Miles de documentos de barcos españoles apresados por los británicos salen a la luz
Según Ana María López Cuadrado, subdirectora general de los Archivos Estatales, es «una documentación muy importante porque seguramente sea la contrapartida de nuestra documentación»
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Un conservador de los National Archives muestra un conjunto de cartas
Los National Archives (los Archivos Nacionales) del Reino Unido, son los guardianes de más de mil años de documentos históricos únicos, como las cartas de amor de Enrique VIII a Ana Bolena o el último telegrama del 'Titanic'. Y entre ellos hay un tesoro cuya magnitud está aún desvelándose: los papeles de diferente índole, como cartas, dibujos, recetas, registros y comunicaciones oficiales, que fueron confiscados de los barcos capturados por los corsarios y buques de guerra británicos, que entre 1652 y 1815 se calcula que fueron unos 35.000.
Este jueves, en la sede de los archivos en la localidad londinense de Kew, se llevó a cabo el evento de lanzamiento de una parte muy especial de la colección: documentos de alrededor de ciento treinta barcos españoles capturados por los británicos durante las guerras del Asiento, conocida como de la Oreja de Jenkins, y de la Sucesión austríaca (1739-1748), cuando las potencias borbónicas y Gran Bretaña estaban en bandos opuestos y lucharon en famosas batallas navales como las de Cartagena de Indias en 1741 o la Batalla de Toulon en 1744.
A partir de hoy, están disponibles en una base de datos de acceso abierto en la web de los llamados Prize Papers ('documentos de presa', ya que 'presa' era la embarcación capturada), una gran cantidad de copias digitales que además incluyen los metadatos para facilitar la búsqueda para los usuarios. Una selección de estudios se publicará en el sitio web del proyecto este viernes, con comentarios sobre algunos barcos en particular y con el material que sobrevive de cada uno de ellos. Esta es la primera entrega de registros españoles, aunque el proyecto, que empezó en 2018 y se extenderá hasta 2037, incluirá más archivos digitales en el futuro, lo que hace que «el proyecto sea de interés continuo para cualquier persona interesada en la Historia de España, las antiguas colonias españolas y el mundo en general».
Así lo manifestó en declaraciones durante el acto el embajador de España en Reino Unido, José Pascual Marco, quien en conversación con ABC opinó que este legado es «de gran importancia para la historiografía española y para las generaciones de españoles, para que conozcan en profundidad el grano fino de su pasado, ya que ésta es una cápsula del tiempo en la que vemos la humanidad de la relación con las Américas, de siglos de historia». El diplomático valoró positivamente que sea «un proyecto abierto que está haciendo públicos estos documentos no sólo para los investigadores sino para el público en general, que podrá consultarlos en líneas». «Queremos que España esté involucrada en este proyecto que le atañe tan de cerca».
También acudió al evento Ana María López Cuadrado, subdirectora general de los Archivos Estatales, quien dijo que para España es «una documentación muy importante porque seguramente sea la contrapartida de nuestra documentación», y añadió que «sería muy bonito iniciar proyectos en los que podamos establecer esas conexiones», por lo que «queremos ver hasta dónde se puede llegar, ver qué tipo de relaciones se pueden establecer».
En ello coincidió el vicealmirante Enrique Torres Piñeyro, director del Museo Naval y que, como López Cuadrado, viajó a Londres para asistir al anuncio: «Tenemos que ver de qué manera podemos participar o colaborar o hacer un acuerdo para que hagamos investigaciones cruzadas de lo que tienen ellos aquí y lo que tenemos nosotros allí». Torres apuntó que «se puede matizar y reescribir parte de la historia de lo que pasaba en esa época gracias a la gran cantidad de documentación que han guardado aquí. Veinte años van a tardar en digitalizarlo todo, y se van a descubrir muchas cosas a través de los testimonios privados, particulares, que escriben la historia, y no sólo los documentos oficiales».
Todo este legado está siendo digitalizado gracias a un proyecto de colaboración entre la Universidad de Oldenburg en Alemania y los Archivos Nacionales, y financiado por la Academia de Ciencias y Humanidades de Göttingen en Baja Sajonia. Uno de los investigadores asociados que trabajan en él es Alejandro Salamanca Rodríguez, quien comentó a este diario que «esto puede revolucionar la historiografía» y que es además «muy valioso para la Historia y para la divulgación, porque es una forma de demostrar que hace 150 años la gente se dedicaba a vivir, no únicamente a matarse». Las cartas cuentan «las vidas cotidianas de las personas que como nosotros tienen sus miserias, sus alegrías, sus enfados… No es solamente guerra la historia del pasado».
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