
Con Matt Chamberlain (batería) y Sebastian Steinberg (bajo) tomándose un respiro, quedó claro también que a veces menos más y que las excesivas florituras rítmicas de 'The Girl in the Other Room' no siempre le sientan todo lo bien que deberían. Nada grave. Neil Young primero (hipnótica y encantadora 'Mr. Soul') e Irving Berlin después (irresistible 'Let's Face The Music And Dance') fueron los puntos de apoyo que usó Krall para tomar impulso y coronar otra gran noche de elegancia y sobriedad.
A otro titán de jazz, el recientemente fallecido Tony Bennett, se encomendó Krall para volar aún más alto con 'Fly Me To The Moon' y 'They Can't Take That Away From Me', clásicos populares renacidos en la garganta de arena y terciopelo de la canadiense. En los bises, con Sebastian Steinberg cambiando el contrabajo por la guitarra y el público entusiasmado, Krall esquivó lo fácil (no, no cayó 'The Look Of Love') y se despidió en modo cantautora, invocando el espíritu de Leonard Cohen y cambiando el virtuosismo instrumental por el poderío narrativo.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete