El último zarpazo de Amy Winehouse
Se publica «Lioness: Hidden Treasures», obra póstuma de la cantante británica y recopilación de versiones y temas inéditos
El trágico y mediáticamente grotesco fundido a negro de Amy Winehouse, ese vive deprisa y deja un bonito cadáver que se la llevó por delante el pasado 23 de julio, acabó con la persona, sí, pero no con su obra. O eso por lo menos es lo que intentan demostrar desde Island Records, sello que se puso manos a la obras tras la muerte de la cantante británica para fijar y dar esplendor a “Lioness: Hidden Treasures”, trabajo póstumo que recupera algunas de las grabaciones que la autora de “Back To Black” dejó desperdigadas en el estudio de grabación o en el salón de casa.
No se trata, sin embargo, de ese ansiado despliegue de material inédito ni, como se especuló en su día, de la continuación inconclusa de “Back To Black”, sino de un compendio de versiones, maquetas y tomas alternativas de temas ya conocidos y, ahora sí, un par de inéditos que Winehouse habría grabado para su tercer trabajo. Como ocurre casi siempre con este tipo de trabajos, cabe preguntarse qué habría pensando la británica y si habría estado de acuerdo en exhumar según qué recuerdos, aunque de lo que no queda duda es que "Lioness”, seleccionado y pulido por Salaam Remi y Mark Ronson, da buena cuenta del escurridizo talento de Winehouse, capaz de saltar del reggae al doo wop, ahondar en ese soul rasgado y con el corazón hecho trizas, hacer buenas migas con el hip hop y apropiarse de clásicos del pop como “Valerie” y “Will You Still Love Me Tomorrow”. He aquí, pues, un repaso de lo que da de sí este nuevo trabajo, a la venta a partir del próximo 5 de diciembre.
"Our Day Will Come". A ritmo de reggae y reconstruyendo con su voz este clásico popularizado por Ruby & The Romantics arranca un disco que, como las buenas historias, empieza por el principio para recuperar una pieza grabada durante las sesiones de “Frank”.

"Between The Cheats". Uno de los inéditos más jugosos del lote. Grabada en mayo de 2008, muestra la versión más ardiente de la británica, acercándose al soul desde el doo wop y rodeada de coros gozosos para seguir tirando del hilo de su tempestuosa relación con su ex marido, Blake Fielder-Civil.
"Tears Dry". O cómo sonaba uno de los puntales de “Back To Black” sin el sample de “Ain’t No Mountain High Enough” y con la británica asomándose al abismo del los baladones soul sin red ni protección. El original pesa, sí, pero la emoción fluye aquí a chorro.
“Wake Up Alone”. Más o menos lo mismo que la anterior, aunque lo que aquí se exhuma es la maqueta original de la canción, con la voz de Amy vestida con lo mínimo y, una vez más, la emoción a flor de piel.

"Will You Still Love Me Tomorrow" . La británica se disfraza de Mary Weiss para arrimar a las Shangri-Las el clásico de las Shirelles en esta relectura de vientos desbocados.
"Valerie". El clásico de los Zutons que Amy gustaba de cantar en directo y que ya grabó en 2007 para “Version”, de Mark Ronson, recuperada por el propio Ronson en una toma primeriza y altamente voluptuosa.
“Like Smoke”. A medias con el rapero Nas, la británica sigue tirando del hilo de “Back To Black” en otro de las piezas que supuestamente grabó para su tercer disco. Unas cuerdas de lujo y las rimas veloces del neoyorquino se encargan propulsar la canción.

“The Girl From Ipanema”. Cuentan que fue esta versión del clásico brasileño, la primera que Winehouse cantó para Remi, la que convenció al productor de que la británica escondía un talento fuera de lo común. Y no hay más que ver cómo retuerce la melodía original con una voz aún más cerca del jazz que del soul para darse cuenta de por qué.
“Halftime”. La canción que dio título a “Frank”, aunque jamás llegase a aparecer en el disco, recuperada en formato acústico y con un añadido rítmico cortesía de Questlove (The Roots). Una vez más, Winehouse exhibe su corazón hecho trizas mientras evoca a Sinatra.
“Best Friends”. Inédita hasta la fecha, solía abrir los primeros conciertos de la británica y ahora reaparece aquí para ahondar en el registro más recogido e intimista de la británica.
Su archiconocido dueto con Tonny Benett y, a falta de nuevas pruebas, la última canción que dejó grabada. Un estándar de jazz sinuoso e hipnótico por el que la voz de Amy se desliza suavemente sin que se adivine la catástrofe.
“A Song For You”. "Y cuando mi vida se acabe / recuerda cuando estábamos juntos / estábamos solos y yo estaba cantando esta canción para ti", canta a modo de despedida en esta versión del éxito de Donny Hathaway que grabó en su casa al borde del llanto en 2009 y que Remi arregló y orquestó para envolver una voz que regresa por sorpresa una vez terminada la canción. Proféfica y sobrecogedora.
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