Surfin' Bichos y la bicha de la nostalgia

El sábado quedaban dos de los mayores alicientes del programa planteado por el Heineken Hidden Stage: Surfin' Bichos y Thurston Moore . Los primeros no acabaron de cuajar un gran concierto, aunque lograron momentos atronadores, y el segundo se ensimismó con las posibilidades ruidísticas que ofrece la guitarra.

Los albaceteños venían al Primavera con el propósito de ofrecer un repertorio basado en su clásico de hace 25 años, su mítico «Hermanos carnales», que les llevó a telonear en España a Nirvana. El show no sonó demasiado bien y al grupo se le notó algún desajuste en varios momentos, pero igualmente, sobre todo cuando tocaron «Fuerte» , pusieron a bailar y cantar al personal de lo lindo. Otro de los grandes momentos fue con «Hermanos carnales» , al que tanto en Madrid cuando tocaron como ayer se echó de menos el silbidito extraterrestre inicial que le da ese toque mágico al tema.

Después, en el segundo concierto del día aquí, le llegaría el turno a Thurston Moore. El exguitarrista de Sonic Youth , en versión acústica con el único acompañamiento de un batería, realizó un show notable en donde predominó su querencia por las estructuras repetitivas y crecientes en intensidad junto a su talento melódico, que, para los escépticos, lo tiene. Acabó con unos minutos de ruidera experimental marca de la casa que fueron aplaudidos por un público que abarróto el Heineken Hidden Stage. Seguramente es el artista que creó la cola más larga para acceder a este escenario que cierra así la persiana este año.

El Heineken Hidden Stage es el escenario de culto del Primavera Sound que, gracias a su coqueto formato, ofrece al público gran cercanía con los grupos (sobre todo si se compara con la marabunta habitual en otros tablaos del Primavera). La cervecera lleva 20 años vinculada al tema festivalero y pronto lanzará incluso una campaña («Necesitas un festival») para animar a los desconocedores a que se animen a vivir este tipo de experiencias.