David Afkham: «No creo que la Orquesta Nacional esté dividida»
El director alemán ha prorrogado dos años, hasta 2026, su actual contrato al frente de la institución para preparar con más tiempo su relevo
En este tiempo quiere poner en marcha dos proyectos: una academia y una plataforma digital

Demasiadas emociones en muy poco tiempo. A David Afkham (Friburgo de Brisgovia, Alemania, 1983)le llegó la propuesta de renovación al frente de la Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE) en medio de los ensayos de 'Arabella', de Richard Strauss, en ... el Teatro Real -«para mí es su ópera más compleja junto con 'La mujer sin sombra'», dice-. Lo que no esperaba es leer en la Prensa las críticas de algunos músicos de la orquesta a su renovación; confiesa que ha estado alterado los últimos días, pero el comunicado, hecho público el viernes, de la Comisión Artística de la orquesta en la que se zanjaba la polémica y se expresaba el verdadero sentir de la formación como conjunto.
Así que más tranquilo afronta la entrevista con ABC. Lo hace en un castellano que no ha estudiado, confiesa, y que ha aprendido en el día a día (lleva ocho años en España); aunque en ocasiones necesita la muleta del inglés. «El comunicado demuestra -dice- la responsabilidad de la orquesta. Estoy muy orgulloso de mis músicos, creo que ha sido un paso importante». No cree, como se ha dicho, que la orquesta esté dividida. «Sinceramente, no lo pienso. En los últimos años hemos crecido juntos, y la prueba está sobre el escenario, en los conciertos: ésta es mi familia musical, hacemos música juntos. No necesitamos ya palabras para comunicarnos y entendernos».
«Tengo el máximo compromiso con esta institución -asegura-. Tengo la responsabilidad de ayudar y quiero hacerlo; ese es mi compromiso. Contribuir a garantizar un buen futuro para la orquesta, transparente y sano». La renovación de David Afkham hasta septiembre de 2026 (su contrato terminaba dos años antes) tiene como objetivo dar más tiempo al Inaem para planear el futuro de la orquesta y buscar a su sucesor. «No voy a intervenir en este proceso, pero me he comprometido a invitar a otros directores nacionales e internacionales, para que los músicos puedan trabajar con ellos y conocerlos».
«Normal, transparente y sano»
El proceso de relevo ha de ser «normal e, insiste, transparente y sano». Para ello, en los dos años de prórroga va a reducir el número de semanas al frente de la orquesta, «para dar más tiempo a otros directores y garantizar su estabilidad y su desarrollo artístico». «En los últimos años, tanto el público como la prensa han dicho que el nivel de la OCNE ha mejorado enormemente, y en cada concierto sentimos el agradecimiento de los espectadores. Hay una gran conexión entre la orquesta y su público».
Diez años, dice Afkahm, son un buen período de tiempo para construir cosas. «No olvidemos que se han perdido dos años por la pandemia. Los últimos tiempos han sido muy difíciles, pero estoy muy orgulloso de mi orquesta y mi coro. Hemos sido de los pocos en Europa que hemos seguido con nuestra actividad -incluso hemos hecho una grabación-». Pero esta prórroga de dos años le va a venir bien, explica, para desarrollar dos proyectos que tuvo que parar: la puesta en marcha de una academia y una plataforma digital -su inspiración es la de la Filarmónica de Berlín-, elementos muy importantes para la orquesta, lo mismo que las giras y las grabaciones, con las que seguiremos adelante».
Compromiso
Afkham tiene, dice, la palabra de Joan Francesc Marco, director general del Inaem, de contar con el presupuesto para crear y desarrollar estos nuevos proyectos. «La orquesta y el coro están ahora mismo en un nivel internacional, y quiero, en estos tiempos de redes sociales y comunicación, mostrarnos a la gente, que sepan quienes somos, y no solo en España, y para ello es importante la plataforma digital». La academia, por su parte, «es fundamental para los jóvenes músicos españoles; las mejores orquestas internacionales la tienen». Es distinta del proyecto de la Jonde (Joven Orquesta Nacional de España). «Puede que haya alguna actividad compartida, pero quiero que la OCNE tenga su propia academia».
La idea del director alemán es tener «entre diez o dieciocho miembros, depende, que recibirán un sueldo, que recibirán clases de profesores de la orquesta y del coro, que formen orquestas de cámara, que tengan su propio ciclo de conciertos. Creo que es fundamental para crear nuestra propia nueva generación orquestal, una tradición de un sonido y una idea propios». «Nuestra obligación y nuestra responsabilidad -añade- es dar voz a los jóvenes músicos españoles, como dársela también a los compositores».
«Espero que lo antes posible», contesta cuando se le pregunta cuándo se pueden poner en marcha estos dos proyectos. «Hay que crear los equipos humano y técnico, y se necesita un presupuesto, claro. Pero tenemos el compromiso del director general, y queremos empezar lo antes posible».

Proyectos en marcha
Hay que insistir también, dice, en proyectos que ya están en marcha. Como las giras, «La pandemia nos ha hecho mucho daño en este sentido. Habíamos reactivado las giras nacionales de la orquesta; somos invitados regulares en los festivales de Santander o Granada, y hemos vuelto a sitios en los que no tocábamos desde hace al menos cuarenta años, como Pollensa, o en lugares a los que no habíamos ido nunca, como Torrevieja. Somos la Orquesta Nacional, tenemos la responsabilidad de ir a estos lugares, y vamos a seguir haciéndolo».
También habla de las giras internacionales. Se ha perdido por la pandemia una gira por Japón «importantísima», para la que había muchas entradas ya vendidas. El panorama ha cambiado, añade, «y cuesta más hacer este tipo de giras, pero tenemos programado ir a Bogotá (Colombia) el próximo verano; hay planificada una gira por Europa con promotores de mucho prestigio… Son elementos importantes para el futuro».
Las orquestas, como todos los artistas, trabajan para el público. «La OCNE, y yo mismo, ama a su público. Hemos perdido abonados con la pandemia, pero hemos ganado muchos nuevos. Veo caras nuevas y nos agradece haber seguido la actividad».
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Asegura David Afkham que no le gustan los directores dictatoriales. «Me gusta compartir, liderar desde dentro, ‘primus inter pares’. Cuando dirijo, escucho, e intento que se escuchen entre ellos. Se trata de respirar juntos y todo estará en su lugar para servir la música, que es la única verdad. En un aspecto más filosófico, necesitamos también escucharnos el uno al otro. En cualquier colectivo hay problemas, es normal, somos humanos. Pero la idea del conjunto está por encima de las individualidades. Y a veces hay que tomar decisiones difíciles, pero siempre por el bien del colectivo».
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