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Depeche Mode, entre la fiesta y el funeral en el Primavera Sound

El rapero Kendrick Lamar deslumbra en el festival con una actuación arrolladora

Blur y New Order le echan un pulso a la memoria en el Primavera Sound

El vocalista del grupo británico Depeche Mode, Dave Gahan, durante el concierto de este viernes en la segunda jornada del festival Primavera Sound EFE
David Morán

David Morán

Barcelona

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Electrónica rugosa, crujido de sintetizadores y 'My cosmos is mine' abriendo la noche en canal. El luto, el ángel con las alas heridas de 'Wagging tongue' y Depeche Mode, imponentes, tirando del hilo de la vejez, la vulnerabilidad y, aunque parezca contradictorio, también el goce por la vida. Porque la muerte, está mal decirlo, les sienta de fábula. Hacía años, de hecho, que no sonaban tan vivos. Sin Andy Fletcher, fallecido el año pasado, y con 'Memento mori' convertido en uno de sus discos más estimulantes de los últimos tiempos, Dave Gahan y Martin Gore se han echado a la carretera para recordarse, noche tras noche y a pie de escenario, que la parca aguarda a la vuelta de la esquina.

Puro estoicismo sintético que, a su paso por el Primavera Sound, transformaron en un arrebatador concierto hecho de claroscuros, apabullantes himnos electrónicos e incrustaciones de rock de estadios. Es lo que tienen los festivales, que pueden cambiar súbitamente de dirección sin necesidad de dar demasiadas explicaciones. Esa, de hecho, es la gracia. Un día te desgañitas con 'Parklife' mientras la pantalla se recrea en la piñata tuneada de Damon Albarn y al siguiente el escenario se tiñe de rojo infierno y te pasa por encima el pesado y sombrío manto de 'Walking on my shoes'.

En Barcelona, y con Gahan desatado y algo gritón en su faceta de rockstar vocacional, los británicos empezaron reflexivos y torturados, pero no tardaron en tirar de fondo de armario para combinar el convite y el funeral. En misa y repicando por obra y gracia de 'It's not good', 'In your room' y 'Everything counts'. Que se note que siguen vivos. Y vaya si lo están. Los de Basildon, uno de los pocos cromos que le faltaban al Primavera Sound para su colección de cabezas de cartel, reinaron en el Forum, lloraron a sus caídos en 'Ghosts again' y 'World in my eyes', esta última con una foto fija de Fletcher en las pantallas, y deslumbraron cuando le subieron las revoluciones a 'I feel you y 'A pain that I'm used to'. Oscuridad bailable, pero oscuridad, al fin y al cabo. Salvando las distancias, ocurrió con Depeche Mode algo parecido a lo que pasó el jueves con New Order: basculan hacia el rock musculoso, sí, pero siguen sonando mucho mejor cuando abrazan sin tapujos la electrónica y dejan que fluya el ritmo. Es por eso que cuando atacaron con ganas 'Enjoy the silence' y encadenaron, ya en los bises, 'Just can't get enough', 'Never let me down' y 'Personal Jesus', el resultado fue, sencillamente, espectacular. Juego, set y partido. Burlando a la parca, una vez más.

En la cima esperaban, ya ven, Depeche Mode, pero el viernes también era el día de Kendrick Lamar, supernova del hip hop y, sin duda, el mejor rapero de la actualidad. El californiano, propulsado por el impacto se 'Mr. Morale & The Big Steppers', salió como un ciclón, escupiendo metralla con 'N95', brincando como un poseso sobre 'King Kunta', y rapeando como si no hubiese un mañana. Sin apenas compañía (un par de figurantes en momentos señalados) se comió el escenario y puso el Forum del revés con 'DNA' y 'Humble'. Tremendo.

Antes, los hermanos Mael hicieron lo que mejor se les da: activar esa centrifugadora de ritmos locos y melodías extravagantes que es Sparks y reivindicarse como rareza imperecedera. Llevan por aquí desde los setenta y, sin embargo, siguen saliendo al escenario como si fuera el primer día, vestidos de etiqueta, clavel rojo en la solapa y sintetizadores de gala, para maravillar con 'Nothing is as good as they say it is', 'Balls' o esa 'Shopping mall of love' en la que Ron Mael, el hierático hombre del piano, se desternillaba al micrófono. Así da gusto. Ojalá estuviesen por ahí New Order tomando apuntes mientras sonaba 'This town ain't big enough for both of us'.

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