40 años de The Smiths, la estrella de la radio que sobrevivió al vídeo
El locutor John Peel rescató al grupo de una intrascendencia a la que ahora parece haber vuelto Morrisey: nadie quiere publicar su disco
![The Smiths](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/02/27/Smiths--RLGAtBSc29Vc6Co0GR8DSFK-1200x840@abc.jpeg)
A principios de 1983, el año en que Gran Bretaña iba a conocer a The Smiths gracias al razonable éxito de su single de debut, 'Hand in glove', el país asistía con conmoción a las primeras muertes por SIDA confirmadas. La confusión, la incertidumbre y una ola de homofobia desatada por los sectores más radicales de la extrema derecha llevó a las autoridades sanitarias a pedir públicamente que «la gente gay» dejase de donar sangre inmediatamente. Es en ese momento de convulsión cuando Morrissey se empeñó en que la portada de su presentación en sociedad con aquel sencillo fuese una fotografía homoerótica de Jim French que había encontrado en 'The Nude Male: a new perspective', un estudio sobre la evolución del desnudo masculino en el arte y la cultura a lo largo de la historia, publicado por Margaret Walters un lustro antes.
Un lustro antes, Patti Smith había ejercido de Celestina involuntaria entre el guitarrista Johnny Marr y el cantante Steven Morrisey, cuando acudieron al Teatro Apolo de Manchester para ver a la madrina del punk en directo en agosto de 1978. Allí, Marr quedó fascinado tras ponerse a charlar con un joven Morrisey que a sus 19 años era autor de un libro sobre los New York Dolls, y la admiración fue mutua. «Él estaba buscando a alguien como yo y yo estaba buscando a alguien como él. Y nos gustamos enseguida. Realmente nos caíamos bien», dijo Marr en The Guardian en 2016. Pero tuvieron que pasar cuatro años antes de que se decidieran a formar un grupo «con el nombre más común», dijo Morrisey al elegir The Smiths. «Pensé que ya era hora de que la gente común del mundo mostrara sus rostros».
![Portada y contraportada del single 'Hand in glove'](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/02/27/smiths3-U81247560055zPc-624x350@abc.jpeg)
Morrissey había sido un niño muy contradictorio. Era bueno en los estudios, también en los deportes, pero muy poco hábil en las relaciones sociales. Hijo de inmigrantes irlandeses, tuvo un carácter solitario y temeroso por varios traumas sufridos en la infancia. Cuentan que cuando tenía seis años quedó profundamente impresionado por los asesinatos de Moor, cerca de Manchester, en los que varios niños de la zona fueron violados y asesinados brutalmente por dos psicópatas (más tarde le inspiraría para escribir la canción 'Suffer Little Children', y la masacre también marcó al cantante Steve Strange, que formó la banda The Moors Murderers), y también quedó aterrorizado por la ola de violencia contra los irlandeses que se desató a finales de los sesenta.
Durante su adolescencia, otra experiencia que le marcó fue trabajar en un hospital (antes había sido empleado público y dependiente en una tienda de discos), donde se enfrentó a situaciones dantescas que, quién sabe, igual fueron el germen de su aversión hacia la carne. «Mi trabajo consistía en limpiar y sacudir los pedazos de entrañas humanas de los uniformes de los médicos postoperatorios», contaría en sus memorias. Después de aquello no volvió a trabajar en un empleo 'normal', hasta que llegaron los Smiths.
Su primer disco estuvo a punto de quedarse en un cajón. Igual que les pasó a los Beatles al hacer una audición para Decca Records, The Smiths fueron rechazados por EMI cuando presentaron sus demos. Y después, el ingeniero encargado de la grabación, el exguitarrista de Teardrop Explodes, Troy Tate, no hizo un trabajo al gusto de Morrisey y tuvieron que regrabarlo con el productor John Porter, en contra de la opinión del baterista Mike Joyce, que a día de hoy sigue defendiendo que la primera versión (que por cierto circula por ahí en ediciones piratas) era mucho mejor. Y ni por esas dieron con alguien que quisiera publicarlo. Sólo el sello independiente Rough Trade se atrevió a publicar una canción, 'Hand in glove', que provocó una enorme controversia no sólo por la portada, y que le recordó a Morrissey sus miedos de la infancia. El periodista Garry Bushell, del periódico sensacionalista The Sun, publicó un artículo diciendo que la canción de la cara B, 'Handsome Devil', era una apología de la pedofilia. La banda lo negó y Morrissey afirmó que la canción no tenía «nada que ver con niños, y ciertamente nada que ver con el abuso de menores».
El single fue apoyado a lo bestia en la BBC gracias al locutor John Peel, pero no entró en las listas de ventas. Sin embargo, la insistencia del locutor con los posteriores singles consiguió atraer la atención del público convirtiéndolos en una estrella de la radio británica que, al contrario de lo que decía la canción de The Buggles, prosperó con ese apoyo en una época en la que lo que empezaba a triunfar eran los videoclips. Así, un año después, cuando se lanzó el disco entero, alcanzó el segundo puesto en las listas de éxitos y arrancó una carrera meteórica alimentada por el insólito sentido dramático y poético de la interpretación vocal y gestual de Morrissey, y que llegó muy pronto a su punto final en 1987, cuando el grupo se desintegró entre gritos y reproches, en un desenlace tan lamentable como para que Marr y Morrissey se repartieran el ochenta por ciento de los derechos del grupo, dejando un pírrico diez para sus dos compañeros, Andy Rourke y Mike Joyce.
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Desde entonces, Morrisey ha desarrollado una carrera llamativa tanto por su música como por sus salidas de tono y sus polémicas, que son tantas que darían para otro artículo. Racismo, veganismo extremo y excluyente, negacionismo, defensa del Brexit, ataques furibundos a otros artistas sin venir a cuento… han minado una trayectoria que, curiosamente, le ha llevado a una situación muy parecida a la de los primeros días de The Smiths, es decir, hasta la casilla de salida: nadie quiere publicar su próximo disco.
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