Paula Hawkins: «El optimismo que había en Inglaterra hace diez años ha desaparecido»
La autora de 'La chica del tren' regresa con 'Punto ciego', un thriller escrito por encargo para un programa que combate la crisis de alfabetización
![Paula Hawkins, en una imagen promocional facilitada por su editorial](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2022/10/27/paula-RQH2C9sz7RmYsNIGbhy3xRJ-1240x768@abc.jpg)
Acostumbrada a la barra libre de palabras y al volteo constante de tramas y personajes, Paula Hawkins (Zimbabue, 1972) ha tenido que hacer un auténtico ejercicio de contención para ajustarse a las exigencias de Quick Reads, programa británico que recluta a autores de ... éxito para fomentar la lectura en prisiones, escuelas, bibliotecas y centros comunitarios. «Tienes que ceñirte a menos de 20.000 palabras y que la estructura sea relativamente simple pero que no pierda la esencia de quién eres. Escribes para gente a la que en teoría no le gusta leer, así que les tienes que dar una pincelada para ver si se enganchan», detalla la autora de 'La chica del tren', superventas estratosférico de la última década, mientras desmenuza el algo más modesto 'Punto ciego' (Planeta), thriller breve y eléctrico que condensa en 157 páginas casi todas las claves de la reina del 'domestic noir'.
A saber: un crimen, una venganza, atmósferas góticas y personajes al borde de un ataque de nervios. «Esta vez no empecé con ningún personaje, que es como surgen casi todas mis novelas -aclara Hawkins, de visita relámpago en Barcelona antes de desembarcar en Getafe Negro-. Estaba en Edimburgo en pleno confinamiento, así que decidí ambientarla en Escocia en invierno. No iba a escribir del confinamiento, estaba claro, pero sí de esa sensación de encierro e incertidumbre, de estar aislado, que teníamos todos. Parece una novela de terror».
-Le ha salido un poco gótica.
-Un poco sí.
-Y da la sensación de que todo gira alrededor de la venganza.
-De hecho, tanto esta como la anterior, 'A fuego lento', están muy centradas en la venganza.
-¿Por qué?
-Tiendo a escribir sobre cómo la gente responde al trauma, a la tragedia. Y aquí se plantea una situación en la que la persona se ve abocada a escoger. ¿Perdono o me vengo? Tienes a una persona que ha intentado dejar atrás el pasado, pero no puede. El pasado la atrapa. Y la venganza rara vez sale bien. Al final, sin embargo, todo tiene que ver con cómo lidia la gente con las tragedias.
-¿La literatura como terapia?
-Podría ser. Yo no he hecho terapia nunca, así que quizá sea porque ya la hago así, escribiendo.
-La memoria es una constante que se repite en todas sus novelas, también en 'Punto ciego'.
-Me fascina cómo funciona la memoria, cómo nos da forma. Y, sobre todo, cómo pensamos en los recuerdos como algo muy fiable cuando en realidad no recordamos las cosas: hacemos narrativa e inventamos, pero no recordamos bien. Esto es muy interesante, ya que los recuerdos conforman nuestra identidad, y si estos recuerdos no se basan en la realidad, ¿qué nos dicen de la persona en que nos hemos convertido?
-Edie, la protagonista, es otra mujer al límite. ¿Qué diría que tienen en común todos sus personajes femeninos?
-Son mujeres normales y corrientes, sin nada excepcional, que se ven empujadas a situaciones extremas.
-En el contexto adecuado, todos llevamos una novela negra dentro.
-Por supuesto. Eso es lo fascinante. Las pequeñas cosas que nos pasan nos hacen cómo somos. Y eso a mí me aterra, ya que significa que la vida te puede cambiar en un segundo.
«Es increíble que alguien que tiene 730 millones de libras le vaya a decir a la gente que se tiene que apretar el cinturón este invierno»
-Ahonda en la violencia contra las mujeres pero con una nueva derivada: la falta de solidaridad femenina.
-Estamos en un momento cultural en el que las mujeres se supone que debemos estar unidas. Todo el movimiento 'Me Too' nació por eso. En cambio, aún hoy muchas mujeres votan en contra de los intereses de las mujeres. En Estados Unidos, por ejemplo, muchas mujeres blancas votaron por Trump, algo que no es buena idea: si eres mujer, no va a hacer nada por ti. Pero siempre habrá quien estará en contra. Quizá hayan interiorizado tanto la misoginia y el machismo que no ven la importancia de este movimiento unido.
-El libro también explora la brecha económica que separa a los protagonistas. ¿Es el Reino Unido un lugar cada vez más dado a los extremos?
-La desigualdad ha aumentado muchísimo en los últimos años. Como en todo el mundo, vamos, pero en Reino Unido, no sé si en España también, no ha aumentado el nivel de ingresos, pero los ricos son cada vez más ricos. Y los pobres, cada vez más pobres.
-Y ahora llega un primer ministro multimillonario.
-Es increíble que alguien que tiene 730 millones de libras le vaya a decir a la gente que se tiene que apretar el cinturón este invierno.
-La actualidad británica daría para unas cuantas novelas.
-Lo cierto es que parece otro país diferente al de hace diez o quince años. En 2012 se celebraron las Olimpiadas de Londres y había mucho optimismo. Parecía que toda Inglaterra era un lugar más abierto y optimista, pero no. Todo eso ha desaparecido.
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-Después de cuatro libros, ¿se ha liberado ya del efecto 'La chica del tren'?
-Ahora ya tengo distancia, siento que puedo escribir cosas diferentes si me apetece, la gente ya no espera de mí que haga otra vez el mismo libro… Es liberador, sí. Fue una cosa puntual que me pasó una vez en la vida. Y ya está.
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