Josep Maria Esquirol: «Hoy, el sentido común es subversivo»
En 'La escuela del alma', el filósofo abre las puertas a una forma de educar que nos permita madurar a lo largo de la vida
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![Josep Maria Esquirol](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/03/11/DSC_8709-RsexvDFml5Z0atZ7JWMPJkK-1200x840@diario_abc.jpg)
Josep Maria Esquirol desmiente que las instituciones educativas hayan de estar al servicio de la sociedad. Desde 'La escuela del alma' (Acantilado) apunta un horizonte ambicioso: las instituciones educativas deben «configurar» la sociedad. No «adaptarse», sino «adaptarla».
Las escuelas no deben ser ... una plataforma para el economicismo y el cientifismo, como opinaba Nuccio Ordine: «¿Y si, en lugar de dejarse llevar por las demandas sociales más evidentes de rendimiento y progreso, se intentara escuchar un clamor aún más profundo y secreto de nuestro mismo presente que pide ser salvado exactamente del rendimiento y del progreso?», propone Esquirol. Tampoco puede cifrarse el éxito escolar solamente en la implementación técnica. El catedrático de Filosofía de la Universidad de Barcelona aconseja proteger las aulas de la «pantallización». La tecnología, «no es sólo un instrumento, sino un medio envolvente y un sistema globalizador, con dinamismos característicos como el consumo ilimitado de la información ilimitada, la mal llamada 'inteligencia artificial', la droga de la conectividad 'social', el supuesto de 'estar al día', la seducción de un lenguaje tan cómodo como estandarizado y pobre…»
Para el autor de 'La resistencia íntima' (premio Nacional de Ensayo, 2015) la mejor forma de ser contemporáneo es resistir a la actualidad y cultivar la atención que «es una manera de mirar, de situarse». Si la educación está en crisis, «es porque no tiene en su horizonte la madurez humana». Al limitar el proceso educativo a la infancia y adolescencia, «olvidamos que la madurez nos lleva toda la vida», observa Esquirol. El resultado es el desasosiego, la impaciencia, una búsqueda compulsiva de nuevas experiencias que conduce al desasosiego y la depresión: «No hay especialistas médicos para curar la dificultad de la vida». La curación proviene de la paciencia y la repetición: «Consumir novedades te dispersa, repetir un gesto valioso o releer un libro te cura el alma», advierte.
Con tono aforístico y resonancias místicas, Esquirol estructura 'La escuela del alma' en una decena de bienaventuranzas: «Felices los que encuentran buenos maestros…» Cultura y educación están ligadas. Cultivar para dar fruto, orientar el fruto hacia la madurez: «Parece una obviedad, algo de sentido común, pero hoy el sentido común es subversivo», concluye.
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