El gallinero musical

Todavía está por definir la banda sonora de la pandemia. La crisis sanitaria (y social) cogió al mundo con el pie tan cambiado que, a falta de mejores consonancias, una especie de ruido blanco acompaña el pandemónico transcurrir del día a día. Ante semejante escenario ( ... por otra parte poco aleccionador), El Instante Fundación ha querido comprometerse creando una zarzuela capaz de revelar asuntos tan graves como la corrupción, la censura, el nacionalismo, la subordinación a las redes sociales o la enfermedad.
De entrada, hacer referencia a la zarzuela tiene su enjundia, pues pone de manifiesto la ausencia de un hábitat contemporáneo suficientemente elocuente con espacio para la crítica, la bufonada o el disparate. Zarzuela significa, en este contexto, lo popular, lo inmediato, lo desinhibido. Y aquí cabe desde la fornicación monstruosa del monstruo y los desvaríos del chateo instagrámico y twittero de varios chicas y chicos, hasta la subasta de tres 'celebrities' que recorren el hangar de El Instante con un desparpajo singular.
La coctelera de 'Se vende' lleva como espesante la referencia a la penosa realidad política española. Y todo ello se bate hasta convertirse en una degustación que empieza sorprendiendo, continúa desconcertando por la dificultad para entender con claridad lo que se cuece (más allá del muy evidente propósito crítico del proyecto) y acaba convirtiéndose en una superposición de imágenes, acciones y guiños.
Como toda zarzuela, 'Se vende' podría hacerse famosa por su música: Rueda, Del Puerto y Arias han asumido la metáfora general (y hasta la particular si se piensa en el trabajo colectivo que dio forma a tantas obras del género) en una correlación de números en los que la mezcolanza de formas y estilos brilla con derecho propio en muchos pasajes instrumentales y se constriñe en su vocalidad.
No obstante, la posibilidad de construir semejante artefacto depende de muchas más personas (los intérpretes, sin duda, pero no solo) cuya contribución supera con mucho el beneficio que hayan podido obtener. En «Se vende» hay una satisfacción general, un deseo de emprender y de rebelarse, de hacerlo con dignidad artística. En estos tiempos es algo digno de tenerse en cuenta.
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