Muere el actor Alain Delon, el más bello icono del cine francés
El artista ha fallecido a los 88 años
El artículo de Rosa Belmonte | A-la-ín-de-lon
La Justicia francesa refuerza la tutela de Alain Delon por su deteriorado estado de salud
Sus tres hijos, con quienes estaba enfrentado de manera muy agria, anunciaron a primera hora de la mañana de este domingo la muerte de Alain Delon, el último de los grandes ídolos / iconos del cine francés, una figura legendaria y esencial para comprender las grandes convulsiones de la cultura francesa de su tiempo, que es el nuestro.
Rebelde, iconoclasta, mal educado, gran señor, soberbio, seductor único, Delon nació en Sceaux (Hauts-de-Seine) en 1935, en el seno de una familia de una cierta pequeña burguesía, que entró en crisis antes que él cumpliese los diez años.
La muy temprana separación de sus padres abrió una herida que marcó su vida para siempre. Se sucedieron varios intentos de fuga. Antes de los veinte años soñó con huir a Chicago: fue detenido antes de llegar al aeropuerto de Orly. En edad de cumplir el servicio militar, comenzó como soldado en Argelia, pero terminó en la Indochina francesa.
Se inició como actor antes de cumplir los veinte años, trabajando en una pequeña producción realizada por el padre de un amigo. Pero todavía era pronto. El muy joven Delon trabajó como camarero en los Campos Elíseos, llevando bultos y mercancía (frutas, legumbres) en el antiguo mercado de Les Halles, en el corazón de Paris. Sus primeros mejores amigos fueron chulos profesionales, gente del hampa parisina, en los muy bajos fondos de un barrio de Montmartre hoy difunto.
Hasta que el azar lo llevó al barrio de Saint-Germain-des-Prés, al final de los años 40 y 50 del siglo pasado, donde conoció a un rosario de mujeres con las que fue cambiando su vida. Su relación con la actriz Brigitte Auber, que había trabajado con sir Alfred Hitchcock, le ayudaría a descubrir definitivamente el mundo del cine. Otra actriz y amante, Michèle Cordoue, esposa de Yves Allégret, director de cine, jugaría un papel importante en su carrera.
Fue Romy Schneider, tras legendario triunfo en 'Sissi', quien lo eligió como pareja, sin conocerlo, a través de unas fotografía, para realizar una olvidable película juntos, 'Christine'. Estaba naciendo el mito. Romy no hablaba francés. Delon no hablaba alemán. Pero se convirtieron en una pareja fabulosa, consagrada como uno de los símbolos cinematográficos de finales de los años 50 del siglo pasado.
La interpretación de 'Monsieur Ripley', el personaje de Patricia Highsmith, realizada por René Clément, dio a Delon su definitiva estatura internacional. Siguieron un centenar de películas, entre geniales y triviales. Entre Burt Lancaster y Claudia Cardinale, en 'El Gatopardo', de Visconti, el actor comenzaba a entrar en la tierra prometida de las leyendas.
Delon fue dirigido por una docena larga de grandes y menos grandes directores. Quizá solo Jean-Pierre Melville contribuyó a ofrecer al actor obras y personajes sin duda esenciales en la historia del cine francés y europeo.
'El samurái' y 'El círculo rojo', entre otras, son dos obras maestras muy mayores. Obras indispensables y canónicas, que también dieron a Delon una estatura muy particular, comparable a la de los grandes actores del cine negro producido en Hollywood años atrás. El Ripley de Clement, los anti héroes de Melville, dan del actor su imagen más profunda: anti héroe solitario y trágico.
Instalado, al fin, en el podio de las grandes figuras del cine, junto a Jean Gabin y Jean-Paul Belmondo, sus compañeros y amigos, Delon se dejó arrastrar por una vida tumultuosa. Muchas mujeres… Dalida, Nico, Mireille Darc, Anne Parillaud, Maddly Bamy, fueron algunas de sus compañeras sentimentales, cuando la vida del actor transcurría por otros mundos: negocios, empresas fallidas, incursiones en la canción y el teatro, muy alejadas de su estatura como actor y leyenda.
Nathalie Canovas, francesa de origen español, nacida en Marruecos, fue su única esposa, padre de su hijo Anthony. Rosalie van Breemen, modelo, fue la madre de sus hijos Anouchka et Alain-Fabien Delon. Respetándolas, Delon nunca tuvo con ellas la intimidad emblemática que tuvo con Romy Schneider. Y esa relaciones parcialmente fallidas pudieron tener su importancia en la mala y muy mala relación del actor con sus hijos.
Famoso, millonario, Delon decidió instalarse en Suiza al final de los años 80 del siglo pasado. Por razones evidentemente fiscales, sin olvidar su decisión íntima de vivir alejado del «mundanal ruido» de la «cultureta» parisina. Durante sus primeros años de triunfo, el actor había adquirido una suntuosa mansión a poco más de un centenar de kilómetros de la capital, en Douchy-Montcorbon (1.400 habitantes), en el departamento del Loriet. Escenario de las catástrofes familiares de la última década.
Delon vivió los últimos años de su vida solo, con mucha frecuencia, cuidado por una señora de compañía, que se entendía muy mal con sus hijos, víctimas de ataques de celos familiares y económicos. Esa tensión culminó con la penúltima tragedia: los hijos culparon a la señora de compañía de abusar económicamente del padre; Delon no ocultó su preferencia por su hija; Anthony, el hijo mayor, actor fallido, lanzó acusaciones de muy diversa índole…
Inconclusa esa tragedia íntima, los tres hijos se «unieron» a primera hora de la mañana del domingo para anunciar con un breve comunicado común la muerte del patriarca, que Francia vive como un día de luto nacional.
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