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El director que obró el milagro en Valencia

De 2005 a 2011 dirigió la orquesta del Palau de les Arts

El director que obró el milagro en Valencia MIKEL PONCE

MARTA MOREIRA

Si bien el primer contacto de Lorin Maazel con España se produjo en Madrid a mediados de los 50 , fue Valencia la ciudad a la que dedicó un mayor empeño personal y profesional. Siempre ávido de nuevos desafíos, en 2005 aceptó la invitación de Helga Schmidt , la intendente del Palau de les Arts, para levantar una orquesta de la nada , para un teatro todavía inexistente. Aterrizó en el proyecto con 75 años y se despidió de él seis años después con la satisfacción del deber cumplido : decía sin tapujos que había convertido a la Orquesta de la Comunidad Valenciana en una de las mejores de Europa.

En realidad, su debut en la capital del Turia se había producido en el Palau de la Música de Valencia cinco años antes. Allí ofreció su primera ópera en España , una memorable versión en concierto de «Luisa Miller» con motivo del centenario de Verdi . Ese mismo año, Maazel aceptó una segunda invitación por parte del Palau. Se le propuso dirigir un ciclo de música sinfónica de inspiración española, y él escogió a su adorado Ravel . No hay aficionado que no recuerde ese mes de mayo, en el que el maestro dirigió a la Orquesta Filarmónica de Israel y a la Orquesta Sinfónica de la Radiodifusión Bávara.

Pero si por algo se recordará a Lorin Maazel en España es porque es e l director que obró el milagro con la orquesta del Palau de les Arts de Valencia . Dirigió meticulosamente las audiciones presenciales, a las que aspiraban más de 1.600 músicos procedentes de todo el mundo. Seleccionó personalmente a cada uno de los profesores , y su nivel de exigencia no tardó en mostrar sus frutos. Ya desde aquel «Fidelio» inaugural , crítica y público coincidieron en alabar la frescura y la energía de la joven formación.

Maazel bajó al foso valenciano por primera vez en 2006 con «Don Giovanni» . Fuera del escenario se le criticaba por sus cachés desmedidos, y en los ensayos suscitaba tanto respeto como temor , pero cuando tomaba la batuta nadie negaba su valía . A más de un músico le rodaron las lágrimas tras un comentario lapidario enfrente de sus compañeros. Sin embargo, sus enseñanzas y su maestría se echaron mucho de menos cuando le sustituyó en el puesto de director musical Omer Meir Wellber.

Uno de los mayores hitos de Maazel fue acompañar a la formación valenciana en su primera salida al extranjero. Fue en La Fenice de Venecia, donde recabó tal ovación que se vio obligado a regalar un bis al público italiano. La última ópera que dirigió en Valencia fue una de su autoría , basada en la distopía de George Orwell «1984» . La pieza, quizás demasiado contemporánea para el gusto del público, no agradó a todos. En estas situaciones, él recordaba el proverbio chino que dice: «Las críticas te honran» . «Si eso es cierto, a mí me deben haber honrado muchísimo», bromeaba.

El director que obró el milagro en Valencia

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