LEJOS DE ÍTACA
Lady Halcón
Brisa despidió a Viento con ternura y se echó junto al ventanal que daba al exterior. Sin embargo, él no se había marchado de viaje; al contrario, había buscado un refugio discreto cerca del hogar familiar, y se había sentado a esperar
Valentísimo zorrismo

Formaban una pareja de enamorados de esas que levantan las envidias de los demás: sanos, hermosos, felices; él, natural de Villamayor; ella, de Madrigal de las Altas Torres. Juntos habían conseguido formar un hogar en una de esas hermosas ciudades frías y monumentales de ... Castilla y León; un lugar perfecto para una vida tranquila en familia.
Hacía poco que se habían enterado de que iban a ser padres de nuevo. A pesar de que ya no eran tan jóvenes, habían decidido seguir su instinto y apostar por la familia. Brisa (así se llamaba ella) esta vez no podría viajar con su compañero; se sentía cansada por algunos achaques sin importancia en su salud. Viento (así se llamaba él) le había prometido que no tardaría en llegar, a lo sumo 24 horas. A ella le extrañó aquel viaje repentino y sin excusas; nunca la había dejado sola tanto tiempo. Pero confiaba plenamente en su pareja.
Brisa despidió a Viento con ternura y se echó junto al ventanal que daba al exterior. Sin embargo, él no se había marchado de viaje; al contrario, había buscado un refugio discreto cerca del hogar familiar, y se había sentado a esperar. Al rato, una silueta cruzó al otro lado del ventanal. Brisa se asustó e intentó levantarse buscando, por instinto, protección, pero ya era tarde. La sombra se abalanzó ferozmente sobre ella y la atacó durante algo más de una hora. Le clavó las garras, inmovilizándola, y con el pico letal de los halcones, le fue horadando con tranquila saña el cuello y el pecho, hasta que acabó con su vida. Luego, ocupó el nido caliente de la hembra de halcón asesinada, preparándose para depositar en él sus propios huevos, y esperó a su macho. Desde lejos, Viento observaba impasible la escena. Al rato, cargando en su buche la comida para su nueva hembra, Tromba (ese es su nombre), como llevan haciendo los halcones peregrinos desde hace siglos, la alimentó con ternura y paciencia frente al cadáver destrozado de Brisa.
Las cámaras de Birdlife que grabaron la escena fueron desconectadas por los responsables de la asociación para evitar (imagino) al ecologista espectador tan sangrienta sustitución. Y qué quieren que les diga. Si yo fuera ministra de cultura, ordenaría el visionado íntegro del vídeo en todos los centros educativos de España. Y a debatir. ¿No despreciabais, llegando incluso a censurar la Mitología y a Esopo por violentos?¡Pues toma dos tazas!
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete