concierto
Festín de pop aristocrático con Elton John en Cap Roig
El británico concedió un exhaustivo y generoso repaso a sus más de cuatro décadas de carrera musical

Era una deuda pendiente. Una visita esperada que tuvo que aplazarse el año pasado debido a una oportuna apendicitis pero que Elton John , Sir Elton John, saldó con creces anoche dándose un festín de sí mismo. Más de dos horas de idas y venidas por una historia, la suya, sin la que el pop de las últimas cuatro décadas no sería lo mismo.
Infatigable
Incombustible e infatigable, el británico sigue dando esquinazo al calendario y al paso del tiempo y, a sus 67 años, volvió a brillar para abrir de par en par el Festival de Cap Roig ( Gerona ). Después de agotar las entradas en apenas veinte minutos, el británico se enfundó sus mejores galas para ofrecer una visión panorámica, festiva y necesariamente nostálgica de su propia carrera.
Pese a que acaba de publicar «The Divine Board», elegante asociación con T-Bone Burnett, pasó por alto su presente más inmediato para retroceder hasta los días de «Goodbye Yellow Brick Road», trabajo que acaba de celebrar cuatro décadas de carrera con una frondosa reedición y que anoche marcó los primeros pasos del recital. Así, los vapores pop y el músculo instrumental de «For a Friend» y «Love Lies Bleeding», el ritmo trotón de «Bennie And The Jets», el potencial lacrimógeno de «Candle In The Wind» y el brío despendolado de «Grey Seal» abrieron de par en par una velada en la que el cantante y pianista quiso exhibir todas sus caras.
Ahí estaba, enfundado en una levita con pedrería y semioculto tras el piano de cola, el delicado artesano del pop de «Tiny Dancer», el baladista de tintes épicos de «Goodbye Yellow Brick Road», el hedonista que mira de reojo a la pista de baile con «Philadelphia Freedom» y el coleccionista de estribillos de «Rocket Man», uno de los momentos álgidos del primer tramo del concierto.
Magnífico broche final
El boogie vitalista de «Hey Ahab», grabada a medias con Leon Russell , la raigambre blues de «I Guess That’s Why They Call It The Blues» subieron la temperatura, mientras que el lamento al piano de «The One», interpretada a solas por el británico, y la melodramática «Sorry Seeems To Be The Hardest Word» aportaron munición sensible a una velada que Elton John, acaso el último aristócrata del pop, remató con la artillería pesada.
Esto es: anudando «I’m Still Standing», «The Bitch Is Back». «Your Sister Can’t Twist...» y «Saturday Night’s Alright For Fighting», despendolados rocanroles con los que el público dejó los asientos para bailotear en las gradas. En los bises, una catártica «Your Song» y una «Cocodrile Rock» servida con brío y nervio, se encargaron de rematar la faena y echar el cierre a un festín de pop con pedigrí y aureola exclusiva. Elton John en estado puro.
Una apendicitis le impidió tocar en España el año pasado, pero ayer saldó su deuda
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